And do you brush your teeth before you kiss? Do you miss my smell? What about me? What about me? What about...?


Va dejando trozos de él por todas partes. Algún día desaparecerá conforme anda.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Un fin de semana distinto


Bajo en el ascensor para abrir el buzón. Tras un tiempo sin pasar por casa esperas cartas o postales. Bajo en pijama y chaqueta con la esperanza de que nadie me descubra de esta guisa. Hay dos postales, soy feliz.
Un fin de semana puede ser una locura. El viernes me levanté a las 6 y media para coger el bus a Jaén. En Jaén caminé desde las afueras hasta la estación de tren. Salí a las 10 y llegué a Córdoba a las 11 y media. Qué calor en Córdoba, hostia ya. Menos mal que sólo llevaba en la mochila unos calzoncillos, unos calcetines, un pijama y otra camiseta. Con el tiempo he aprendido eso de austeridad de medios. Reencuentro con los escritores. Qué locura, hasta nos cruzamos (por la cara) con María Rosal en medio de la calle. Muy simpática. La tarde comiendo, andando, hablando, helados, espera, ¿qué esperas? Esperábamos que en Córdoba se celebraba Eutopía 2009, y esa noche misma en el festival concierto con un gran cartel. The Right Ons+We Are Standard+Love of Lesbian+Vetusta Morla. Naturalmente, nosotros íbamos por estos últimos. No he estado en muchos conciertos porque nunca he vivido esa pasión por la música que emanan otros hogares, pero sé reconocer si un concierto es bueno. The Right Ons cumplieron, aunque apremiaban los kebabs y creo que no nos perdimos demasiado. Temíamos lo peor, y contra todo pronóstico Vetusta no fueron los últimos. Love of Lesbian calentaron muy bien el ambiente, había cierta química en el ambiente y sabían involucrar al público (cuánto gafapasta, cuánto modernillo), de modo que entre canción y canción hacían alusiones a los Vetusta Morla para irlos presentando. Y es que, para qué engañarnos, la mayoría de la gente que estábamos ahí por ver al grupo de Pucho. Nosotros aprovechamos la despedida de los Lesbian para abrirnos paso entre la multitud y nos colocamos al final en una cuarta, quinta fila (al menos yo). Cuando llegaron los héroes de la noche, la magia de la música española, ese soplo de aire fresco, las gentes y gentas se abalanzaron desde las gradas y bajaron en masa. Arrancaron con “Autocrítica”, nos enseñaron alguna de sus nuevas perlas, pero la apoteosis llegó con Valiente. “Oh, my, God” Qué locura de cuerpos gritando y botando, berreando las canciones, qué gran verdad: Ser valiente no es sólo cuestión de suerte…, hilaron con un Sharabbey Road donde Pucho se permitió desfasar con el público, que estuvimos coreando estribillos sin letra durante al menos 10 minutos a grito pelado. Se fueron, volvieron (todo buen artista tiene sus bises) y nos dejaron encantados con La cuadratura del círculo retumbando en nuestros oídos.

Ahora sé que me gustan los conciertos, llamar a los amigos en o-canciones especiales y compartir la magia de un directo que desbordaban por los cuatro costados. Qué máquinas, no nos permitieron un respiro. No he sudado más casi que en toda mi vida. En cuanto acabó la gente se dispersó. Total, ya hemos visto a los que queríamos ver y estamos empapados en sudor. We are Standard tocaron con los festivaleros de pro en esa demencia de guitarras, punk, electrónica y más y más locura, y yo sólo los vi un poquito al final.
Cuando volví al piso (las pastillas, no te has tomao las pastillas) a las 3 de la mañana o así, en ese momento, justo en ese momento, en mi pueblo, y os cuento, en mi pueblo alguien mataba a dos gatitos negros y los colocaba el uno frente al otro, con las patitas juntas, como si se debieran mirar a los ojos por siempre jamás. Dos bebés. Al día siguiente la madre, una gata delgadísima, buscaba junto al gatito restante a los hijos perdidos ajena a la crueldad de cualquier gilipollas que no se podía haber quedado en casa haciéndose una paja hasta que le salieran llagas en la mano. A hostias se tenían que resolver esas cosas. En mi pueblo resulta que matan gatitos negros mientras pasan cosas extrañísimas: mi pueblo es Bélmez de la Moraleda, el de las Caras. He encontrado unas cosas tan inquietantes que me han hecho pensar cómo es posible tal y tal.
Total, mientras ese desaprensivo colocaba a un gatito frente al otro en la calle vecina a la casa de las Caras, en ese instante yo, que en la noche del viernes no me sentía colmado de música, escuchaba Radio 3 (¡quiero que actualicen los podcasts ya!) en la cama antes de dormir.
El sábado nos levantamos para comer en un italiano, dar una vuelta por las proximidades de la Mezquita y volver (yo, que Granada esperaba con la boca abierta, no ya los brazos) a casa con la certeza de haber asistido a uno de los mejores directos que existen en toda España y parte del mundo, con la alegría de haber vuelto a ver a mis amigos. Los amigos siempre están ahí.


Lo único que eché en falta fue que cantaran Al respirar, aunque por un amigo de una amiga sé que no la cantaron por cuestión de tiempo, es la canción más larga. ¡Mírame, soy feliz!

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Meme: Canción del verano 2


Este Meme me lo pasa Rebeca desde su estupendísimo blog Como un fénix ¡Gracias por acordarte! Pues nada, aunque no he tenido mucha música en verano algo ha caído... y lo comparto con ustedes.

1. Elegir la que a vuestro juicio ha sido la canción del verano 2009.

Podría decir que, por puro vicio, cualquiera de Vetusta Morla (a los que veré en concierto en dos días!!!!), pero tengo un recuerdo muy claro de una noche hará hace unas semanas. Estaba en una pizzería en Granada y la pasaron en la tele, se me quedó el ritmillo, me la apunté y nada más llegar a casa la descargué. Se trata de una canción de Billie the Vision and the Dancers, que seguro habréis escuchado en muchos garitos este verano:



Aunque si me dieran a elegir una más "personal" este año, por un motivo u otro sería Superfreak ^^ Y me pido comodín con "Merezco" de Zahara; ya la conocía, la vi hace 2 años en concierto y ahora que ha dado el gran salto me alegro mucho, con las ganas que le ha puesto...

2. Destacar la canción que más haya representado o más os evoque de vuestro verano personal.

A lo mejor os puedo dar dos que no tienen nada que ver entre sí salvo que no son típica canción del verano en ningún sentido. Cuando era pequeño no escuchaba música (no ha sido un elemento presente en casa nunca), pero tendría no sé, 8 o 10 años... cómo pasa el tiempo! Total, estaba en una urbanización en Salobreña, ya por la tarde, de esas tardes en las que llegas cubierto de sal pero se está tan a gusto con el último sol que no tienes más remedio que quedarte. Mi prima tenía una amiga algo hippy, eso lo recuerdo claramente, y siempre llevaban un transistor consigo. Esa tarde sonaba "El talismán" de Rosana, mítico, y desde entonces siempre que la escucho me pasa eso de la magdalena de Proust y parece que me transporto a Salobreña, sobre las baldosas rosadas, entre mi prima y la hippy mientras suena "lo dice el talismán o el resto de tu piel...".
Más reciente es la que sigue. La recuerdo tan bien: hace 4 años, cuando yo llevaba discman (¡cágate lorito!) estaba en la escuela de escritores con amigos a los que acababa de conocer. Al alba cantamos Mecano y música popular, pero al volver a casa en mi discman yo escuchaba a Muse, y sobre todo una canción que para mí siempre ha sido significado de amistad veraniega, de grupo, porque como ellos cantan, together we're invincible:



3. Señalar la canción más odiosa de este verano 2009.

Ese remix de Verano Azul no tiene nombre, qué asco reggeatonizar una canción mítica y cursi para dar a ese engendro. En serio, asco me da...

4. Citar de quién recibís el MEME y elegir cinco blogs que, por lazos de amistad o buen gusto musical, os apetezca que lo realicen.

-Mj
-Sebas
-Scry
-Ninivé
-Rigoletto

sábado, 19 de septiembre de 2009

E=masa·c2 -Gordos, la película


Sánchez Arévalo cautivó a público y crítica hace tres años con su opera prima AzulOscuroCasiNegro, hermosa historia hecha de pequeñas cosas, todo lo contrario al cine mainstream que hoy en día busca grandes gestas para llevarse a los espectadores de calle. Si a eso le sumamos un reparto fresco (qué bien nos caen Quim Gutiérrez o Marta Etura, que repite aquí), la combinación funcionó la mar de bien. Ahora, con Gordos, viene a confirmar que se trata de uno de nuestros realizadores más prometedores/interesantes/personales. Aunque todo el mundo va a hablar de la sorprendente capacidad de Antonio de la Torre para engordar y adelgazar (tras el Goya ganado por Azul… estaba dispuesto a hacer cualquier cosa por su amigo y director, y así ha sido). Y no sólo él. Gran parte del reparto de Gordos, y recordemos que se trata de una comedia coral, se ha comprometido a ganar peso y perderlo de forma incluso peligrosa para la salud, pero se agradece. Que sí, que el maquillaje y prótesis hoy en día hacen maravillas, pero parece ser que los nuestros son actores del método y se implican con su personaje sin miedo y sin prejuicios. Porque como bien explica el tráiler hay obesidad, gula, lujuria, comida, culpa, sexo, desnudos: frontales, traseros, parciales… Es difícil que hoy en día una película nos lleve más allá de lo que vemos y nos haga imaginar lo divertido, lo relajado que ha debido ser el rodaje. Y que se ría de sí misma como con el comentario de uno de los personaje: "¿un color? MarrónOscuroCasiMierda xD

Gordos se centra en una sesión de terapia para gente con sobrepeso que, por un motivo u otro, quiere adelgazar. Las historias, cómo no, esconden a distintos personajes (no todos los gordos son simpáticos y amables) cuyas historias se van hilando sutilmente. Cabe destacar, además, que todos los personajes están bastante bien definidos si tenemos en cuenta que en todas las cintas corales sus protagonistas acaban siendo poco más que esbozos de estereotipos manidos (que aquí los hay, oigan). Pero son personajes tiernos, dolidos, apesadumbrados, positivos, transmiten buen rollo y se complementan muy bien. La primera mitad de la cinta se diluye entre la presentación de los personajes y el trazo de tramas que sólo se intuyen. La segunda mitad pierde parte de esa parte cómica (que es donde realmente funciona bien la película), y con el melodrama le pasa lo que a los personajes, y disculpad la obviedad de este símil, la película pierde peso/fuelle con el paso de los minutos. A pesar de ello, no significa que sea una película floja ni que el final sea malo; es más, alguna trama opta por el humor negro, otras por el humor amargo si es que acaso existe, y acaba como deberían acabar todas las películas: a lo grande.

La presentan en Venezia, donde aplauden tras el visionado, opta a representar a España en los Oscar en la categoría de Película de Habla no Inglesa (¿qué hace ahí la de la Coixet, rodada íntegramente en inglés?) y no me extraña que el boca-oreja funcione en una película muy agradable de ver, muy simpática y no por ello vacía. Se tratan temas secundarios como el acoso escolar, la homosexualidad, la amistad, las relaciones de pareja, los remordimientos, la familia (con un plano hacia el final casi calcado a American Beauty)… Y hay que destacar una banda sonora hábil, con ritmo aunque no demasiado reseñable (nada que ver con “Imaginarte”, la hermosa canción de Lantana que le valió el Goya con AzulOscuroCasiNegro). Pero sí llama la atención un reparto tan variado pero igualmente competente: Antonio de la Torre, que compone un personaje tan lleno de matices y simpático que se come la pantalla y hace reír con un gesto, los más que conocidos Teté Delgado o Fernando Albizu, Pilar Castro, los novatos (atentos a la pareja de hermanitos) o incluso una Verónica Sánchez que nos recuerda por qué nos enamoramos de ella en Al sur de Granada.

En definitiva, y aunque no sea perfecta, aunque no sea redonda (volvamos a jugar con las formas), es de agradecer una historia original, escrita por el propio director, en un mundo podrido de remakes, secuelas, precuelas y adaptaciones (obviemos la ansiada y esperada The Road). A ver con qué nos sorprende el director con su tercer trabajo...


Nota: 8

viernes, 18 de septiembre de 2009

Autobombo

Éste es mi post número 400 (técnicamente no, ya que he borrado varios en el camino por diversos motivos justificados) y quería que fuera importante. Como no me siento importante [ya se sabe, malos tiempos para la lírica] y estoy suspendiendo los exámenes de septiembre me he comido la cabeza (ja!) para encontrarme en internet, y rogaría que me visitárais, sobre todo en el primer enlace. Se trata de relatos o cosillas que he escrito de un tiempo a esta parte. Sin mayor dilación, os dejo con mis textos y de paso aviso que me pongo al día en crítica cinematográfica, literaria y televisiva en breve ya que mi vida es tan aburrida:

Enlace 1 (de momento, el importante)

De ébano y pino (relato que escribí con 16 o 17 añitos y que, para la edad, considero bastante decente)

El después (relato que escribí a los 17 o 18 donde me ponía más serio que, además, constituye dos de mis primeros posts en el blog hasta que lo encontré en otra parte)

Por otra parte, este verano me cargué la plantilla del blog y no tengo a casi nadie enlazado. Siéntolo mucho, me pondré a actualizarlo en cuanto pueda.

jueves, 17 de septiembre de 2009

domingo, 13 de septiembre de 2009

Adivinanza

Esa religión que apoyaba el fascismo, esa religión que provocó cruzadas y guerras santas, esa religión que mató a millones de personas por la Inquisición...


pd: ya tengo listos los papeles de la apostasía

sábado, 12 de septiembre de 2009

Meme: music&tv: Bonus track

-Perhaps, perhaps, perhaps (Mari Wilson). Coupling: la comedia británica de parejas utiliza esta cancioncilla en la cabecera. Muy divertida y fresca, como la serie.

-I'm gonna be (500 miles) [The Proclaimers]. Cómo conocí a vuestra madre: por el capítulo que nos dio con un Marshall salido de madre, que es como nos encanta.

-Woke up this morning (Alabama 3). Los Soprano: a petición de MJ, aquí está, y me justifico diciendo que la encontré tan obvia como el Buffy Theme de Nerf Herder. Aunque es un temazo pa una cabecera mítica.

-I don't want to wait (Paula Cole). Dawson's Creek: ser la canción de cabecera de una serie sobre adolescentes con problemas existenciales y aspiraciones a grandes cosas en la vida, historias de amor imposibles y la primera vez de la señora de Tom Cruise le da el crédito suficiente para entrar en este ránking. Y porque es preciosa.


-Let's go to the mall/Sandcastles in the sand (Robin Sparkles). How I met your mother: Once again, la comedia del momento vuelve a batir momentos WTF sobre todo con el segundo videoclip, una joya con ese Dawson venido a más (triste, pero cierto).


-Popurrí casting. Glee: demencial este casting de personajes inadaptados, con una canción reflejan a la perfección la personalidad de cada uno. Eso es una presentación con garra.
  • Mr Cellophane -del musical Chicago.
  • I kissed a girl -Kate Perry, la modosita calienta...
  • Respect -Aretha Franklin
-Popurrí Los Simpson. Los Simpson: nos ha dejado grandes momentos, y aquí he recopilado unos cuantos:
  • Niiiiiiiños niiiiiiños, futuuuro, futuuuro... el futuro ya llegó-uo oh oh
  • Jueeego con mi melocotoneeeero -Lisa tratando de que le compren un pony xD
  • No conquistas nadaa con una ensaladaaaaaa -Bart y Lisa
  • Bebé a bordo -Los Solfamidas



Y para rematar la faena, el recopilatorio con lo mejor de Phoebe Buffay subtitulado:

viernes, 11 de septiembre de 2009

Meme: music&tv (II)

-7 vidas (El canto del loco). 7 Vidas: el que otrora fuera el rey del share con su Médico de familia fue capaz de componer la sintonía de la mejor sitcom española hasta la fecha. Yo no soy muy de Dani Martín, pero hay que reconocer que el toque cuasi roquero que le dieron al tema está bastante bien, y la cabecera especial para el capítulo 200 lo valió:

-Que nadie me levante la voz (Bebe). Aída: el entrañable personaje creado por Carmen Machi se ganó a pulso un spin off, y el tema de su cabecera debía ser de raíces y desentrañar la vida de Aída y todos los García. Qué mejor que pedírselo a la revelación de la música española. Bebe le dio cuanto necesitaba (por ahí rula algún directo junto a Los Delinqüentes).

-Raquel busca su sitio (Leonor Watling y Cayetana Guillén Cuervo). Raquel busca su sitio: vale que la serie duró un suspiro, pero era buena (lo que he visto vale la pena), y el tema compuesto por el preoscarizado Jorge Drexler se llevó una versión en alguno de los episodios interpretada por sus actrices protagonistas. Y a mí me gusta, qué os voy a decir.

-When I was seventeen (Frank Sinatra). Los Soprano: ¿era la segunda temporada la que empezaba con este tema? No lo sé, pero se trataba de toda una secuencia maravillosa con la voz templada de Sinatra (que tuvo algún lío con la mafia, dicho sea de paso; y qué ducho el que escogió la canción).

-Virgin State of mind (K's Choice). Buffy Cazavampiros: me gusta toda la banda sonora de la serie. Es buenísima, en serio, pero esta canción me recuerda tantas cosas que no podría desprenderme de ella aunque quisiera.

-Monster Mash (Bobby Picket). Los Simpson: comenzar un episodio de San Valentín con esta canción es toda una declaración de intenciones. La canción nos recuerda cine de serie Z al aire libre, los 50 en America, fanzines y Creepy Show... cosas por el estilo: la momia, Frankie, etc.

-Goodbye to you (Michelle Branch). Buffy Cazavampiros: aunque en la serie siempre utilizaban grupos semidesconocidos para que actuaran en el Bronze, en el episodio "Tabula Rassa" concluyeron con un acústico de esta canción. Tristísimo con las despedidas de Tara y Giles.

-Superman (Lazlo Bane). Scrubs: gran serie y gran desconocida, casi nadie habla de ella con lo que ha logrado. Los residentes, los estudiantes de medicina, pobrecitos, no son superhéroes, de acuerdo, pero salvan vidas y nos hacen reír.

-Hallelujah (Jeff Buckley). The West Wing: este tema se ha utilizado en tantas series y películas que su autor se mosqueó... cualquiera no es cualquiera. En cualquier caso, la season finale de la tercera temporada nos trajo un final tan amargo como acostumbraba, y la canción ayudaba a ver a CJ destrozada.

-Beyond here lies nothin' (Bob Dylan). True blood: vuelve a la carga Alan Ball con un tema de los intocables para promocionar ni más ni menos que la segunda temporada de su saga vampírica. Oh, touché.

-Little boxes (Malvina Reynolds). Weeds: cuántas versiones habrá de esta canción (en francés, en español...), pero me quedo con la original, que nos reporta a Nancy Botwin jugando a las casitas. Y ya sabéis, quien juega con fuego... (guiño guiño).

-Don't stop believin' (Glee cast). Glee: una canción que, en un piloto de una serie, ha calado hondo, aunque como ya han comentado también aparece en la series finale de Los Soprano. Pa quitarse el sombrero, pues...

-Once more, with feeling (Buffy cast). Buffy Cazavampiros: me encanta todo el musical, pero me quedo con "Wish I could stay" de Tara y Giles


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jueves, 10 de septiembre de 2009

Meme: music&tv (I)

Viene de un tiempo a esta parte un meme interesante, cuanto menos divertido, donde podemos recopilar la música que más nos gusta de nuestros shows peferidos. Lo siento mucho, amigos, pero cuando me pongo a pensar en música es inevitable que me salgan listas interminables. Comienza el juego, y digo que el orden es totalmente aleatorio:

-Blossom's theme song. Blossom: ¿qué nos traerá el futuro...? ¿Quién no ha cantado alguna vez la canción de esa chica judía que tocaba el trombón que, con el paso del tiempo, dejó atrás al patito feo? Recordemos, además, que la música era un elemento consistente en la trama y muchas veces el papá de Blossom acababa tocando el piano y cantando a coro con sus retoños. Molaba.

-Boss of me. Malcolm in the middle: casi nunca supe lo que decían en el estribillo hasta que un día lo pillé. La cabecera es mítica no sólo por su imagen de Godzilla, sino por este tema, toda una declaración de intenciones.

-Feeling good (Nina Simone). Six feet under: La pusieron en unas promos y le iba de la hostia. Muy, muy grande toda la BSO de esta serie. Ya meteré alguna más.

-Lucky (Radiohead). Six feet under: sólo porque le viene a pelo a esta escena, de las mejores de la temporada (y por qué no, de toda la serie). Lauren Ambrose escogió una canción ella misma, pero probaron distintas de ellas hasta que dieron con la buena. Mirad cómo quedó:


-I don't want to be (Marvin deGraw). One Tree Hill: porque me gusta la canción, la llevo en el mp3 desde que la oí y me vi las primeras temporadas de la serie (y a mucha honra).

-Cuéntame (Pitingo). Cuéntame... cómo pasó: sí, me va el rollito de Pitingo, su fusión de estilos y tal.

-The Sun Ain't Gonna Shine Anymore (Cher). Expediente X. Gracias al homenaje que le hicieron a la diva en el estupendísimo episodio "El post-moderno Prometeo". Cher se arrepentiría toda su vida por no querer aparecer y que lo tuviera que hacer una doble en su lugar.

-Bohemian Rapsody (Queen). La chica de ayer: uno de los pocos aciertos de la adaptación española del éxito inglés fue el empleo de esta canción en el "viaje" de Alterio.

-Tell him/Searchin' my soul (Vonda Shepard). Ally McBeal: probablemente ésta haya sido la serie que mejor empleo ha hecho de la música como elemento narrativo, convirtiendo incluso a su cantante principal en personaje secundario.

-Dance (Barry White). Ally McBeal: recordemos al bebé bailarín o las coreografías de Bizcochito en el servicio unisex del bufete más alocado de Boston. Qué envidia. Por Dios.

-I'll be there for you (The Rembrandts). Friends. Hasta ahora, la mejor comedia que se ha hecho. Nada de The office ni inventos, el éxito de esta sitcom por ahora no tiene comparación. Y si tenemos amigos, ésta es nuestra canción.

-I will survive (Lisa Kudrow). The Comeback: porque supone el cierre a su única y espectacular temporada, porque la Kudrow lo borda haciendo de actriz-diva y es divertidísima. Mirad cómo se lo cree. Valerie, no cantas bien y no eres una estrella. Eres un juguete roto y te adoramos por eso.

-Survivor (Destiny's Child). The Comeback. Si la serie acababa con el himno al triunfo por excelencia, el primer episodio, tras mostrarnos el patetismo de un personaje que nos hacía olvidar en 2 minutos los 10 años con Phoebe Buffay, el primer episodio acababa así.

-I'll be your man (The Black Keys). Hung: porque desde que la escuché me enamoró, y la serie ha sido uno de los descubrimientos de la temporada.

-Bad things (Jace Everett). True blood: le viene genial a una de las intros más impactantes de un tiempo a esta parte y esa mezcla de country rockero es muy, muy pegadiza. Y la letra exuda sexualidad (valga la redundancia).

-Breathe me (Sia). Six feet under: casi todos la habéis incluido, ¿por qué no habría de hacerlo yo? Una canción que me recuerda a un año feliz, a amigos para siempre y a un cierre perfecto para la mejor serie de tv hasta la fecha.

-Beautiful (Elvis Costello). House M.D.: la canción original me gusta, el capítulo en que aparecía fue de los mejores de la serie... y el Costello le da un repaso a Christina Aguilera.

-Bad reputation (Joan Jett). Freaks & geeks: nada más que por parir a lo que ahora conocemos como factoría Apatow. Y la canción es mítica y muy, muy pegadiza.

sigo en otro post, que aún tengo unas cuantas en el tintero...


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martes, 8 de septiembre de 2009

oh holy night

hoy es la noche de todas las noches
he encendido una barra de incienso con un capítulo de Rayuela mientras veo In treatment
me he acordado de gente importante y de imágenes que voy guardando en una carpeta
sabor agridulce el de esta noche, y no sé por qué...




viernes, 4 de septiembre de 2009

La serie definitiva: A dos metros bajo tierra... sin spoilers

La historia es un correr de nombres, apellidos, paisajes, cuerpos, historias, papeles, caminos, afanes, saludos, despedidas, recuerdos y ambiciones con nuevos nombres de lugares y nuevos apellidos

Luis García Montero,
Mañana no será lo que Dios quiera

Yo voy a morir. Tú vas a morir. Es más, ahora mismo, mientras lees esto, nos vamos muriendo (si yo no lo he hecho aún). Y es que, lo que nos iguala a todos, al fin y al cabo, es la mortalidad. Nacemos para morir años, meses, días u horas más tarde si no nacemos muertos. Nacer muerto es una estupidez; es como ir a Pisa y no ver la torre, como ser cazavampiros y morir de una estacada, como ir al cine y perderte los tráilers (en demasiadas ocasiones, mejores que la película en cuestión). Pero a lo que íbamos. Muerte. En la sociedad occidental en la que vivimos la muerte es un tema tabú. Visitamos los cementerios en ocasiones contadas, usamos el tema para asustar, compadecemos a los muertos y allegados de estos… y olvidamos, en esta visión egocéntrica de no-veo-más-allá-de-mi-puto-ombligo, olvidamos, digo, que día a día hay gente que tiene que lidiar con la muerte como parte, y a veces esencia, de su vida: médicos, enterradores, párrocos, directores de funeraria… Pero qué mal vistos están casi todos: los párrocos se lo han buscado; los enterradores y empresarios de pompas fúnebres, no. Es fácil imaginar a un señor alto, estirado, delgado y de piel cetrina con un metro en la mano y la sonrisa helada de un buitre buscando a su próxima víctima. Pero no, señores, ellos no eligen. La Señora Muerte es caprichosa.

Érase una vez un despacho de mesa alargada llena de ejecutivos bajo el lema HBO. Una mujer sugirió, casi como con vergüenza, que podían hacer una comedia sobre una familia propietaria de una funeraria. Los otros ejecutivos la miraron con recelo y le rieron la gracia, pero siguieron a lo suyo, cada cual imaginando a una familia alrededor de una mesa, los niños jugando con el puré ajenos a que debajo papá embalsamaba a la señora Holloway. La Ejecutiva Avispada fue al cine algo mosqueada y vio una película que cambió su perspectiva del mundo. La película arrasó su año en los Oscar y decidió que debía hablar con su guionista, un tal Alan Ball. A Mr Ball le gustó la idea mucho e ideó al instante su propia imagen de la serie, algo distinta de la de los Ejecutivos Aburridos. Escribió el guión para el piloto y se lo enseñó a la cadena; “Queremos más subversión”, dijeron ellos, y él lo flipó y se puso a desfasar, buscó a los mejores guionistas con los que había trabajado y escribieron la primera temporada de una serie sobre la muerte. Rodaron los 13 episodios antes de estrenarla. Arriesgaron.

Papá Fisher tiene una funeraria, fuma mucho y a los cinco minutos de episodio muere. Ruth Fisher se queda viuda con tres hijos muy distintos. Nate, el mayor, independiente, que no quiere saber nada de muertes; David, que trabaja en la funeraria, es gay y lo mantiene oculto; y Claire, una adolescente pelirroja que juega con drogas duras y relaciones tormentosas. A esta familia le sumamos dos más, los Chenowith y los Díaz, y tenemos en nuestras manos una bomba de relojería sumamente estudiada, de tan perfecta, peligrosa. Todos, e insisto, TODOS los personajes de esta serie son de un modo u otro infelices. Como tú. Como yo. Son personas más o menos afables, inestables, sinceras, entrañables, alocadas, dramáticas y humorísticas. La película de la que os hablaba, American beauty, profesaba un humor negro inherente a Alan Ball que, extrapolado a la ¿pequeña? pantalla, despliega todos los matices y armas disponibles en la sensibilidad humana. Ahora ríes, a los cinco minutos estarás llorando. Cinco más, carcajada extra.

A dos metros bajo tierra compartía parrilla con Los Soprano, Sexo en Nueva York, Oz, The Wire… todas series de pata negra sello HBO. Cuando nació en 2001 probablemente inauguró la Edad de Oro de la televisión, y cuando murió en 2005 ya anunciaba el final de esta era: cinco temporadas imprescindibles, de aúpa. A dos metros bajo tierra se planteó como cine independiente, y he de admitir que posee algunas de las secuencias más poderosas que he visto en cine y televisión, si no las más poderosas. La muerte es un tema universal, como el amor, que nunca hasta entonces se había tratado con tanta proximidad y verosimilitud. Es difícil no enamorarse de Ruth, Nate, David y Claire o de todos a la vez, u odiarlos. Porque sus actores se convierten en ellos, dejan de ser Michael C. Hall o Lauren Ambrose: son los Fisher. De Francess Conroy afirmó el mismísimo Arthur Miller que era la mejor actriz viva de su tiempo. Peter Krause pasa de ser el personaje más carismático al más incomprensible y odiado, todo esto sin dejar de ser natural como él mismo. Michael C. Hall (ahora como el descafeinado Dexter) hace una de las interpretaciones, construcción de personaje más soberbia que se han hecho jamás, actor como era exclusivamente de teatro. Y nos (re)descubrió a la australiana Rachel Griffiths, a la que vimos compartir pantalla con Toni Collette en La boda de Muriel. Lauren Ambrose ha madurado y despuntado con su peculiar belleza hasta alzarse como hilo conductor y metafórico de la serie, pero también de la vida tal y como la conocemos.

Cinco temporadas. Sesenta y tres episodios. El mejor final hasta la fecha de la historia de la televisión. En un show sobre la muerte no podían escatimar en fallecidos. Cada episodio comienza con una muerte salvo uno de ellos, sorpresa incluida. ¿Cómo se puede morir? Un resbalón en la ducha, un infarto, muerte súbita, te ataca un puma, te atropellan, haces una a lo David Carradine… El drama de la muerte se convierte en un paso más, en lo mundano, en el día a día.

No es de extrañar, pues, la aparición de actores de renombre como Richard Jenkins, Kathy Bates (maravillosa también como directora), James Cromwell, Patricia Clarkson o Mena Suvari (la Lolita de la ya citada American beauty. Y si seguimos con nombres, tenemos un departamento artístico de primera categoría, y es que el arte es uno de los temas principales de la serie (además del arte de embalsamar). El tema principal, compuesto por…todos en pie, Thomas Newman. Capítulos dirigidos por Alan Ball, Michael Cuesta (creador de Dexter) y Rodrigo García, entre otros.

Vida. Muerte. Sexo. Soledad. Culpa. Homosexualidad. Heterosexualidad. Muerte. Enfermedad. Locura. Amor. Sexo. Desprecio. Desamor. Gritos. Drama. Comedia. Sexo. Violencia. Terror. Pluralidad. Política. Religión. Fotografía. Búsqueda. Viajes. Conciencia. Pareja. Nacimiento. Dolor. Luto. Ironía. Trabajo. Terapia. Muerte. Duelo. Psicoanálisis. Sexo. Muerte. Vida. A. Dos. Metros. Bajo. Tierra. Amén. RIP.

martes, 1 de septiembre de 2009

Malas relaciones


Después de ver (otra vez) Six feet under del tirón me he vuelto a poner con Buffy cazavampiros desde el principio, en esta ocasión con audiocomentarios para entender todas las decisiones. Bien, pues si las relaciones surgidas entre las familias Fisher y Chenowith son las más autodestructivas que he visto en tv (más allá del admirable culebrón Nip/Tuck), he observado que en la cuarta temporada de la cazavampiros se lanzaron a por todas sin paracaídas. Vayamos por partes:
Buff, destrozada tras la marcha de Angel, conoce a un chico que la camela, echan un polvo de una noche y la deja tirada y existencialmente angustiada (a lo Felicity, sí…). La universidad es lo que tiene.
Spike vuelve, también resentido porque Dru lo ha dejado, y entabla una relación de amor-odio con Harmony (amor de ella, odio de él). No tienen futuro.
Xander, tras asistir al baile de promoción del instituto con la ex-demonio Anya, va cayendo en las garras del amor (y el sexo) con una chica divertida, honesta y probablemente de los personajes más carismáticos de la serie.
• ¡Hasta vemos a Giles con su novia Olivia! y su lado más desinhibido, sin saber qué hacer tras perder el empleo de bibliotecario…
Willow y su separación con Oz, probablemente una de las decisiones más cuestionadas por los seguidores de la serie. Hacen tan buena pareja… Y eso de que Will se haga lesbiana en cinco episodios puede ser muy progre, ¿pero Tara? ¿No había nada mejor? Ver a Oz con el corazón roto no tuvo precio… y nos costó aceptar a Tara como animal de compañía (menos mal que la chica canta bien).
Buffy conoce al tío más sosias y acabado del mundo: Riley. Después de Bangel hay que reconocer que meter al cachas éste con dos gestos y tan poca chicha a nivel de personaje no fue muy buen acierto… Menos mal que no sabíamos lo que se venía, la redención amorosa con Spuffy.


Lo cierto es que la cuarta, pese a que contiene episodios tan míticos como “Hush”, “Superstar” y “Restless”, no deja de ser una de las temporadas más flojas, tal vez porque experimentó con el paso del insti a la uni, con el binomio ciencia-magia, pero es que ni el Big Bad de la temporada, Adam, resultó tan temible. Y ver a la pandilla tan separada y a un Giles alienado no ayudó…

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No podría vivir sin

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Un libro

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Un saco de huesos, Stephen King