Aunque no es lo mío, hoy he soñado que era poeta. He soñado con Cristina y Silvia, y he rescatado esto del cajón más profundo y polvoriento.
Autocrítica no es autocomplacencia.
Un día todos aprendieron
la lección.
El pájaro derriba al gigante.
El tiempo se para un instante.
Fuego, humo, mala suerte…
Cuerpos que caen al vacío
en las torres de la muerte.
Y América sangra,
sangra petróleo.
Hay lugares buenos.
Busca.
O cambia de canal.
Barras y estrellas,
muerte en las aceras
de las calles del Bronx.
Estrellas y barras,
muerte en las pizarras
por la rabia de un revólver
que aniquila la voluntad.
¿No puedes ver cómo brillan?
¿No puedes ver cómo ondean?
Libertad no es
morir en una silla.
Libertad no es
iniciar otra guerra.
Libertad es…levantar el yugo.
No es coincidencia
que racismo y fascismo
sean tan parecidas.
Incuso Hollywood,
Nacida para brillar,
Tolera lo que desmerece
O intolera lo que merece.
La fábrica de sueños
Es efímera e hipócrita.
Rabia el tío Oscar
A dos metros bajo tierra.
No hay una sola moral
Cuando la fábrica
Incinera sus propios sueños.
Ataques a la vida, a la libertad.
Agua.
Agua cristalina y mansa.
La cuna del jazz,
Nueva Orleáns,
abre sus puertas de noche.
La Ciudad del Sur
no descansa.
Agua.
Agua turbia y colérica.
Las notas se dispersan,
los músicos se alejan
del infierno húmedo
de América.
Y amanece limpia
de pecado y de secretos
no velados.
Y aparece álgida
con el tiempo…
Suena un saxofón, suena
una trompeta.
Suena la ciudad.
No hay instrumento.
Muere un niño.
Es una bala.
Los dioses se enfadan.
Una india amó al colono.
Lo amó de noche y de día,
en todas las posturas,
con su boca y con sus manos.
Lo amó ante la diosa Loba
y el dios Viento.
Lo amó con todo su sentimiento.
Cuenta la leyenda
que la Madre Tierra sintió celos
por los rumores divinos,
y a cambio de vida eterna
exigió el cuerpo fibrado
del muchacho.
Se lo llevó la tierra,
pero el polvo no ama.
Sólo ama así una india.
No es coincidencia
que el tiempo y la memoria
no dejen descansar
esta historia de violencia.
El alma del prisionero
apenas se percibe.
Es una cifra, una fecha
y un uniforme naranja.
El alma del prisionero
se desliga de la vida
cuando cruza los barrotes.
Y al apagarse la luz cada noche
es LIBRE.
Y al llegar de nuevo el día,
MUERE.
Y así, hasta que llegue a su trono.
Autocrítica no es autocomplacencia.
8 comentarios:
=0
genial
Qué repugnancia dan los que sentados en un sillón dirigen el mundo, y matan sin ensuciarse las manos...
vomitivos.
Un abrazO!
Y ahora es cuando llego yo y digo: Viva Bush!
Que va... sabes que es broma, y sabes que tus versos tienen razón
Raquel
Tiene gracia que haya poesía hasta para describir la América de Bush... Un aplauso, Jose, te lo has ganado.Bonito el sueño, un poco de envidia me da... Un besito muy fuerte. Cuidate. Te llego un día de estos en forma de carta. Algo de Londres vendrá en mi maleta para ti, eos seguro.
Tu incursión en el mundo de la poesía, sublime. Sigue soñando cosas bonitas y recuperando viejos escritos.
Gracias por tu entrada, siempre se agradece que un King se pasee por esos lares.
Mil besos portuenses, todos pa ti.
Desde el sillón o desde una oficina se ve el mundo de otra manera, hay que patear mas la calle señores presidentes. Un saludo.
Pero bueno...
no tengo palabras. Yo en el fondo sabía que también podrías/sabrías escribir poesía (viva la rima). No sabes la sensación que me produce leerte, y más, cuando me encuentro, recién levantada, cosas así.
Saramago decía: "En el mundo, hay dos grandes superpotencias: una es EEUU, otra eres tú".
Nos vemos en sueños :-)
Muá***
Buaaaahhhh!!! El King buceando en la charca de la poesía! Increíble... Me encanta... No sé qué digo, lo has dicho tú todo. Me encanta, me encanta, me encanta, ¿has pensado en recuperar esa faceta?
Como dice Silv, nos vemos en Oniria, bajo una forma u otra, nos reconoceremos... Un beso!
Honestamente, es uno de los poemas de denuncia que más me han gustado de los que he podido leer en la blogoesfera^^ Verdades como puños, buen ritmo, y todo tu sentimiento puesto en él, ¿qué más puedo pedirle? Me ha encantado :D
Un beso,
Mun
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