And do you brush your teeth before you kiss? Do you miss my smell? What about me? What about me? What about...?


Va dejando trozos de él por todas partes. Algún día desaparecerá conforme anda.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Esta Navidad, voy a regalar libros

Hasta hace poco, no hacía regalos.
            Es decir, me gustaría haberlos hecho, pero no me interesaba demasiado ni estaba en la situación para ello. No obstante, ya en el instituto traté de impresionar a alguna chica regalándole algo: por lo general, un libro. Ahí comenzó el ritual. Pensar en la otra persona, en sus gustos, en los tuyos, en qué podías aportarle tú, qué podía sacar de un libro concreto… Por lo general, un libro bien escogido puede ser el regalo perfecto. No hay nada más personal y, para qué negarlo, ya estamos hartos de colonias y corbatas, ¿no? El hecho de establecer un vínculo tan profundo entre quien regala y quien recibe el regalo debería acabar de convencernos. Llevar a la otra persona a terrenos que tú ya has transitado, presentarle personas que te han cambiado la vida, ponerla entre la espada y la pared, incluso tratar de hacerla mejor persona… A veces he regalado libros por el simple hecho de abrir la mente a otras personas. Entregar una lectura impactante que te haya marcado implica regalar un trocito de ti entre las páginas. Además, no tiene ni por qué ser recién comprado.
            Desde hace un par de años selecciono libros que ya no voy a leer y ocupan espacio en mi biblioteca y los regalo a amigos en ocasiones especiales. Les dejo unas palabras de dedicatoria o recuerdo et voilà, el regalo perfecto. Además, un libro usado, aunque no huele tan maravillosamente bien como uno nuevo, huele a papel curtido, papel con experiencia. Un libro que ha pasado por varias manos y ha visto mundo es una historia ambulante, va recopilando experiencias y enriqueciéndose cada vez más. Es como cuando coges un libro de la biblioteca y encuentras notas al margen, pequeños detalles y correcciones que a ti se te habrían pasado por alto. O citas de otros libros, o direcciones postales, números de teléfono…. y entonces imaginas la cara de quien ha leído ese libro antes que tú y te preguntas qué le motivó a escribir cierto comentario en ese margen de la página.
            Así pues, este año, como los últimos, me he propuesto regalar libros por Navidad. Hasta he creado una página en Facebook que, si bien es inútil, puede servir de punto de encuentro y debate para los amantes de la literatura. Por supuesto, en cuanto tenga la ocasión este año regalaré mi libro. No por vanidad, sino porque estoy convencido de que se trata de una novela que puede gustar a casi todo el mundo. En primer lugar, porque se trata de una historia que todos intuíamos, si no conocíamos ya: Peter Pan y Wendy se despiden en la ventana con la promesa de volver a verse, con la promesa de no crecer. Podría ser un libro infantil, pero no lo es; los niños no lo entenderían. Podría ser una novela de aventuras, pero entonces se trataría de una novela superficial. Hay aventuras, pero también hay amor, mucho amor, amor a chorros. Podría ser una novela cursi, de modo que también tiene miedo como una novela de terror. Y tiene fantasía para los amantes del fantástico, pero también tiene realismo para los puristas; el miedo nace de la verosimilitud. Además, trata temas que experimentan por igual una niña de quince años y un señor de noventa: el miedo a crecer, el amor, el desamor, el miedo a morir, el rencor, las promesas, la literatura que viene como un huracán y nos cambia la vida…
            Por esos motivos y muchos más creo que La traición de Wendy es el perfecto regalo esta Navidad, y si queda algún indeciso le recomiendo que pase por este blog. Porque las historias honestas deben atravesar fronteras, y es preciso que todo el mundo sepa lo que le pasó a Peter Pan tras decir adiós en la ventana. Por eso, esta Navidad regalaré La traición de Wendy.

6 comentarios:

Klover dijo...

Ala, publicidad xD Me sé de alguien que no tiene abuela ;P

alguien dijo...

¿Pero a que llevo razón? :P

Sarynha dijo...

Odio el prejuicio que tiene mucha gente con lo de regalar libros... Yo siempre incluyo uno o dos en mi lista de regalos, pero hay gente que cuando le regalas un libro se queda con cara de póker, como diciendo "que soso", pues a mí soso me parece regalar un jersey.

Anónimo dijo...

Yo ya lo tengo en casa, y espero que no cuente menos el hecho de que lo haya sacado de la biblioteca

:P





xxxooo

Klover dijo...

Bueeeeno.... xD

Pugliesino dijo...

¿Estás diciendo que todos los que tengamos La traición de Wendy la regalemos?
Siento no seguir tu consejo :)

¡Felices Fiestas quillo!

lamusique

No podría vivir sin

eveybody's gotta learn sometimes

Un libro

Un libro
Un saco de huesos, Stephen King