Extraída del excelente blog Mi mesa cojea, de Jose A. Pérez, guionista y pensador, persona non grata. Os recomiendo de paso, Ciudad K, lo mejorcito que se ha hecho en mucho tiempo de televisión en España.
JOSE: Excelencia, gracias por recibirme.
PAPA: Santidad.
J: Oh, gracias, pero no creo que sea para tanto.
P: Me refería a mí.
J: Ah. Claro, Santidad, perdone.
P: Absuelto.
J: He leído en varios medios que la semana pasada comparó a los ateos con los nazis.
P: Correcto.
J: ¿No le parece un poco excesivo?
P: Mira, hijo, yo fui de las juventudes hitlerianas, sé de lo que hablo.
J: Pero los nazis mataron a muchísima gente.
P: ¿Tú fuiste de las juventudes hitlerianas?
J: No, pero…
P: ¿Has sido nazi alguna vez en tu vida?
J: No.
P: Pues yo sí. Así que no hables de lo que no sabes. Mira, desde que dejamos de quemar brujas, la Iglesia ha sido muy condescendiente con los ateos. ¿Resultado? Ahora van por ahí masturbándose y abortando. Incluso he oído que fornican por el orificio de la defecación. ¿Crees que Dios nos puso ese orificio ahí con esa finalidad? Con lo a desmano que está, hace falta ser vicioso…
J: Con todos los respetos, Santidad, creo que el fornicio anal no es un invento nuevo.
P: ¡Pero ahora hay orgullo en ello! Ahora los ateos se vanaglorian del Big Bang y de las penetraciones anales. Están obsesionados con los agujeros, como ese ateo inglés, Stephen no sé qué.
J: Hawking.
P: Ése.
J: Bueno, es un científico, sólo hace su trabajo.
P: Los científicos tienen que estudiar cosas importantes, como porqué los preservativos son malos para el alma.
J: Pero es que los científicos sostienen que no hay alma.
P: ¿Lo ve?, fíjese si les queda campo de estudio todavía. No puede ser que anden por ahí clonando ovejas cuando ni siquiera saben dónde está el alma.
J: Cambiando de tema, Santidad… ¿Qué tiene que decir de los abusos?
P: ¿Qué abusos?
J: Bueno, ya sabe… Han aparecido noticias de personas que dicen haber sido violadas por…
P: Oh, esos abusos. El Vaticano condena tajantemente los abusos de menores. Cinco importantes teólogos llevan cuatro años dándole vueltas al tema y han llegado a la conclusión de que, si Dios quisiera que practicáramos el coito con niños, no los haría tan pequeños.
J: Interesante.
P: Es una cosa horrible que un hombre de Dios fornique con niños chicos. No me lo puedo ni imaginar, y créame que lo he intentado con enorme ahínco.
J: ¿No arreglaría las cosas permitir que los curas tengan relaciones sexuales con normalidad?
P: Eso es inviable. Los católicos tenemos que pensar en Dios como en la fimosis del alma. No hay mala voluntad en Dios, como no la hay en el prepucio anormalmente estrecho.
J: ¿Y qué va a hacer el Vaticano para evitar que esto ocurra de nuevo?
P: Tenemos un plan de acción. A partir de ahora, cuando veamos a un cura contento será inmediatamente expulsado de la Iglesia.
J: ¿Y si está contento por otra cosa que no tenga relación con niños?
P: No seas ridículo, ¿por qué iba a estar contento un cura?
J: Una última pregunta, Santidad. ¿Cuándo tendrán pleno derecho las mujeres en la jerarquía católica?
P: Nosotros no tenemos ningún problema con las mujeres en sí. Lo que nos molesta son los pechos y las vaginas. Y las nalgas también nos turban un poco. Y las nucas. Y ocasionalmente, también las piernas y los vientres, particularmente si son planos. Y tampoco nos acaba de convencer esa zona de la espalda que está justo encima de las nalgas y que a veces asoma cuando se sientan, ¿sabes de lo que te hablo?
J: Perfectamente.
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