And do you brush your teeth before you kiss? Do you miss my smell? What about me? What about me? What about...?


Va dejando trozos de él por todas partes. Algún día desaparecerá conforme anda.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Nuevo disco

Del probablemente mejor grupo de música español, con ese rollito de rock suave y la inconfundible voz de Manu Cao. La sonrisa de Julia saca mañana nuevo disco, Bipolar. Las noticias sobre el nuevo disco de La sonrisa de Julia llegan muy poco a poco.

El título podría deberse a ese nuevo sonido más funky que se anuncia, que se mezclará con el tradicional, para mostrar los dos polos del grupo de Marcos Cao.
UN recordatorio de un temazo, "El tren"

martes, 16 de septiembre de 2008

Cuentacuentos 43

Antes de que sigas leyendo, querido lector, he de aclarar varios puntos. No me he servido de la frase de la semana como puro pretexto para contar una historia que nada tiene que ver(dios me libre, eso nunca, ni el deux est machina); es más, la historia es tan larga que probablemente hagan falta más páginas para entender la relación.
Segundo, la historia que a continuación narro es completamente ficticia, aunque utilice mi entorno vital y yo, Jose Alberto Arias Pereira, sea el narrador protagonista. No es más que un instrumento para dar veracidad a una historia sin pies ni cabeza que espero algún día poder acabar con la esperanza de que nadie me demande.


Frase mía: "Todo comenzó cuando Blanquita se comió a sus cachorros", por El Cuentacuentos.

PRÓLOGO

Todo comenzó cuando Blanquita se comió a sus cachorros.
________Aunque, para ser sinceros, podría decirse que todo comenzó bastantes años antes, cuando mi madre dio a luz a su cuarto hijo, Pablo Arias Pereira. Pablo nació muerto. Nació muerto y, no obstante, se certificó antes su nombre que su muerte por obra y gracia de mi padre. José Arias Gómez nunca ha sido un hombre detallista; como todos los Arias, se ha mantenido al margen de muestras de afecto efusivas, recordatorios de fechas señaladas y demás. Así pues, no asistió al parto de ninguno de sus hijos. El 9 de agosto de 1987, cuando yo nací, mientras a mi madre le practicaban la cesárea mi padre se encontraba en un pueblo vecino al mío.
________El día que nació Pablo todos estábamos en Granada. Mi madre ingresada con sus tres hijos como única compañía –después llegarían sus hermanas-, y mi padre, en vista de las contracciones, hizo lo de siempre: irse al registro civil a dar el nombre de otro de sus retoños sin saber que en el momento en el que él firmaba los formularios, Pablo Arias Pereira permanecía impasible tras el oportuno azote en el cachete. Se había ahogado con su cordón umbilical, el único instrumento que lo mantuvo en contacto con su madre durante nueve largos meses.
________Los siguientes meses fueron de pesadilla, como si todos fuéramos personajes de una grotesca película expresionista. Mi madre, con el descenso de hormonas y la paulatina toma de conciencia de lo sucedido, arrastró a mi padre a un continuo estado depresivo y destructivo en el que ya nada más tenía sentido. Es curioso cómo el acontecimiento que a mis padres les quitó el sentido de vivir dio origen a lo que a mí me hace seguir: la escritura. Comencé a escribir por entonces, con diecisiete años no por vocación tardía sino tratando de resolver la insostenible situación familiar. Redacté una biografía ficticia sobre mi hermano muerto Pablo Arias Pereira donde relataba todo lo que habría de haber sido en la vida: su infancia tranquila y feliz en el pueblo, el paso al instituto con los primeros amigos y amigas, la llegada a Granada para estudiar, recomendado por sus hermanos, Teoría de la Literatura con la consecuente vida bohemia como adulto especial, conquistador innato y profesor carismático.
________De este modo, mis padres –sobre todo mi madre- suplieron la ausencia del hijo muerto y yo, sin quererlo, colaboré en el reforzamiento de la sombra de Pablo, que se cernía por toda la casa e incluso por el pueblo dando lugar a habladurías entre la gente más vieja y más escasa.
________Mi madre hizo su vida y organizó todo en función de Pablo y su falsa biografía. De este modo obligó a mi hermano Carlos, el pequeño hasta entonces, a compartir cuarto con Pablo. Cada uno tenía su cama y su mesa particular, de tal modo dispusieron los muebles. Miguel –mi mellizo- y yo no vivimos toda la tragedia “in situ”, aunque a nuestra manera la sombra de Pablo no nos abandonó. Cuando nació Carlos, la otra opción para su nombre era Pablo, pero todos nos decantamos por la primera. También nació por cesárea y, en vistas de evitar otro embarazo que podría ser múltiple, mi madre se sometió en la misma operación a una ligadura de trompas. Por eso, la tarde en que nos llamó a Granada para darnos la noticia de que estaba embarazada, nos dejó envueltos en un incomodo silencio. Ni siquiera discutimos la remota posibilidad de que lo estuviera –tanto por la edad como por la ligadura-. Por ambos motivos, Pablo estaba predestinado a no nacer, a no ser ni siquiera engendrado, aunque miento si ahora digo que en su momento la idea de un hermanito -¡que sea hermanita!- a los diecisiete años no nos resultara excitante. Tras la muerte de Pablo, nosotros también quedamos aislados en Granada salvo las remotas llamadas de auxilio de Carlos hasta ese mes de abril en el que mi madre nos obligó a ir a Bélmez para asistir al bautizo de no-Pablo, el no-hermano.
________Hace cuatro días que Pablo les trajo su primera manualidad de arcilla a mis padres. Yo aun no la he visto. Pablo tiene ahora 4 años. A mí me pesan los veintiuno, pero nada en comparación con lo que estamos viviendo. Todo está loco. El mundo, la gente, los animales, el fin del mundo está aquí. Y joder, Pablo ha muerto…

lamusique

No podría vivir sin

eveybody's gotta learn sometimes

Un libro

Un libro
Un saco de huesos, Stephen King