And do you brush your teeth before you kiss? Do you miss my smell? What about me? What about me? What about...?


Va dejando trozos de él por todas partes. Algún día desaparecerá conforme anda.

domingo, 31 de agosto de 2008

Apuntes musicales

Vaya, uno no puede tomarse unas vacaciones o se encuentra todo el panorama musical de su país cambiado. En primer lugar, querría hablar de dos grupos que son número uno en su género, ambos con una amplia andadura artística sin incidentes remarcables; da la casualidad de que ahora ambos cambian de vocalista, aunque con resultados bastante dispares:

-La oreja de Van Gogh: Amaia Montero anunció su despedida para comenzar una carrera en solitario. Poco después, el grupo buscó una nueva cantante que fuera acorde con el estilo del grupo, y dieron en la diana con la donostiarra Leire Martínez, que se dio a
conocer en el concurso musical Factor X. Leire es joven y atractiva, de modo que encaja para ser el nuevo rostro del grupo más comercial en español, ya que también son números 1 en Latinoamérica. Con una trayectoria marcada por el buen hacer de sus músicos y compositores, parece que esta nueva singladura tiene el futuro prístino con un nuevo disco al más puro estilo del grupo y una vos sorprendentemente similar a la de Montero, A las 5 en el Astoria, que digo yo que menuda campaña viral de publicidad,¿no?



-Presuntos implicados: no hizo tanto ruido la noticia de la separación del grupo. Soledad Jiménez dejaba el grupo con el que cosechó todos los éxitos del blues en España. En este caso, la historia se repite y la elegida para sustituir a Sole es la eurovisiva Lydia. Personalmente, creo que no han acertado en la elección, ya que la voz de Soledad Jiménez es muy personal, parafraseando la canción, templada por el blues. La voz de Lydia es demasiado popera. No hay más que comparar o esperar a oír los clásicos de Presuntos con su voz. Comparad vosotros mismos.



Último apunte: nos llega con dos meses de adelanto el nuevo single de Nena Daconte; siguen con su rollo original y personal, el video muy divertido y la canción suena genial, muy pegadiza:

martes, 26 de agosto de 2008

Canción de la semana


Esta semana os traigo una puta maravilla tanto por la música como por la letra. Se llama Cannonball, y esta versión, por si fuera poco, se trata de un directo. Yo tuve la ocasión de asistir al concierto de este portento de la naturaleza que es el irlandés Damien Rice. Una canción perfecta para conquistar, menuda letra...

there’s still a little bit of your taste in my mouth
there’s still a little bit of you laced with my doubt
it’s still a little hard to say what's going on

there’s still a little bit of your ghost your witness
there’s still a little bit of your face i haven't kissed
you step a little closer each day
that I can´t say what´s going on

stones taught me to fly
love, it taught me to lie
life, it taught me to die
so it's not hard to fall
when you float like a cannonball

there’s still a little bit of your song in my ear
there’s still a little bit of your words i long to hear
you step a little closer to me
so close that I can´t see what´s going on

stones taught me to fly
love taught me to lie
life taught me to die
so its not hard to fall
when you float like a cannon..

stones taught me to fly
love taught me to cry
so come on courage, teach me to be shy
'cos its not hard to fall,

and I don't want to scare her
its not hard to fall
and i don't want to lose
its not hard to grow
when you know that you just don't know

life goes on


Nunca he sudado tanto
para ganar la medalla,
ni siquiera la toalla.
No obstante, el dios
del perpetuo infortunio
amaneció un día a mi lado
haciéndome a un lado en la cama
y ahora parece decir,
como un consejo más que como una orden,
que arroje la toalla.
Mas procuro no engañarme,
ya que los dioses no saben de consejos:
se lo dieron todo hecho.
Que se mueran los mitos y los dioses,
y que arrastren con su caída nuestra
maleable humanidad
no al antojo del Sino,
sino donde mueren
los recuerdos de los niños que
no llegaron a nacer.

domingo, 24 de agosto de 2008

21st


Volvamos al 9 de agosto, que es algo que tenemos pendiente. No estoy más viejo, ni más guapo ni más feo; tal vez algo más gordo y torpe, más cansado… En esta ocasión no tengo pensado hacer un repaso vital como lo hice en su día con mi post más exitoso, sino que lo voy a tomar como el año de suma y sigue. Curiosamente, si ahora vuelvo la vista atrás y les echo un vistazo a las previsiones y a la buena sensación que desprendían los 20, veo que acertamos. Pasa un día y pasa otro día, y otro, y otro, y así 365, y te das cuenta de que de nuevo es 9 de agosto (¡mierda, se me olvidaba…. habrá que llamar a Jose), porque nací por cesárea a las 2 de la mañana y, aunque era algo que ya sabían y esperaban, en lugar de un bollo traía a mi mellizo bajo el brazo. Y si mi vida ha sido aburrida o yo soy aburrido o no soy el tipo de persona de los que ganarán, sino de los perdedores, lo soy porque así me he hecho. Parece sobreestimada la clave de mi autodidactismo, pero es cierto que lo que me conforma como persona lo he logrado, para bien o para mal, por mí mismo en un 99%. Total, que el año comenzó de puta madre con el final de un agosto cargado de nervios, esperanza y sombras que me visitaban de noche para contarme secretos, y en septiembre conocí Swansea con todo lo que ello conlleva. Al principio esa palabra se colaba tímida, apenas audible entre mis dientes, pero ahora digo SWANSEA y me acuerdo de María y de Raquel y de David e Iñaki y de Sheila y Janire y de Claudia y Eleanor, entre otros muchos. Y me acuerdo hasta de Betty, de Cardiff y de Torchwood. Porque ya será el año en que me fui de Erasmus y visité lugares maravillosos y conocí gente que necesitaba conocer, e hice amigos de todas partes y tiré abajo prejuicios y construí otros tantos. Y será el año de Damien Rice en concierto, del cine en VO en el VUE y los paseos por Londres y esa maravilla llamada Oxford. El año en que me reconcilié definitivamente con la fotografía y la poesía, en el que puse al cine en un altar y… Bueno, esto no es nada. Hacer balance nunca se me ha dado bien, pero puedo decir orgulloso que al menos hice diez buenos amigos, buen ritmo anual, aparte de lo bueno y lo malo que conocí. El año en que bebí hasta vomitar, mi año de la melancolía elevada a nombre de enfermedad inventada, wackness. Y también de enamorarme, por qué no, puede que varias veces o de no desenamorarme ninguna. El año de las comidas exquisitas y del amargo regreso a casa, a una Granada extraña, casi fantasma de lo que era. El año en que fui más feliz y más triste de toda mi vida, en el que reí de miedo y lloré de alegría, pero también de tristeza. El año en que me refugié en los abrazos y reconocí mis propias limitaciones, el año en que perdí media sonrisa a cambio de ganar emociones antes no vividas en el pecho gracias a todos vosotros, porque sigo vivo y esto no ha sido más que una mala piedra en el camino, nada de punto de inflexión. Everything’s gonna be alright… Y ahora mentidme, pero ya que estoy en los 21 lo único que me entristece es que no tuve mi fiesta. Mis 21 años se la merecían, ¿me equivoco? Porque joder, no todos los años se crece tanto. Cre(zc)o ¿brindamos?

lamusique

No podría vivir sin

eveybody's gotta learn sometimes

Un libro

Un libro
Un saco de huesos, Stephen King