And do you brush your teeth before you kiss? Do you miss my smell? What about me? What about me? What about...?


Va dejando trozos de él por todas partes. Algún día desaparecerá conforme anda.

lunes, 28 de junio de 2010

Promesas

Dice un personaje en La traición de Wendy que jurar está feo, pero que siempre están las promesas. Claro que si haces una promesa, la tienes que cumplir. Si no, te pondrás a la altura de la gentuza que jura y hace promesas que luego no cumple. Y eso sí que no...

Hace unos días, en vista de la desesperación que me provocaba una asignatura, dije que si la aprobaba, me raparía. Es decir, me cortaría el pelo al cero. Ayer me dieron la buena nueva y mi hermano llegó por la puerta y soltó: hoy toca trasquilarte... En principio me negué porque me lo tenía que pensar. Lo cierto es que llevo cuatro, casi cinco años dejándome crecer el pelo. Hace dos años, tras el infarto, me lo corté y desde entonces ha crecido salvaje. Mi idea siempre ha sido algún día dar el campanazo y pegarme el corte padre, el corte de todos los cortes, raparme hasta que se vean los músculos al pensar o masticar. Esta tarde, cuando venía a casa, lo he visto clarísimo: Jose, es algo que como no hagas con 22 años no harás nunca. Es más, llevaba días pensando en teñirme el pelo azul o verde en unas semanas cuando esté en Inglaterra para raparme justo antes de mi partida. De modo que era ahora o nunca. Lo he hecho, señores.
Se acabaron los años de melena rubia al viento, de cantidades ingentes de champú y mascarilla, de pelo en la boca mientras como o duermo, de molestias con el viento...
Me he convertido en Britney Spears...


La prueba, en unos días, cuando me instale al fin en casa. Tranquilamente.

sábado, 26 de junio de 2010

Nuevo fondo de escritorio

No es muy guapa. Ni bien hablada, educada, dócil. No tiene la voz dulce. Y le rompieron el corazón.


Además, tiene algo...

viernes, 25 de junio de 2010

Decir adiós

Podremos licenciarnos en la ciencia que explica los misterios de las estrellas, su incesable combustión, su magnífico centelleo. Podremos explicar los símbolos tras el blanco y el negro y la luna en la obra de Lorca. Podremos explicar tantas cosas, hallar equivalentes en otros idiomas y exponer nuestro cuerpo a una actividad física exhaustiva y rizar el rizo de la raíz cuadrada de novecientos cuarenta y siete con veintidós al cubo, pero no lograremos dar con la alquimia adecuada, con la fórmula, la gramática exacta para decir adiós y no sentirnos muertos.


Quedarán atrás los paseos, el parque, la casa de Federico, el Parque de las Ciencias, las visitas, los conciertos, el videoclub, la Tertulia, las tapas, la 7 Pecados, las noches larguísimas, los exámenes, las traducciones, los diccionarios, los hospitales, el Lobos, el Bohemia, los dieciocho, los diecinueve, los veinte como un espejismo... y puede que me queden las fotos o los recuerdos, o esta certeza de que, nomatterwhat nomatterwhere, siempre estaréis ahí cuidando de mí. Eso me consuela. La vida no ha hecho más que comenzar, y hay que abandonar el útero.



Os dejo. De momento.

martes, 22 de junio de 2010

Fronteras III

Lo hablaba ayer con un amigo. Más allá de que el fútbol me provoque indiferencia, la pasión por los colores sencillamente me esquiva, me evita. Y todo esto supongo que tiene mucho que ver con eso de la identidad con un país o una nación o un pueblo o una familia. Porque esas son cosas que no podemos elegir. Nacemos con todo esto dado. Dice Luis García Montero, por ejemplo, "Un hijo es el segundo país donde nacemos". Vale que él no habla de nacionalidades o política o nada de eso, sino de la paternidad, pero creo que es bastante significativo. ¿No podría ser, por tanto, el amor la última patria del hombre, su verdadero país? Y no creáis que éstas son frases inconexas, pues tal y como le decía a mi amigo, se produce un hecho muy curioso cuando alguien se encuentra en un país extraño: se vuelve patriótico. Me pasó a mí y a todos los erasmus de la historia, claro que a cada cual, a su modo. Yo tuve la suerte de compartir Erasmus y día a día con unos amigos vascos, de modo que traté con ellos a menudo estos conceptos. Estuve de Erasmus en Gales. No me habré visto ningún partido de la selección de fútbol, de acuerdo, pero me he llegado a emocionar con partidos de rugby donde uno de los participantes era Gales. Y siempre que hablo de Gales se me llena el pecho y me siento orgulloso, y supongo que eso es lo más parecido que he sentido al patriotismo.


¿Cuál es la diferencia? ¿Soy un mal español? No, sencillamente todo desemboca en lo mismo: amor. O pasión. Puedo sentirme más granaíno que belmoralense o más galés que español en según qué cosas, todo ello debido a que igual he sido más feliz en esos lugares, a que me he sentido más motivado, más lleno, más todo. Porque mi país, mi patria está donde estén los míos. Y por eso creo que deberíamos abolir ese sentimiento patriótico que nos imponen con nacer en un sitio, con que tu padre sea del Barça y tu abuelo también, o llevado a extremos absurdos, creo que debería ser perfectamente lícito que alguien que escuche Pink Floyd pueda también escuchar Lady Gaga sin que nadie le cante las cuarenta. Porque eso, al fin y al cabo, es imponer fronteras. Y bueno, os aseguro que todo esto entronca con el ejemplo que os quería poner sobre Estados Unidos, aunque otro día, que aquí aún hay mucho pescado que vender. Pero un adelanto sería básicamente que todos deberíamos ser libres para decidir qué hacer con nuestras vidas y con quién hacerlo. He dicho.

lunes, 21 de junio de 2010

Labios saliendo

Llegué a este pueblo perdido de Galicia como se llega a los lugares maravillosos, en autobús y por casualidad. No sabía los secretos que deparaba el lugar, las personas y demás entes que lo pueblan. Aquí meigas, lo que se dice meigas, haberlas, no las hay, ni hadas ni otras criaturas de honrosa mitología. Vampiros, sin embargo, haberlos haylos. Es lo que hablé con Maryana unos días después de llegar, cuando celebrábamos una moraga en la playa.

________ —Qué oscuro todo, ¿no?

________ —Es de noche.

________ —Ya, pero no hay luna.

________ —Está nublado, siempre lo está en el pueblo.

________ —Oye, ¿y eso que dicen de los vampiros es verdad?

________ —¿Tú qué crees? ¿Te dan miedo esas historias?

________ —Bueno… son mitos, no hay de qué preocuparse.

________ —Mira eso, al fondo. No, mira donde señala mi mano. Descuida, aún está lejos…

________ —¿Qué es? No veo nada.

________ —¿No ves nada brillando en la oscuridad? Justo donde rompen las olas, a la altura de una cabeza hay una boca. Vamos, tienes que verla…

________ —¡Ahora! Veo un borrón azul.

________ —Te cuento. La mayoría de la gente se equivoca. Esperan ver unos ojos rojos brillantes o unos colmillos que aparecen de la nada, pero lo único que delata a un vampiro son sus labios, azules y brillantes. Y sonrientes, como esos.

________ —¿Cómo lo has descubierto?

________ —Verás, un día llegué a casa y no había nadie, o eso creía. Entonces vi a mamá sonriendo en su sillón. Papá entró por la puerta. También sonreía… fue espeluznante por un momento.

________ Entonces sonrió ella.

sábado, 19 de junio de 2010

Crónica de una semana intensa


De una semana en la que he pecado.
El lunes amanecí en casa, en el pueblo, en mi cama gigante y mi cuarto infinito. Todo bien: hice como que estudiaba mucho para mi examen de jurídica. El martes me puse nervioso porque el examen era el viernes, pero yo ya tenía la entrada para el concierto de Muse. ÚNICO concierto en España en 2010 en el Vicente Calderón. Tenía dos opciones: quedarme el miércoles estudiando en casa y venirme a Granada el jueves, ya que el examen fue el viernes por la mañana; o irme a Madrid el miércoles por la mañana e ir al concierto, y luego venirme a Granada esa misma noche. Los astros se fueron alineando: Muse debía empezar a las 10, ya que los teloneros (Editors, muy buenos también, empezaban a las 8 y pico), lo cual venía a decir que el concierto acabaría sobre las 12; dio la casualidad de que un primo de mi madre tenía que irse del pueblo a Madrid el miércoles por la mañana, así que me fui con él. Llegué a mediodía, quedé con una amiga y fuimos a comprar el billete para Granada; según la web de ALSA, el último bus salía a la 1. Cuando fui a comprarlo, me dijeron que a la 1 y media, de modo que en teoría me daba tiempo de volver a Granada dormido en el bus. Fuimos al estadio a las 8 y pico, justo para ver la actuación de Editors, quienes nos sorprendieron gratamente al estar a la altura como teloneros de los inmensos Muse: Y es que calentar a 20000, 30000 o 40000 personas puede imponer, pero salvaron el obstáculo con gracia. Dicho sea de paso, la voz del cantante me recordó a una mezcla entre David Fonseca y Brandon Flowers, ya sabéis, como una voz entre grave y muy masculina, potentey vamos, muy adecuada a su música. Pocos han hablado de ellos en todas las reseñas y crónicas del concierto, porque naturalmente la gente estaba ahí para ver a Muse. Gente que ha pagado entre 40 y casi 80 euros por verlos (sin contar la reventa) esperan, cuanto menos, algo legendario. Y es lo que hizo Muse.
El concierto
Miércoles noche. No hace frío ni calor. Se está genial. El cielo nublado. El escenario tiene forma de pirámide con una bola en la cúspide. Si no me equivoco, estrenan este nuevo escenario para la gira de verano. Inmenso, claro. Máquinas de humo, luces que se encienden...los comentarios excitados de los asistentes empiezan a hacerse notar... Se apagan las luces: gritos, ovaciones, nervios. Aparecen filas de personas a ambos lados del concierto con pancartas: WE WILL BE VICTORIOUS; THEY WILL NOT CONTROL US. La estrategia de reivindicación en una banda de rock no es nada nuevo. A Greenday también les funcionó de lujo. Comenzar un concierto con "Uprising" y 50000 personas coreando estas sentencias, estos lemas es una declaración de intenciones. Y el público respondió a lo que nos ofrecía la banda. Un Matt Bellamy que defiende todo con ese chorro de voz, que se sabe el centro de atención, que doma al falsete y lo convierte en aliado... ¡Qué más decir de él! Brillaron principalmente temas de sus últimos trabajos: United States of Eurasia (o la nueva Bohemian Rhapsody), The Resistance... aunque desde luego algunos de los momentos más emocionantes corrieron a manos de clásicos de la banda inglesa: maravillosa Feeling Good, Map of the Problematique, Supermassive Black Hole... vamos que no se andaron con chiquitas. Los espectadores coreaban los solos de guitarra (y 50000 personas coreando son muchas personas). En definitiva, y aunque faltaron temas tan importantes como Invincible o su tema estrella Butterflies and Hurricanes, Muse ha logrado a fuerza de ensayo y error su directo más equilibrado con temas que van desde el alternativo más Radiohead al glam rock, todo ello pasando por la balada clásica roquera o el rock electrónico, todo ello salpicado por un alarde de improvisación en los solos que se marcan todos los miembros de la formación. O que el estadio enmudezca cuando Matt se pone al piano y canta, casi como un abrazo, Feeling Good. La escenografía fue abrumadora con esa pirámide que parecía replegarse y la estática y montaje de videoclip frenético. O el momento en que la esfera sobre el escenario se transformó en un ojo que parpadeaba y nos observaba a todos. O cuando estalló el confeti durante un baladón, o las pelotas que resultaron ser ojos para que la gente jugara con ellas. O el ovni. Sí, he dicho ovni. Del escenario se descolgó un ovni del que salió un tipo de blanco que estuvo bailando conectado al ovni mientras los músicos nos deleitaban con sus virguerías. La única pega que tuvo el concierto fue el día, un miércoles, ya que hacia el final del espectáculo la gente comenzaba a cansarse (normal, madrugan, trabajan...). Total, que después de su bis el concierto acabó a las 12 y media, justo para salir e irme a la estación de autobuses, pillarme el bus y volver a casa. Os dejo un momentazo del concierto :)
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El viaje
Salimos a las 12 y media del estadio, procuramos escapar de la mole de gente que abandonaba el estadio y fuimos al metro. Hicimos trasbordo y cuando llegué a Méndez Álvaro me iba a equivocar de camino, estaba convencido de que el autobús ya había salido o estaba saliendo, y una limpiadora me dijo que no era por ahí, así que al fin subí corriendo dos tramos de escaleras, bajé otro y al fin llegué al bus: a la 1 y media, el último. Pero llegué.
El jueves fue un día cualquiera. Aunque no todos los jueves muere Saramago, desde luego. Fue un jueves gris de prepararme el examen del viernes. A ver qué tal...
pd: hace un año más o menos me operaron...

viernes, 18 de junio de 2010

Hoy

he hecho un examen en secreto.
se me ha roto el cargador del portátil.
he ido al concierto de Tulsa.
he sacado de la biblioteca Ensayo sobre la lucidez, El evangelio según Jesucristo y Caín.
ha muerto José Saramago.
me he tomado tres cervezas.

lunes, 14 de junio de 2010

Jaén Produce Estrépito (y yo también)

Una pequeña presentación que tuve que hacer junto a otros jóvenes colegas hablando de poesía y la vida en Jaén Produce Estrépito. Y yo con estos pelos:

Jaén ProduceStrépito #6 - 11 junio 2010 from produceStrépito on Vimeo.

jueves, 10 de junio de 2010

Como una leona



Vender la moto o El encantador de serpientes son otros de los títulos que he barajado para este post. Pero es más idóneo el de la madre leona que, como cualquier choni televisiva, derrumbaría el mundo entero por sus cachorros. Mª Teresa Campos prefiere morir a matar por su hija, pero yo de momento me lanzo a la trinchera.


Supongamos que ya ha concluido el grueso de la promoción del libro, que, para ser sinceros, ha sido justita, poca cosa, pero creo que bien aprovechada. Me han faltado los diarios de tirada nacional, la noticia curiosa de la joven promesa literaria que aparece en España/Andalucía/Gibraltar Directo, pero por lo demás, ha estado bien. Cada vez que mi nombre salta en una web de ese ente imparable que llamamos Internet, me llega un mail con alertas de Google para congratularme o poder acaso medir la repercusión que tenga o no tenga o pudiera llegar a tener.

Me he dado cuenta en estos dos meses de que me encanta hablar y ser el centro de atención, de que hablar de algo que conozco me ofrece una seguridad que no había tenido hasta ahora. Y también me he dado cuenta de que La traición de Wendy no es tan maravillosa como pensé en su momento. No tan buena. Ni tan mala. Pero es mía. Es cuanto sé. Y la defiendo por todos los medios en las presentaciones, en prensa: hablo del final de Peter Pan y Wendy, de Ismael Serrano, del amor, de lo fácil que es olvidar a nuestro niño interior, olvidar la inocencia, hablo de los clásicos, de metaliteratura, de mis pasiones, de por qué la gente no se emborracha de poesía, de las camisetas que me hago por encargo… Y todo eso para decir: La traición de Wendy es mi niño, es mi cachorro, aún no tiene ni colmillos, pero yo le daré de comer hasta que gane unos kilos y sepa gruñir y rugir y abofetear a sus hermanos y, más tarde y con algo de suerte, morder al lector y atraparlo y arrancarle las entrañas.

Creo que lo estamos haciendo bien. Por cierto, al fin me han incluido en el catálogo de la editorial.

miércoles, 9 de junio de 2010

Fronteras (interludio)

Un señor que directamente merece no estar vivo, y el típico señorito que adiestra a niños. ¿Todo esto para qué? Para ampliar la franja que supone nuestras fronteras.



El chiste fascista de Bertín Osborne: Intereconomía educando a niños en la homofobia from Oscar Bilbao on Vimeo.

martes, 8 de junio de 2010

Premio de Stultifer


Resulta que el otro día, el lunes de la semana pasada, para ser exactos, me otorgaron un premio por el blog desde No sin mi cámara "por los pensamientos y matices". A mí me congratula toda fuente de reconocimiento, para qué engañarnos, así que desde aquí me gustaría dar las gracias y animaros a que paséis por su bitácora, curiosa como pocas y llena de escaleras :O
Por otra parte, mañana será la presentación de La traición de Wendy en Granada y estoy extrañamente nervioso porque es la ciudad donde llevo viviendo cuatro años y donde he escrito el grueso de mi obra. Y por los amigos. Los compañeros. La Alhambra. Y la poesía... Así que espero todo vaya bien y me pueda preparar con tranquilidad el examen de la semana que viene, eso sí, todo después del concierto de MUSE en Madrid. Vértigo, que el mundo pare...

jueves, 3 de junio de 2010

Fronteras II


Porque las nacionalidades, los nacionalismos no generan más que conflictos. Vale que hay gente que necesita sentirse parte de algo. De hecho, no hace mucho yo mismo empecé a calentarme la cabeza con cosas en las que no solemos pensar. Me dije lo que explicaba el otro día, que sólo somos un punto en el tiempo el espacio, una insignificancia, nada. Un poro escondido en la arruga de un cuerpo de dos metros. Prácticamente nada. ¿Qué sucede si ese poro se tapona? Nada. La mierda saldrá por otro. Y tuve conciencia del concepto de infinito: no hay límites por arriba ni por abajo, ni por ningún lado, porque no hay arriba ni abajo ni lados… y me agobié. Porque si estamos en un lugar ilimitado, y creo que el ser humano no puede concebir el infinito, si estamos en ese lugar tampoco hay centro por mucho que nosotros nos creamos el centro de la existencia. Y somos tan pequeños, tan prescindibles. ¿Y de qué sirve entonces intentar nuestros logros, nuestras pequeñas batallas si somos tan imperceptibles? ¿Para qué preocuparme, para qué sufrir o tener nudos en el estómago debido a los exámenes o una carrera que sí, quiero acabar? ¿Para qué sirve el concepto de nación, si todos somos componentes de esa mota de polvo microscópica? Porque el hombre es malo por naturaleza. Es avaricioso y quiere poseer una tierra y poseer más tierra que el prójimo. Y si puede ver cómo su vecino muere de hambre, lo hará feliz, como si nada. Y enarbolará su bandera como si supusiera un mérito. Y hará competiciones en plan guay con los demás vecinos, ya sea una Eurovisión (mensajitos nacionalistas y pactos eternos mediante) o un mundial de fútbol, y la gente seguirá estos espectáculos como si cada victoria fuera suya.

Y esa gente seguirá imponiendo fronteras no sólo de carácter geográfico, sino moral y social. Determinarán qué está bien y mal, qué modas (horrible costumbre la de las modas) se deben seguir y cuáles descartar. Que si bien es cierto que la anarquía es una utopía adorable pero inviable, tampoco es cuestión de poner fronteras en todos los ámbitos. A mí nadie me tiene que decir lo que amar o leer o temer o hacer. Y a eso son muy, pero que muy dados los estadounidenses. Y el ejemplo que ponga será de lo más simple, pero eso será en la próxima entrega. Creo que ya he divagado suficientemente por hoy.

miércoles, 2 de junio de 2010

Fronteras I


Proyección de Peters


Mapamundi tradicional

Hay países con la historia relativamente limpia. Ahí están los británicos, cuyo gran borrón consistió en conquistar los nuevos continentes con el irremediable río de sangre. Pero el Mundo ya le ha olvidado eso. No perdonamos cuando el conflicto surge entre países civilizados, países que sólo quieren más territorio, más riquezas, más materias de un mundo finito. Y nosotros somos mocos y dependemos de una bola de plastilina que es el planeta. Y si reflexionamos un poco, sólo un poco, nos daremos cuenta de que sabemos, conocemos el mundo tal y como nos lo han enseñado. La sociedad occidental genera los mapas y la distribución de miles de países, y para ello emplean baremos completamente erróneos basados en la economía, en el desarrollo: así, tenemos que la reproducción cartográfica más fiel geográficamente hablando de la disposición y tamaño real se llama proyección de Peters, ya que en el mapamundi general se les resta tamaño a los países del hemisferio sur (en vías de desarrollo, los que no cuentan…). En definitiva, no tiene sentido creer en el tamaño de los países. Es absurdo, ya que incluso un tema tan objetivo da lugar a percepciones sospechosas que no son más que decisiones de gente que necesita aferrarse a algo, porque si no se desesperarían. No solemos pensarlo, pero España está en el hemisferio norte porque la humanidad se desarrolló en esta zona; conforme se descubrían mayores territorios, se iba ampliando el mapa. Más adelante, cuando gracias a la Iglesia descubrimos que el planeta era ‘esférico’, seguimos catalogando. Si partes la naranja por la mitad, es decir, arriba y abajo hielo, pues buscamos el centro. De las dos medias naranjas la nuestra se llama norte porque nosotros, los civilizados, los que tenemos la Historia, nacimos aquí. La mitad sur les corresponderá a los que andan con la cabeza hacia abajo. ¿Pero y si la civilización, el origen del hombre se hubiera desarrollado a partir de Perú, por ejemplo? Latinoamérica estaría en el centro de nuestros mapamundis, que serían boca abajo. Viviríamos en lo que ahora llamamos Hemisferio norte cuando, en realidad, si el universo es infinito y está en continua expansión, no existen norte ni sur ni este ni oeste, sólo un punto que se pierde en la negrura del universo tratando de leer el brillo de estrellas que murieron millones de años atrás. Pero bueno, lo de catalogar, lo de poner barreras está muy bien. Mañana más y mejor.

lamusique

No podría vivir sin

eveybody's gotta learn sometimes

Un libro

Un libro
Un saco de huesos, Stephen King