And do you brush your teeth before you kiss? Do you miss my smell? What about me? What about me? What about...?


Va dejando trozos de él por todas partes. Algún día desaparecerá conforme anda.

domingo, 24 de enero de 2010

El mundo se ha movido


No sé si el sistema en el que vivo es heliocéntrico, egocéntrico o de qué se trata. Hace dos semanas (cómo corre el tiempo) una de las zonas más pobres del mundo sufrió el azote del Destino. Yo escribí en mi Facebook: "Ayuda para Haití YA". Qué bonito, qué guay soy. En medio de un planeta conmocionado me fui a Sevilla leyendo Matar un ruiseñor. El libro me hizo llorar. Aún queda esperanza. En medio de un mundo sumido en el caos una columna luminosa se me clavó en la nuca. Se cumplió mi sueño. A miles de kilómetros de distancia, a muchas horas de vuelo, moría gente aplastada por cimientos, cascotes, enfermedad o fuego. El fuego es terrible. Esa columna venía a decir: "Jose, has ganado el Certamen Andalucía Joven de narrativa, vamos a publicar tu novela". La traición de Wendy, la traición que han sufrido todos los hombres. Ya había logrado transformar ese mensaje superfluamente machista en una oda feminista. Yo, que tengo sólo 22 años, voy a ver mi libro publicado cuando la esperanza estaba casi perdida. Soy muy despistado; pierdo la esperanza constantemente hasta que la vuelvo a encontrar. Volví de Sevilla eufórico y encontré que un obispo comparaba la desolación haitiana con la crisis de fe que se respira en España. Ese día lo hubiera matado a hostias; a él y a unos cuantos más... En cualquier caso, es curioso cómo cuando el mundo se mueve, y se ha movido, salen perdiendo los mismos de siempre. Y cómo yo, protegido en este oasis de plácida incredulidad, de suerte tontuna, he sentido temblar los cimientos de mi mundo. A veces me gustaría tener menos matices.

viernes, 22 de enero de 2010

Un año después

Qué miedo da el paso del tiempo. Llevo, con este, tres años escribiendo el mismo post. Hace un año lo escribí ya en Granada; hace dos, desde Swansea recordando Granada. Si el mundo fuera justo conmigo o con alguien, ahora mismo escribiría esto desde una residencia fría, fría de la industrial Katowice (Polandia) mientras viviera mi segunda erasmus. Pero a veces el ser humano tiene unas prioridades difícilmente conciliables con la felicidad individual y nos tenemos que acoger a ellas (menuda frase: después de todo, son necesidades). Como yo tenía mis prioridades aquí sigo en Granada, con más gloria que pena (ya se sabe, a la tercera va la vencida: hoy toca ser optimista). Si el año pasado estaba cansadísimo con la medicación y con dolores de cabeza, problemas para coger sueño, éste he reducido a lo imprescindible la medicación que tomo, salgo a menudo con mis amigos.

Es éste, además, un año que apunta maneras. Si el pasado os hablaba de cosas interesantes como un proyecto con mis amigos los escritores noveles, ha llegado la hora de poner toda la carne en el asador. Yo pienso ponerla hasta la última gota de sangre, y el primer paso es cumplir propósitos de año nuevo que me he propuesto por primera vez: voy a publicar un libro, ya llevo leído un libro y medio, tengo ya tres cuadernos en blanco (¡gracias, Mj!)y un pilot negro. Voy a cubrir por segunda vez el festival de cine clásico de Granada, Retroback, tengo una estabilidad emocional y física donde hace un año todo eran zig-zags y curvas cerradas :)

No sé si vale la pena hacer vaticinios este año. Viendo lo visto, y como no acierto ni una, dentro de un año no sé dónde estaré, qué haré ni cómo habré llegado hasta ese punto. Sólo espero que el camino esté lleno de regalitos y, a poder ser, que me encuentre lejos, muy lejos y feliz escribiendo desde la espaciosa habitación con vistas a la playa cómo será mi 2012 (el año en que acabará el mundo, dicho sea de paso). Lo de la rubia de piernas interminables lo dejaremos para la ficción, pero ¿qué tal una chica de cabello castaño y rastas interminables que me muerde la oreja mientras trato de acabar el maldito post).

Por una vez, y sin que sirva de precedente, os dejo un disco maravilloso: http://open.spotify.com/album/0irF3UMNdb5u2R2lxcgL68


...entonces me compraría una casa con porche y te secuestraría hasta que te pudiera el síndrome de Estocolmo...

miércoles, 20 de enero de 2010

Cuando el corazón se folla al cine



Me encanta esa "prensa especializada" en banalidades, en cubrirse de mierda, en querer saber de todo y no saber de nada sobre todo cuando habla de cine. Es como cuando Ama Rosa se pone a hablar en SU programa con SU nombre de política y a los diez minutos está en un corrillo de personajes despendolados y otros periodistas tan curtidos que hablan de un fenómeno social tan importante como quién folló con quién en Gran Hermano. Llevan unos días hablando de cine, haciendo predicciones sobre los Oscar y debatiendo sobre el estilo de las estrellas de cine en lugar de la calidad cinematográfica o los matices de las interpretaciones. De este modo, hace unos días un sector de estos gilipollas intentaba desprestigiar a Clint Eastwood mediante argumentos tan concluyentes como que el director ha dado a todas sus novias el papel de prostitutas. Con esto pretendían hacernos creer que Eastwood es un ser incivilizado, de otra época, machista y cruel con sus parejas. Sí, machista el director de Sin perdón, Million Dollar baby, o Los puentes de Madison. Basta ver alguna de estas películas para darse cuenta de que estas mujeres son heroínas que sobreviven al yugo masculino en circunstancias contrarias; o si no, véase el caso de Meryl Streep, con cuyo personaje Eastwood disecciona el vacío existencial del ama de casa de clase media y nos hace llorar.

Ahora, con la resaca de los Globos de Oro, vienen las primeras oleadas de mierda. Probablemente casi ninguno de esos "periodistas" ha visto ese dramón, esa historia de personajes al límite que logran sobrevivir llamada Precious. Gracias al papel de hijaputa madre de la protagonista, Mo'nique se ha llevado el Globo de Oro a la mejor Actriz secundaria, que le ha disputado, entre otras, a Penélope Cruz. Y muy justamente disputado, dicho sea de paso. Mo'nique tiene un gran sentido del humor y se presentó en la gala con las piernas sin depilar. Poco han tardado los sensacionalistas en hablar de esta decisión (discutible o no) sin prácticamente hablar de su interpretación. Bueno, yo rompo una lanza a favor de Mo'nique quien, como cualquier creador, sólo ha querido vivir su momento como le ha dado la real gana; si de paso ha logrado generar cierta polémica, qué más nos da, e igual podemos hablar de un homenaje al personaje que la acerca cada vez más a los altares del cine. Chapeau, señora. Además, en cuestiones de físico yo no les puedo dar la razón a quienes se atreven a criticar el cuerpo de Kate Winslet, contenta con sus curvas naturales y su rostro milimétricamente expresivo.

En España o Gran Bretaña estos medios son irrespetuosos hasta un límite que roza lo patético-irrisorio, aunque en EEUU aún guardan cierta distancia con el mundo del cine, como fábrica de los sueños que es. Hay quienes se prestan al circo mediático (David Hasselhoff, Lindsay Lohan, Tori Spelling...), aunque son los menos. Hace unas semanas a la prensa rosa le cayó un jarro de agua fría cuando Javier Bardem ganó un juicio contra una revista que había utilizado su imagen sin su permiso. Ni siquiera se trataba de un cotilleo, pero Bardem, quien hasta el momento ha sabido doblegar con fuerza a anarrosas y jorgejavieres varios, se anda con pies de plomo en este terreno. No va a permitirse entrar en ese despreciable juego. Y me gustaría que el resto de intérpretes siguieran con el ejemplo
No hay derecho a que jueguen con mis sueños.

martes, 19 de enero de 2010

Los misterios de Jose


Hoy me ha pasado una curiosidad de las que sólo ocurren en los libros. Es tan intrigante como el misterio de la dramática que nunca llegué a resolver. Veréis, /ladramatica me dejó varios comnetarios en mi otrora prolífico y envidiable fotolog. No desveló su identidad por poético que me puse, no creo que a estas alturas lo haga. Y eso que le di un ultimátum.


Lo que hoy me ha pasado tiene mucho de misterio y de femenino, también. Una carta en mi buzón. Sin remitente. La leo, la releo y sólo logro discernir que se trata de una chica que lee mi blog, me llama Brian, tiene mi dirección y parece que no se quiere dar a conocer, aunque hace que mi vida tenga algo más de luz. No le voy a pedir que me revele su identidad ya; tampoco le voy a pedir que me escriba todos los meses, confío en que lo hará.

Creo que sólo me queda preguntar: ¿quién eres, /ladramatica?

lunes, 18 de enero de 2010

Manifiesto para paliar el cáncer de una sociedad


Una sociedad donde no todos parten con las mismas posibilidades no es sociedad. Una sociedad donde el arte es violado, arrastrado y abandonado moribundo. Donde las películas que ganan premios son las más publicitadas, y sólo unos pocos son capaces de estremecerse con un libro, una película o una canción. Ahora mismo os diría: leed Matar un ruiseñor, ved Donde viven los monstruos, escuchad totalmente concentrados Cuántas veces habré intentado que juegues conmigo, el magnífico trabajo de Carlos Siles, productos todos ideados por personas con una sensibilidad inusitada. Si alguien os llama bohemios por lo bajini, modernillos por nadar a contracorriente, escupidle en la cara. Total, lo más que os vais a llevar es una hostia. Defended vuestros ideales con uñas y dientes. NO permitáis que nadie opine por vosotros, no me seáis influenciables, joder. Una sociedad donde decir la verdad acarrea consecuencias es una sociedad podrida por el cáncer. Una sociedad en la que hay quien intenta imponer ideales de hace uno o dos milenios no merece ni ese apelativo. Ayudadme en este empeño de liquidar el cáncer. Sed mi quimioterapia. Hay que empezar despacio a recuperar el mundo...

domingo, 17 de enero de 2010

El Doctor me hace llorar (II)


Prosigamos el viaje por los ríos de lágrimas que nos ofrece esta joya que es Doctor Who. Donna perdió dos años de su vida en pos del Doctor, pero no será la última ni la única. Ya en su momento, una acompañante sufrió el abandono del señor de la gabardina. La dejó en la Tierra, en Londres, y ella se convirtió en una periodista a la búsqueda de fenómenos cuanto menos, sospechosos. Ahora, ya adulta, mientras investiga un caso le reprocha al Doctor que la dejara atrás y la olvidara, aunque él le asegura que no la podría olvidar. Todas son especiales. Todas.

The blower’s daughter
Vale, que sí, que el Doctor perdió a su familia y es un hecho que lo marcó profundamente. Pero no vimos cómo sufría el tormento de ver desaparecer a los suyos. Recordad cuán emotivos son los filmes sobre el holocausto, pensad en Adrien Brody, el pianista que ve cómo secuestran y matan a su familia sin que él pueda remediarlo. Y es que las Guerras del Tiempo, al fin y al cabo, fueron un genocidio doloroso como los que conocemos. Russell T. Davies, previsor como es, advirtió el gran potencial que guardaba el drama de ver a un padre perder a sus hijos, a su mujer, a su hermano… y así llegó a un episodio escrito para cargar (más aún) de humanidad al protagonista. No creo que el hecho de que el Doctor perdiera una mano fuera un hecho casual, creo que todo estaba medido. Por motivos que no vienen al caso, se engendra a la hija del Doctor a partir de su material genético. Una belleza rubia que, al contrario que su padre, tiene carácter beligerante. Al principio, el Doctor no quiere entrar en el juego de la nueva paternidad. Ya ha sufrido bastante: hace unos días leí una entrevista a Susan Sarandon, y decía que “uno no empieza a pensar en la muerte hasta que tiene hijos”. Supongo que de ahí deriva la reticencia del Doctor en un principio, pero pronto advierte que él vive dentro de ella, que son la misma esencia, que… tiene la ocasión de empezar de cero. Tras continuas regañinas y aventuras peligrosas, la hija del Doctor se expone al utilizar armas (un signo inherente al Doctor es que no cree en el uso de armas, rasgo extrapolado hasta lo cómico en Sarah Jane) y finalmente salva a su padre y a los demás, a Donna y Martha, sacrificándose en el empeño. El Doctor se enfada con todos, y amigos y enemigos le dan la tregua para acompañar a su hija en la muerte. Una secuencia poderosa, hermosa y desgarradora donde vemos cómo la hija muere entre los brazos del Doctor, todo esto en un jardín botánico de Swansea. Bien, luego viene la trampa. Steven Moffat, guionista y nuevo encargado de la serie desde 2010, propuso que en un último momento la hija resucitara (después de todo, su material es el de un Señor del Tiempo), quizás con vistas a retomar el personaje en futuras temporadas… La cuestión es que el daño está hecho, el Doctor cree que su hija ha muerto, ha llorado su pérdida y se verá obligado a olvidar mientras nosotros sorbemos los mocos.

Love me tender
Cuando Doctor Who se estrenó, por muy avanzados que sean los británicos, la serie era tan mojigata como la sociedad. Además, se trataba de un producto blanco destinado a toda la familia.
Russell T. Davies, procedente de la sexualmente acelerada Queer as folk, no tiene más que utilizar un recurso necesario en cualquier producto televisivo: TSNR. La tensión sexual no resuelta es marca de la casa en productos como Luz de luna, Expediente X o la reciente Bones, y Doctor Who tenía todo lo necesario para que se diera. Un protagonista carismático y terriblemente atractivo, un/a acompañante temporal y distintos personajes, así como el liberalismo sexual de una raza que ha sobrepasado cualquier prejuicio. Si bien los puretas han rechazado el carácter sexual que ha adquirido la serie, la constante hoy en día es “renovarse o morir”. El Doctor es guapo, lo sabe, y como irresistible que es flirtea con todas las criaturas de la galaxia. Pero si hay una raza que le parece extraordinaria, esos somos los humanos. Dice que tenemos una inquebrantable capacidad de resurgir de nuestras cenizas, que los humanos somos, permítanme la metáfora, las cucarachas del Universo: eternos. Donde cualquier otra criatura vería una bolsa de carne rosa y tripas, pelo y demás guarradas, él percibe lo excepcional.
Así pues, a la necesidad de compañía se suma la atracción por los humanos. El Doctor, y parecerá una chorrada, ha besado a todos sus acompañantes por efímeros que fueran (ahí está Kylie Minogue en la renovada versión del Titanic), siempre en la continuación de 2005. A Rose es a la que más cariño le cogió, un cariño que, por culpa de la inevitable separación, se tradujo en obsesión y amor. Para qué negarlo, el Doctor se enamoró de Rose. Con Martha, sin embargo, pasó lo contrario. Martha se enamoró a la primera y él la ignoró, ocupado como estaba tratando de olvidar a Rose. Con Donna se estableció una preciosa relación de camaradería que se interrumpe de la manera más dura. En cualquier caso, y aunque ella no lo recuerde, el Doctor siempre la llevará en el corazón. Tampoco podemos obviar el flirteo con el capitán Jack Harness, protagonista y alma mater de Torchwood.

Pero el Doctor, más allá de las relaciones puramente amistosas con sus acompañantes, también tiene corazón y se ha enamorado en alguna ocasión. La más sonada, por lo bonito del romance y lo dramático de su fin, es la relación que entabló con una francesa que nos rompió el corazón. El Doctor y compañía encuentran en una nave espacial ventanas temporales que dirigen a una chimenea en un palacio del s. XVIII. Ahí el Doctor conoce a una niña que se convierte en su cómplice, y decide volver a la nave. Al cabo de unos minutos atraviesa de nuevo la chimenea y encuentra a una joven que se presenta como la niña que una vez, hace muchos años, encontró a un señor extraño en la chimenea. Conforme conversan, el Doctor descubre que se trata de Madame de Pompadour. Son varios los encuentros que se dan donde se crea un amor correspondido. Ella habla de él como “mi amor” y “ángel solitario”. El Doctor le promete constantemente que volverá a encontrarse con ella, y cuando al fin logra atravesar la chimenea encuentra una habitación vacía. Un hombre le entrega una carta que Jeanne-Antoinette había escrito al Doctor donde decía que era el amor de su vida. El hombre le comenta que acaba de morir, con cuarenta y dos años, y se llevan su cuerpo de Versalles. Y una vez más, vemos el peso del mundo en los ojos del Doctor. Para mí, el mejor episodio hasta la fecha.

I don´t want to go
Cada vez que el Doctor está a punto de morir, como ya he señalado, se regenera en un nuevo cuerpo. En esencia el mismo personaje, pero con muchos matices que hacen a cada doctor único. En lo que llevamos de serie (renovada) los rostros del Doctor han sido el de Michael Eccleston durante la primera temporada, David Tennant en las tres siguientes y el relevo de John Simm a partir de ahora. El resto, no lo sabremos hasta dentro de ¿un(os) año(s)?. Estos son los Doctores nueve, diez y once.
El Doctor sabe lo que es la muerte: la ha mirado a la cara en demasiadas ocasiones, ha sufrido la muerte de familiares y amigos… y teóricamente ha muerto en diez ocasiones. Si le podemos reprochar algo a Russell T. Davies en su papel de guionista es que empatiza demasiado con sus personajes, les coge cariño y le cuesta deshacerse de ellos. Es demasiado evidente en los casos de Rose, que aguantó dos temporadas y ha hecho distintas apariciones estelares desde entonces, y en el caso del Doctor que compone Tennant. Antes de permitirse la regeneración, interviene en el devenir (joder, andamos hoy redundantes…) de sus amigos y los ayuda de un modo. Cuando Tennant mira por última vez a la cara, parece que su muerte va a ser definitiva. “I don’t want to go”. ¿Excesivo? Sí. ¿Funciona? Mucho. Entonces, por mí bien.
Por otra parte, según las reglas de los Doctores del Tiempo sólo hay doce regeneraciones, de modo que quedan dos más y el Doctor será un mortal más, tal y como los humanaos. Su némesis, el Maestro, se trata de un Señor del Tiempo que renegó de su especie, que enloqueció y ha cambiado de cuerpo en numerosas ocasiones hasta el hecho de regenerarse en diversas especies. Así pues, ¿llegará el día en que veamos morir al Doctor?

En definitiva, podría decirse que el Doctor es un personaje fascinante que ha tenido que aprender a vivir con el tormento de la culpa, las muertes, el olvido, las despedidas… y logra sobrevivir. Si a esto le sumamos una de las mejores bandas sonoras que se componen en el medio televisivo, os aseguro que ese señor menudo que viaja en una caja azul os tocará la fibra en más de una ocasión. Lo dicho, a mí el Doctor me hace llorar.

viernes, 15 de enero de 2010

El Doctor me hace llorar (I)


Doctor Who se trata de una serie familiar que, como cualquier producto ideado para la familia, contiene un barbiturrillo de géneros. En el caso que nos ocupa destacan aventuras, ciencia-ficción y comedia, aunque personalmente considero que el más interesante es el que pasa en silencio, como incómodo, y nos acaba dejando tan tocados como al misterioso protagonista. Gracias a la iniciativa de Sunne ha surgido el Doctor Who blogger's day, en el que varios aficionados al género y en concreto a esta serie, trataremos de dar a conocer un producto que vuelve a convertirse en seña de identidad de Gran Bretaña. Porque RECORDAD ESTO: los British lo hacen mejor... Disculpad los SPOILERS, no hay forma de hablar del tema sin desvelar grandes momentos y tramas.
________ Pero la pregunta es: ¿funcionaría Doctor Who si se enfocara más como drama que comedia? Sí, lo haría porque es un buen producto y sabe jugar todas sus cartas con sabiduría, y para qué negarlo, el drama tiene más potencial que otro género. Supongo que por eso Russell T. Davies, el showrunner de la continuación de la serie en 2005, desligó el drama en un spin off mucho más maduro (es evidente que busca un público más limitado), Torchwood, que alcanzó su madurez en la estupenda tanda de episodios emitidos en 2009. Hablemos, pues, de por qué el Doctor a veces me hace llorar.

Ese ser solitario
El Doctor comenzó su singladura junto al “único familiar” conocido, y uso comillas porque hay mucho que matizar, fue Susan Foreman o su nieta. De ésta, a pesar de que estuvo en la serie durante más de una temporada, no sabemos gran cosa: si nació en el futuro o el pasado, si es realmente nieta del Doctor… En cualquier caso, lo que aquí prima es la consideración del Doctor que, viendo hasta qué punto está limitando la vida de ella al arrastrarla consigo por viajes temporales y espaciales, un día la abandona para que haga su vida sin darle la oportunidad de despedirse. Abandona a su único familiar vivo en pos de un futuro incierto y errante donde cientos, tal vez miles de vidas se cruzarán por la suya para tal vez no volver a encontrarse.
________ A pesar de ello, el Doctor no soporta la soledad. Se trata del último de los Señores del Tiempo, vio morir a toda su familia, probablemente a sus hijos (“Una vez fui padre”, se atreve a afirmar en algún momento). Es decir, carga en sus espaldas con el peso del mundo, con sus recuerdos y con la posible culpa de haber sido el causante del fin de su raza, aunque no podemos afirmar nada al cien por cien, ya que gran parte del encanto de la serie es el misterio que envuelve al protagonista.
________ El Doctor no tiene nombre ni familia, el poder le corrompe. Pensad que se trata del último y único ser capaz de viajar en el tiempo y alterar el curso de la Historia, cosa que, si hiciera muy a menudo o irresponsablemente, podría acarrear graves consecuencias.

Adiós, pequeña, adiós
Las despedidas. Cómo duelen las despedidas. El Doctor, además de muy viejo (y, paradójicamente, cada vez más joven), es muy sabio. Y se conoce a sí mismo mejor que nadie. Cada vez que el Doctor está a punto de morir, se regenera. Y como el poder corrompe a los hombres y él, por muy Señor del Tiempo que sea, se deja llevar por las mismas emociones que los seres humanos. Recordemos que el Doctor es muy impredecible, excéntrico y una caja de Pandora que no conviene abrir, pero viaja con un acompañante (generalmente mujeres jóvenes, aunque ha habido algún hombre) que, llegado el momento, le frene los pies. Al igual que le pasó con su nieta, no quiere interferir en las vidas de las personas y las deja llegado un punto. Vamos a hablar de las despedidas y relación que entabla con sus compañeras.
________ Rose Tyler, una londinense joven y normal, como cualquier persona, entabla una relación de admiración pura y dura por el Doctor (interpretado en la primera temporada por Michael Eccleston). Cuando el Doctor muere, a ella se le rompe el corazón, aunque a continuación se regenera y vuelve con el rostro de David Tennant. Siguen viajando juntos durante todo un año en el que ella antepone la figura del aventurero de la caja azul a su familia (es decir, su novio y su madre), y aunque parece que esta relación no se pueda romper jamás, Rose se ve arrastrada a un universo alternativo del que nunca podrá volver. Y tampoco podrá ir hasta ella el Doctor, ya que existen reglas, y las reglas (la putada de siempre) están para cumplirlas. Aunque claro, hecha la ley, hecha la trampa. No será ésta la última ocasión en la que veamos a Rose, aunque sí como su acompañante.
________ El Doctor sigue, destrozado, su periplo por el mundo cuando la TARDIS lo vuelve a dejar en Londres (¿melancolía? ¿la esperanza de reencontrar a Rose?los designios de la TARDIS son inescrutables), donde se ve entre la espada y la pared junto a una estudiante de medicina, Martha Jones. El Doctor la invita a un viaje que se va prolongando, aunque Martha, con la cabeza tan bien puesta y su continuo desengaño (se enamora del Doctor en el primer momento) considera, llegado un punto, que la aventura ya ha terminado. Igualmente la veremos más adelante, aunque la química y relación entre ella y el Doctor siguen siendo igual de frías.
________ Donna Noble es una treintañera que se va a casar. Ella es muy voluptuosa y podríamos compararla fácilmente con una Bridget Jones temperamental. El día de la boda el Doctor llega hasta ella y se lleva al novio y su único sueño, ya que a fin de cuentas todo se trata de una farsa. Esta joven desencantada de la vida pasa un año esperando al alienígena de la caja azul. El hecho de que Donna entregue todo un año de su vida a la espera del Doctor nos dice hasta qué punto su presencia hace mella en las vidas de las personas. No obstante, él vuelve y, por casualidad, se vuelven a encontrar y viajan juntos a lo largo de toda una temporada. La consecución de la relación que se establece entre ellos, acaso la más intensa más allá de la melancólica Doctor-Rose, llega al límite de la fusión de ambos en un ente común. Aunque claro, la despedida de Donna y el Doctor supone la respuesta a un ultimátum: la vuelta a la normalidad o la muerte. Para salvarla, Donna tiene que seguir su vida y olvidar sus viajes y al Doctor, la mejor amistad que hemos tenido la ocasión de apreciar en la (nueva) serie.

Mañana sigo con el post, que la vida es larga y un análisis de drama lo es más. Y mañana toca hablar de la muerte, el amor, la culpa, el poder...
Mientras tanto, os enseño quiénes son los demás bloggers que se han acogido a esta propuesta, todos buenísimos, excelentes analistas catódicos que se centran en aspectos distintos de una serie tristemente desconocida por estos lares:
Sunne -Doctor Who para dummies
Llámame Romario -Podcast sobre la serie
-Como un fénix -Difícil elección: Eccleston o Tennant
Basura and TV -Cosas del Doctor que quizá no sabías (o quizá sí)
Mañana añado los restantes :)

jueves, 7 de enero de 2010

Waste my time


Los primeros días del año, cuando hace frío, no sirven para redimirnos, ya que los propósitos que nos hacemos se quedan (y nunca mejor dicho) en agua de borrajas. Con lo que llueve y hasta nieva, cualquiera sale de casa y comienza a hacer vida "normal". Para dejar de sentirme mal estoy leyendo varios libros, el más importante Matar un ruiseñor de Harper Lee que, dicho sea de paso, me está encantando aunque me tiene intrigado porque preveo un giro precipitado de los acontecimientos. También me he propuesto hacer algo de bien por las personas que me rodean sin que ellos se den cuenta, y he empezado grabándole a mi tía varios cedés de música en condiciones, pero como a ella no la puedes sacar de Amaral, El Canto de Loco y La oreja de Van Gogh no he querido entrar a saco, de modo que le he grabado dos cedés de música española alternativa/indie/de cantautor y un tercer disco más ecléctico:

1. Us- Regina Spektor
2. Walk away when you're winning- David Fonseca
3. Miniature birds- Grand Archives
4. No past land- Russian Red
5. Funeral- Zahara
6. Bad Kids- Black Lips
7. Rehab- Glee Cast
8. Back to black- Amy Winehouse
9. Please, please, please, let me...- The Smiths
10. La sirena- Luis Ramiro
11. Mushaboom- Feist
12. Qué problema hay si me voy- Lovely Luna
13. Here comes your man- Meaghan Smith
14. Keep holding on- Glee cast
15. No me canso- Carlos Chaouen
16. Imaginarte- Lantana
17. The love cats -Jamie Cullum & Katie Melua
18. I'm yours- Jason Mraz
19. Crystal Clear- L.A.
20. La revolución sexual- La Casa Azul


Como podéis ver, no tiene lógica ni el orden ni nada, pero me siento mejor, hoygan. Además, así introduzco lentamente a mi tía en el Mundo-donde-hay-música-más-allá-de-los-40-Subnormales, que nunca está de más. Y con esto os animo a que leáis, salgáis abrigaditos por ahí y que procuréis hacer la vida de los vuestros un lugar mejor con pequeños detalles sin importancia aparente. Creo que es todo por hoy.
Mañana le meto un achuchón a mis quehaceres académicos, I promise.

domingo, 3 de enero de 2010

Propósitos


No de enmienda, sino de Año Nuevo. En 2010 voy a:

...ir a Sevilla sin decírselo a nadie.
...pasarme una semana entre Swansea y Londres.
...acabar la carrera.
...desengancharme (un poco) de Internet, ja.
...publicar un libro, el que sea.
...leer otros veinte de los buenos.
...buscar trabajo, a poder ser en el extranjero.
...hacer al menos 10 amigos que conservar bien.
...decir la verdad a la gente que quiero, por mucho que les duela.
...subir al menos una vez al mes al Mirador de San Nicolás.
...raparme el pelo.
...hacer algo de ejercicio todos los días.
...proyectar definitivamente mi futuro como escritor.
...viajar, viajar, viajar.
...ahorrar un poquito.

Creo que no está mal para empezar.

lamusique

No podría vivir sin

eveybody's gotta learn sometimes

Un libro

Un libro
Un saco de huesos, Stephen King