And do you brush your teeth before you kiss? Do you miss my smell? What about me? What about me? What about...?


Va dejando trozos de él por todas partes. Algún día desaparecerá conforme anda.

lunes, 25 de octubre de 2010

4x4



Nos propone Dani de Freak's City un meme televisivo donde escoger nuestros ases del drama y la comedia. Aquí están los míos, creo que no tan evidentes como podría parecer:


Dramas
Caprica
La serie hija (aunque narrativamente madre) de Battlestar Galactica tiene tramas adultas y duras sobre terrorismo, las consecuencias de la tecnología, la religión y el poder. Las tramas concernientes a los adolescentes son sencillamente deliciosas, y la carrera de Amanda Greystone por salvar su vida y descubrir la verdad tras la muerte de su madre, soberbia.
Treme
Me duele la boca de decirlo. Mejor que Breaking Bad, Mad Men, Dexter y demás obviedades. Una serie donde la música (música negra, de raíces) es la principal protagonista. Reconstruir Nueva Orleans tras la catástrofe del Katrina parece imposible, y que sus habitantes retomen sus vidas, toda una odisea que vale la pena estudiar y seguir todas las semanas. 
The good wife
Un drama sólido como una piedra sobre la esposa de un político que ha sido pillado in fraganti con prostitutas y otras lindezas. Narra, más allá de lo evidente, la desestructuración de la familia, que es el gran bloque protagonista de todo así como los distintos casos a los que tiene que enfrentarse el personaje de Julianna Margulies en el bufete en el que trabaja.
The Big C
Podía haberla incluido en la comedia, pero creo que conforme avanza la temporada la serie se va revelando como uno de los dramas más potentes y desgarradores de toda la parrilla. Porque progresivamente vemos cómo el mundo y la vida de Cathy se van al garete.


Comedias
30 Rock
Tras el magnífico episodio en directo de hace dos semanas y el maratón de esto verano para ponerme al día con ella, el reverso cómico de Studio 60 me tiene completamente enamorado de todo.
HIMYM
Ya la sigo por inercia. Si por primera vez me he visto obligado a dejar una de las supuestas series buenas con Glee, HIMYM ha vuelto con fuerza tras su temporada más floja. Además, da la sensación de que la madre está cada vez más cerca, y por mucho mcguffin que sea, queremos saber.
Glee
No llegará a la mala leche que supuraba Popular, el otro trabajo de Murphy, y es una lástima que esto es lo que se entiende en EEUU por subversión cuando en Inglaterra, por ejemplo, se están haciendo productos tan arriesgados como Skins y Misfits. A pesar de ello, me río bastante con ella, me gustan casi todos los números musicales y creo que vale la pena que un producto a su modo tan arriesgado vaya ya por la segunda temporada.
Futurama
Para mí se trata de la mejor serie de animación de la historia. Desde luego, es la más inteligente e interesante con sus paradojas temporales y tramas imposibles. Descacharrante la mordacidad de sus guiones, nada que ver con los condescendientes hombrecitos amarillos de Springfield.

domingo, 24 de octubre de 2010

La Víspera de todos los Santos

Mi casa fue la que más niños atrajo la noche de Halloween. Se extendió el rumor, como una leyenda urbana, de que en mi casa repartían chocolate y golosinas a puñados. Y de que era absolutamente aterrador. Niños en busca de aventura y azúcar se acercaron en hilera a la calabaza de la entrada. Poco sabían que esa calabaza era hija de la Noche de Brujas, del cementerio del pueblo (de allí la robé) y de mi sangre, y así fue la calabaza devorando las cabezas de los niños y dejando caer sus cuerpecitos bajo el suelo del porche. Poco sabía yo que la Noche de Brujas es también la Noche de los Muertos Vivientes, y ahora los niñitos reclaman mi cabeza.


sábado, 23 de octubre de 2010

El gato escarlata



Yo tenía un gatito blanco, precioso, con pelo abundante y suave como el cachemir. La noche en que maté a papá me observó con gesto impasible desde un rincón, y vino luego a lamer la sangre del hacha. Me tuvo seis días y siete noches despierto con sus chillidos y su continuo frufrú en la puerta del cuarto de papá. Al fin decidí matarlo con un hachazo en el cuello y le saqué la piel para guardar el pelo suave y venderlo. Compré con el dinero que saqué un aparato de música para entretenerme las noches.
            —Roberto —habló la voz de mi padre a través del aparato, y eché a temblar. —Aquí hace frío. No hay nada, no hay más allá. No hay Cielo, Roberto, sácame de aquí.
            Y el gato me miraba al otro lado de la ventana, despellejado, cubierto en sangre, y se lamía la patita. Abrí los tablones de madera para sacar el cuerpo, y ahí estaba el gato, vivo, me miró y comprobé que le crecía pelo rojo como sus músculos. Hace días que aparecen regalos frente a mi cuarto, como los gorriones, varias ratas y ese bebé, ese bebito hinchado. Que alguien adopte al gatito escarlata…

jueves, 21 de octubre de 2010

La Red Social


LA PARÁBOLA DEL TONTO 2.0

Kevin Spacey como productor ejecutivo. Aaron Sorkin como guionista. David Fincher dirige. Si bien la propuesta de una película sobre la red social más popular de la historia (¿podemos hablar ya de redes sociales en la Historia?) era, cuanto menos, cuestionable, los nombres relacionados con el proyecto nos ofrecían garantías y tranquilidad. No obstante, la necesidad de hacer una película sobre Facebook era absolutamente nula, y ningún nombre reconocido puede cambiar este hecho. Que la trama se centre en las vidas de los creadores de la web es tan irrelevante como que se hubiera centrado en la página en sí.
            A pesar de que la película no las tenía todas consigo, la función la salvan principalmente el carisma de sus protagonistas y los diálogos marca de la casa del estupendo Aaron Sorkin (responsable de El ala oeste de la Casa Blanca y Studio 60, entre otras maravillas), que se muestra como el componente más sólido del conglomerado. Fincher dirige la película sin dejar impronta, y esto es algo que empieza a preocupar tras el bluf que supuso El curioso caso de Benjamin Button. ¿Dónde quedó ese señor con pulso narrativo y tirón tras la cámara?
            Comienza la película con mucha jerga informática-matemática que al expectador medio ni le va, ni le viene, y va ganando enteros gracias a las implicaciones que tiene la creación de la red social en las vidas de todos los que tuvieron mayor o menor contacto con su origen. Viene a ser la película igualmente una crítica a la sociedad del ascenso rápido a la fama y una oda a la buena suerte. Claro que Mark Zuckerberg no se ha convertido en el multimillonario más joven del mundo por una cuestión de chiripa, aunque con toda seguridad su vida se ha resentido en aspectos personales.
            Si al frente del reparto no estuviera un pardillo encantador como es el caso de Jesse Eisengerg, probablemente al expectador no le interesaría lo más mínimo la vida del tal Zuckerberg ni de sus colegas, por mucha traición, enemistad y dinero que muevan sus acciones. Sorprende también el carisma de Justin Timberlake, que para no ser actor salva sus apariciones con solvencia. En cualquier caso es lo que digo, personajes sin chicha que sólo necesitan ser encarnados y punto.
            No tiene más que destacar la cinta. Una producción impecable, como no podía ser de otro modo, aunque tan impersonal e innecesaria que pierde todo el crédito que pudiera tener. La red social no es más que un intento de aprovechar el tirón comercial de Facebook y las webs 2.0. Si algo se le puede reprochar es que, ante todo, no haya sabido llevar a cabo un análisis más crítico y mordaz de la red como se ha hecho con anterioridad con otros medios (ahí está el ejemplo perfecto en Network, 1976). Puede que en unos años, cuando las cosas se calmen y la perspectiva del tiempo nos deje ver el cuadro completo, alguien se atreva a escribir y dirigir una película necesaria. De momento, no lo es en absoluto. Y Fincher nos debe ofrecer mucho más.


Nota: 7

miércoles, 13 de octubre de 2010

El acontecimiento del año


Apuesto a que hay miles, por no decir millones de personas en España que hace una semana no serían capaces de situar Chile en un mapa. Sin exagerar, oigan. Hoy una reportera de algún magacín mañanero confundía a la patria de Isabel Allende con Perú, y luego, en vista de su metedura de pata, rectificaba: "Ay, digo Chile, Chile, ¿qué tengo yo hoy con Perú?" Pero es la eterna cuestión de Chile, Argentina, Perú, lo mismo da que da lo mismo, ¿no? Pensamiento que esconde esa xenofobia, ese racismo latentes a los que no se les da importancia porque total, no es como quien le pega una patada a una sudaca en el metro, ¿verdad?
            Pero no era ése el tema del post. Hablemos de hipocresía. ¿Quién se acuerda de Haití? ¿Del maremoto de Asia? ¿Y de Darfur? Pero vamos, en fin... tampoco nadie se acuerda de otras causas. Hoy todos aprendemos a contar, se dice que al menos mil millones de personas en todo el mundo se encuentran con los ojos de par en par, la boca entreabierta, diciendo: 1, 2, 3, 4... hasta llegar a 33. Ni el mismísimo conde Drácula [insertar video de Xander mofándose del acentro del conde]. Todos con el corazón en un puño viendo ese rescate de película de ciencia-ficción, cada minero que escapa por su propio pie se celebra con el regocijo del que ve al familiar tras años de distancia.
           Ahora bien, la cuestión es ésta. ¿Cuánto durará el foco sobre los mineros rescatados? ¿Cuántos accidentes tienen que suceder para que cambien las cosas, para que alguien sea arme de valor e intente arreglarlo todo? Llamadme excéptico, pero me juego las manos con las que escribo este texto a que dentro  de dos meses más de uno y dos de esos mineros seguirán agujereando el suelo como hormiguitas en un tanque de tierra.
           No los reciban como héroes de guerra (otro de esos preciosos oxímoron), no los conviertan en eje mediático (el único protagonista que ha hablando con la prensa y ha dicho que lo traten como lo que es, no como una estrella), no hagan que el mundo gire en torno a ellos para darles de lleno con una puerta en las narices cuando pasen unas horas. Les lloverán ¿estupendas? ofertas laborales, propuestas para participar en un reality, puede que incluso primas del Estado o una indemnización suculenta, pero no creo que estos hombres vendan su alma al diablo tras el infierno que han vivido. Que de pozos sé un poco... Leeremos sus nombres en los periódicos, puede que en los anuarios, en las enciclopedias. Pero insisto, dentro de dos meses volverán a estar encerrados a 100, 200, 500 metros de la superficie. Pasen y vean, es el acontecimiento del año. The Freak Show...

lunes, 11 de octubre de 2010

A veces
desangrarme en la bañera
tiene la capacidad
de devolverme la vida.



No lo esperaba en absoluto.
Ya han sido varias veces las que han intentado hacerme desaparecer con pulsar un botón. Delete? Yes. Are you sure? Yes. Adiós. Pero no es tan sencillo, porque un boceto, un leve recuerdo de un rizo, una calle empedrada, sombras sobre la tierra amarilla, un leve recuerdo, digo, es capaz de traer a alguien de vuelta del País de la Oscuridad. El olvido no dura para siempre, por mucho que tratemos de convencernos. Y así nos va. Ya ves, a veces me canso de ser hombre y también me agota escuchar que todo bien. He encerrado todos los pájaros en una jaula gigante: las malditas golondrinas, los jilgueros, las palomas, las gaviotas y los gorriones. La jaula empieza en la vejiga y acaba en el pecho. A veces dejo que los colibríes revoloteen en mi cabeza, pero tengo que tirar pronto de ellos y dejar que los apresen los cuervos. Para que no duela. Me dicen que ya no vuela, que ya ha desistido de toda intención. Que he cambiado la victoria por la Derrota. Que quedan siglos de vida y los pájaros acabarán por disecarse en esta jaula. Y yo, te resucito ahora y siempre.


Ya sabes, cosas de Granada.

Entrevista al Papa

Extraída del excelente blog Mi mesa cojea, de Jose A. Pérez, guionista y pensador, persona non grata. Os recomiendo de paso, Ciudad K, lo mejorcito que se ha hecho en mucho tiempo de televisión en España.

JOSE: Excelencia, gracias por recibirme. 



PAPA: Santidad. 

J: Oh, gracias, pero no creo que sea para tanto. 

P: Me refería a mí. 

J: Ah. Claro, Santidad, perdone. 

P: Absuelto. 

J: He leído en varios medios que la semana pasada comparó a los ateos con los nazis. 

P: Correcto. 

J: ¿No le parece un poco excesivo? 

P: Mira, hijo, yo fui de las juventudes hitlerianas, sé de lo que hablo. 

J: Pero los nazis mataron a muchísima gente. 

P: ¿Tú fuiste de las juventudes hitlerianas? 

J: No, pero… 

P: ¿Has sido nazi alguna vez en tu vida? 

J: No. 

P: Pues yo sí. Así que no hables de lo que no sabes. Mira, desde que dejamos de quemar brujas, la Iglesia ha sido muy condescendiente con los ateos. ¿Resultado? Ahora van por ahí masturbándose y abortando. Incluso he oído que fornican por el orificio de la defecación. ¿Crees que Dios nos puso ese orificio ahí con esa finalidad? Con lo a desmano que está, hace falta ser vicioso… 

J: Con todos los respetos, Santidad, creo que el fornicio anal no es un invento nuevo. 

P: ¡Pero ahora hay orgullo en ello! Ahora los ateos se vanaglorian del Big Bang y de las penetraciones anales. Están obsesionados con los agujeros, como ese ateo inglés, Stephen no sé qué. 

J: Hawking. 

P: Ése. 

J: Bueno, es un científico, sólo hace su trabajo. 

P: Los científicos tienen que estudiar cosas importantes, como porqué los preservativos son malos para el alma. 

J: Pero es que los científicos sostienen que no hay alma. 

P: ¿Lo ve?, fíjese si les queda campo de estudio todavía. No puede ser que anden por ahí clonando ovejas cuando ni siquiera saben dónde está el alma. 

J: Cambiando de tema, Santidad… ¿Qué tiene que decir de los abusos? 

P: ¿Qué abusos? 

J: Bueno, ya sabe… Han aparecido noticias de personas que dicen haber sido violadas por… 

P: Oh, esos abusos. El Vaticano condena tajantemente los abusos de menores. Cinco importantes teólogos llevan cuatro años dándole vueltas al tema y han llegado a la conclusión de que, si Dios quisiera que practicáramos el coito con niños, no los haría tan pequeños. 

J: Interesante. 

P: Es una cosa horrible que un hombre de Dios fornique con niños chicos. No me lo puedo ni imaginar, y créame que lo he intentado con enorme ahínco. 

J: ¿No arreglaría las cosas permitir que los curas tengan relaciones sexuales con normalidad? 

P: Eso es inviable. Los católicos tenemos que pensar en Dios como en la fimosis del alma. No hay mala voluntad en Dios, como no la hay en el prepucio anormalmente estrecho. 

J: ¿Y qué va a hacer el Vaticano para evitar que esto ocurra de nuevo? 

P: Tenemos un plan de acción. A partir de ahora, cuando veamos a un cura contento será inmediatamente expulsado de la Iglesia. 

J: ¿Y si está contento por otra cosa que no tenga relación con niños? 

P: No seas ridículo, ¿por qué iba a estar contento un cura? 

J: Una última pregunta, Santidad. ¿Cuándo tendrán pleno derecho las mujeres en la jerarquía católica? 

P: Nosotros no tenemos ningún problema con las mujeres en sí. Lo que nos molesta son los pechos y las vaginas. Y las nalgas también nos turban un poco. Y las nucas. Y ocasionalmente, también las piernas y los vientres, particularmente si son planos. Y tampoco nos acaba de convencer esa zona de la espalda que está justo encima de las nalgas y que a veces asoma cuando se sientan, ¿sabes de lo que te hablo? 

J: Perfectamente. 

P: Sí… Ese Satán sabe hacer las cosas, ¿eh?



sábado, 9 de octubre de 2010

Enterrado (Buried)

A DOS METROS BAJO TIERRA

Tiene Buried, el debut de Rodrigo Cortés, mucho de experimental. Toda la película transcurre en menos de cuatro metros cuadrados, donde —naturalmente— sólo cabe un personaje, el protagonista interpretado por Ryan Reynolds.
            Un ataúd. Un hombre. Un teléfono. Un mechero. Con poco más que esto, el guionista construye una historia en torno a la esperanza. Y es que la película, recibida entre laureles en Sundance, parece especialmente propicia para los tiempos que corren. Podría ser una anécdota, pero al parecer todo tiene lugar en 2006. Tiempos de guerra, de crisis y de globalización. Recordemos el cine en la era de la Guerra Fría, por ejemplo, con Hollywood escupiendo cintas de serie Z sobre naves espaciales y monstruos alienígenas (después de todo, alien significa también “extranjero”).
            Ahora que la desconfianza toca techo, que el mundo se encuentra dividido, vuelve el terror al extranjero más plausible que nunca: el terrorista, el extraño que chantajea a cambio de cualquier excusa. Resulta fiera también la propuesta en la representación del ciudadano medio aterrado por la crisis económica. Si el protagonista trabaja o vive en Irak es por motivos meramente económicos, y el espectador no se cuestionará más lo endeble de toda la propuesta.
            La vuelta al cuento gótico de enterrados en vida, miren qué imagen tan cristalina, es plausible y gracias a lo extraño de la propuesta, revaloriza la narración de Edgar Allan Poe. La principal diferencia entre ambas situaciones radica en el juego que se propone en Buried. Debe el espectador plantearse qué haría en lugar del protagonista con los objetos con que cuenta. El conflicto se plantea nada más comenzar la proyección, con esa escena que es toda una reminiscencia al volumen 2 de la brillante Kill Bill. Porque esto de los enterrados vivos, como les digo, trae cola.

            La película basa su funcionalidad en los sentimientos de impotencia, frustración y agobio. Y hay quien dice: “yo es que para pasar un mal rato me quedo en mi casa”. Ése es el doble filo de la película de Cortés, que puede echar atrás a una buena parte de la audiencia. Si no, no se entendería tamaña campaña promocional. Luego está que el espectador entre en el juego y componga el puzzle junto a Reynolds, principal y solvente motor de la película, ya que es su tour de force interpretativo lo que hace que en algunos momentos la cinta no parezca una parodia de sí misma.
            En pocas palabras, Buried gustará a quien vaya con la intención de disfrutar de esta propuesta; su desenlace defraudará a no pocos. Lo que es innegable es que el juego, porque es un juego, contiene el suficiente jugo y entretenimiento para salvar su a priori principal adversidad: el escenario cerrado y asfixiante. No es una película de lucimiento para el director por motivos obvios, pero el hecho de haberse puesto detrás de este proyecto ya dice mucho de él. La película será un éxito, estoy seguro, y le deseo a sus responsables la suerte que merecen. Y a Ryan Reynolds le perdonaremos lo de Scarlett.


Nota: 7,5

viernes, 8 de octubre de 2010

La muerte de Tuenti(dad)

Estaba escrito.
Hace ya tres años y pico me di de alta en una red social sin saber lo que era, sólo que la carta que me había enviado la Universidad de Swansea me recomendaba darme de alta en Facebook. "Cara libro", pensé. Será algo con material adicional para los estudios en RU... Cuán equivocado estaba: podías encontrar a otros estudiantes (generalmente universitarios, y ésa era su principal ventaja), subir fotos de fiestas o excursiones o clases y compartirlas con tus colegas, mandarles mensajes, hacerte fan de grupos a los que necesitabas pertenecer (¡mira, ya hay 1245 personas a quienes les gusta Damien Rice!) y poco más. Decirle a tu cuqui que la quieres. Cotillear las amistades y aficiones de tus amigos contactos. Perder el tiempo entre granjas virtuales y restaurantes de bites.
           Poco tardaron en aparecer las hermanas pequeñas. La que hoy nos ocupa, Tuenti, que por mucho que os sorprenda recibe el nombre de la abreviatura de "Tu entidad", nada que ver con el patético intento de la Conferencia Episcopal (con la Iglesia hemos topado; y van...) de acercarse a la juventud y enviar un mensaje antiabortista con la patraña de "es un tú en ti". ¿En serio? En cualquier caso, Tuenti ha tenido un éxito abrumador principalmente en el sector infantil-adolescente, porque, para qué negarlo, Tuenti ha quedado en lo que nació: reducto de críos con ínfulas de personas interesantes, en proyecto de página de contactos con la que medir la popularidad.
           Desde hace un tiempo Facebook, en lugar de menguar, sigue creciendo, ya que todo el mundo ha descubierto que la web por excelencia, el Rey de las Redes Sociales no es otra que Facebook, y por tanto no es de extrañar el flujo migratorio de todas las páginas a ésta. Una lástima, porque en principio sólo encontrábamos un perfil de usuario adulto y, muy importante, universitario, con lo que se evitaban todos los defectos que podía tener, básicamente la invasión de privacidad, las oleadas de niñatos, la pérdida de identidad. Facebook nació con una vocación eminentemente universal e intelectual, reducto de modernos. Tuenti nació como el "FB español", y así le ha ido. He de confesar que he mantenido mi cuenta durante aproximadamente 3 años, aunque en mi caso, como en casi todo, era una cuestión romántica. Creé la cuenta cuando estaba de Erasmus, tengo ahí fotografías que de otro modo no podría ni encontrar, es el modo más sencillo de promocionar cualquier cosa (desde una presentación de un libro a una fiesta en tu piso). Pero también es cierto que de modo "profesional", es decir, como escritor, me he volcado más en Facebook. Además, en Facebook tengo amigos de todo el mundo con los que no quiero perder el contacto (romanticismo, ya ven), por mucho que intento seguir escribiendo postales y cartas. Odio la frialdad de un email. O de un Tuenti. O de un Facebook con el que puedes borrar a un amigo de tu vida con hacer click. Eso nunca...
           Total, los niños seguirán engañando a Tuenti, cambiando cada vez más temprano el año de nacimiento para poder acceder, hasta que vean que el éxodo es imparable y no les quede otro remedio que irse a Facebook, con el inminente estreno de la película que lo catapultará (más si cabe) a la eternidad de la Red.


Sí, sí, tú sonríe, que ya tendrás motivos para llorar...

lamusique

No podría vivir sin

eveybody's gotta learn sometimes

Un libro

Un libro
Un saco de huesos, Stephen King