And do you brush your teeth before you kiss? Do you miss my smell? What about me? What about me? What about...?


Va dejando trozos de él por todas partes. Algún día desaparecerá conforme anda.
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miércoles, 15 de diciembre de 2010

En terapia


¿Saben? Necesito escribir. Insisto en necesito. Sin escribir, me ahogo, me hundo, me cuesta respirar… cuando escribo, me olvido del resto.
            Quien me conoce sabe de mi tendencia a convertirme en una montaña rusa emocional, y es bastante evidente en este blog, después de todo mi contenedor de ascos. Todo lo que no me cabe o me quema en la cabeza, lo vomito aquí. Y me siento como nuevo. A veces cuento cosas buenas; otras, malas. Hay veces que incluso terribles. Pero hoy no. Hoy vengo a reivindicar la escritura. Hace dos días tuve una jornada emocionalmente agotadora por la marea de emociones que se sucedieron de repronto. Venía de un fin de semana en el que había estado inexplicablemente enfermo, y me levanté para estudiar. Ayer tuve examen; mañana tengo otro. Total, estaba yo estudiando cuando levanto la vista y veo en la tele a Morente, Enrique. Miro y leo muerte cerebral y se me encoge el pecho. No. No puede ser. Enrique es joven, Enrique es fuerte, Enrique es el legado del genio granaíno. Efectivamente, se nos fue. Iba a comer sin ganas cuando recibí una llamada que me cambiaría el día: un editor de Madrid está interesado en publicar mi primer poemario. Uf. Poesía al fin. Porque con la poesía tengo miedo, aún no me siento poeta, aún no he dejado los restos en un libro de poesía. En narrativa lo he hecho en varias ocasiones, sí, pero no en poesía. Por eso fue un subidón que me tuvo todo el día hasta arriba. Luego me di cuenta de que seguía algo enfermo, no estaba curado del fin de semana, pero quise olvidarlo con el notición. Me fui a clase, y entonces me topé con un nido de cucarachas que creía extinto (lo siento, no se me ocurre un símil más apropiado) y que me provocó náuseas. No por la impresión, qué va, ni mucho menos. Náuseas de asco. Estuve en clase con ganas de vomitar, pensando en el examen del día siguiente, en las cucarachas (hay al menos dos, tal vez tres) y en lo mal que me sentía (te tenías que haber quedado en casa, Jose, aún no te has curado. Ya, pero no puedes faltar a clase o te suspenden la asignatura. Pero estás malo, joder. Venga, no pasa nada, mañana estarás mejor). Luego pensé, me acordé de lo del libro y me llevé la mano al bolsillo y noté el tacto del papel del bueno. Miré la entrada, pensé en el poemario de nuevo (irónicamente, se titula Cuánta pupa) y salí de clase antes de tiempo. Me fui al concierto de Micah P. Hinson y durante una hora y pico se me olvidó el mundo. Así de maravillosa es Granada, el mismo día en que muere Morente puedes ver a Hinson en cocierto. La cuestión es que se me olvidó todo lo malo y, al llegar a casa, sin Internet ni nada, me puse a estudiar y organizar los apuntes y a terminar de releer el último de Harry Potter en inglés. Luego pensé en el poemario, en la posibilidad real de una publicación y me dormí como un bebé.
            Ayer el día fue de nuevo agridulce. Caminando por Granada tenía ganas de llorar por Morente. Lo escuchaba homenajeando a Lorca. No sabéis qué sensación escuchar a Morente por Lorca en las callejuelas del centro de Granada. No lo sabéis. La aurora de Nueva York de su disco Omega. Por eso me duele tanto lo de Enrique, supongo. Por Lorca, que es como si con él volviera a morir un poquito. Yo es que nunca he escuchado flamenco (ni música en general), y a Morente llegué a través de Lorca. Me volvieron a arrastrar hacia él Los Planetas. Granada puede ser y es maravillosa. Luego hice el examen, digo, ni bien ni mal, uno más. Fuera. Ya sólo me quedaba el de mañana. Con eso me fui a casa (eran las 3 de la tarde cuando salí del examen; ya, menuda hora de poner un examen…), pero antes me pasé por Traducción [duele no llamarla mi facultad] para revisar el correo y comprar pan de camino. Miré el correo y encontré algo bueno de nuevo, un anónimo firmado. En realidad, encontré varias cosas buenas: qué tontada, una cosa tan estúpida como el correo electrónico, una sucesión de ceros y unos, te puede alegrar el día. La semana que viene o estas vacaciones os hablaré tranquilamente de los bonitos anónimos. Son algo maravilloso, desde luego. Ya me explicaré: para que tengáis una pista, os diré que me persiguen desde hace algo así como tres años, sí. Algo así, tres años, quizás cuatro.
            Dejé el correo con la pequeña alegría, pero entre que no salí del examen con una sensación maravillosa, me acordé de las cucarachas otra vez y pensé en el examen de mañana, pues me sentí de nuevo por los suelos. Y Morente por todas partes, y “La aurora de Nueva York tiene/cuatro columnas de cieno…”, y un poco de todo. Tenía trabajos que hacer y bastante que estudiar, pero me puse a escribir. Porque era escribir o morir. Y bueno, lo cierto es que estoy contento. Puede decirse que ayer, un día después de la muerte, de la despedida de Enrique, concluí mi segundo poemario. No voy a contar por quincuagésima vez cómo también escribí casi toda La traición de Wendy en una situación de desesperanza y desesperación total, pero os recordaré que necesito escribir. Que cuando las cosas se me ponen feas, yo acabo otro libro y lo celebro por lo grande. Mañana, además, después del examen y la clase tengo un concierto más, en este caso un casi acústico de Zahara, que podré disfrutar como hace prácticamente un año cuando vino por aquí. A ver si mañana consigo la foto con ella (o algo así), que al fin soy libre desde hace mucho tiempo. (Ja, libertad, dice. Ya, todo el trabajo que me echo a las espaldas lo hago desinteresadamente). Pues nada, tendrán que seguir viniendo malas rachas, y cucarachas, y muertes y suspensos para que mi vida prospere. O no. Sólo sé que me lo estoy currando como una bestia, y El abrazo del koala ya está de camino a algún certamen de poesía.
Deseadme suerte.

martes, 2 de noviembre de 2010

Carta a un Jose pasado

Querido Jose:


No tengas miedo de decir lo que piensas, de defender lo que crees. La vida no es fácil, más vale que lo sepas ya. Bueno, que la vida es fácil: son las personas quienes la hacen difícil. Viaja a todas partes. Eso será lo mejor de tu vida, que poco a poco descubrirás que tienes alma de aventurero.
           No digas no puedo. Siempre que te lo propongas, llegarás a la meta. No desistas en tus empeños y cree en ti mismo. Porque los demás son ratas. No escuches a las personas. Déjate enamorarte de vez en cuando decirle que la quieres, compartir tu vida con ella. Haz el amor y besa, bebe cerveza, fuma porros. Desahógate.
           Aprende a escoger tus lecturas y tus películas. Lee El guardián entre el centeno, El dador, Las vírgenes suicidas, Un mundo feliz. El resto no te hace falta. Mira American beauty, Pulp Fiction, Before Sunrise, Cómo ser John Malkovich, Soñadores (de Bertolucci), Hable con ella… Habla con ella. Con él. Con ellos. No te sonrojes nunca. Habla con el mundo y diles que sólo tú llevas razón.
            Cómprate un tocadiscos. Escucha The Smiths, Janis Joplin, Nina Simone, Radiohead, Muse… Huye de la radiofórmula como de la peste. Sé egoísta. De verdad, no mires a nadie.
            No hagas la comunión. Si la haces, escupe la hostia y písala delante del cura. No creas que si estudias mucho, llegarás más lejos. Llegarás al mismo sitio con la mitad del esfuerzo. Ten fe en ti mismo. Y tranquilo, todo llegará: los amigos, las mujeres, la universidad, la literatura.
            No toques la trompeta. Eres un negado, y lo sabes. Pasa de ella. Inténtalo con la guitarra.Un día conquistarás el mundo. Te quiero,


Jose

jueves, 30 de septiembre de 2010

The Runaways: rock n roll descafeinado

SEXO, DROGAS Y ROCK N’ ROLL

¡Kristen Stewart era una buena actriz!

Es demasiado fácil esperar de un biopic algo novedoso, rompedor cuando tratamos con estrellas de rock. Cierto es que el ámbito de la música ha dado experiencias tan estimulantes como The Wall (Pink Floyd) y otros ejercicios demasiado clásicos, demasiado académicos como son, por ejemplo, Ray o La vie en rose, películas creadas para lucimiento de sus intérpretes (ahí están sendos Oscars para Jamie Foxx y Cotillard). No obstante, con los roqueros la cosa cambia. Pero no se engañen: The Runaways fue un grupo de roqueras adolescentes que tuvo una subida tan repentina como su bajada. Así pues, no nos podrían ofrecer una disección y juego tan interesante como si estas chicas fueran Bob Dylan en I’m not there.
            The Runaways, como decía, cuenta la formación del grupo de punk-rock homónimo, su subida a lo más alto y su separación al poco de tocar la cima. En concreto, se centra en las vidas de su vocalista y su guitarrista, ya que el resto de las miembras no cedieron sus derechos de imagen para ser representadas en la película. Esto, contrariamente a lo que se podía pensar, le hace un favor a la película, ya que si bien su guión renquea en un intento de centrarse en dos personajes, si tuviera que hacerlo en los cinco la tarea se volvería imposible. Para ello el guionista creó un tercer personaje (bastante secundario) a partir de las tres chicas ausentes. Para más inri, todo tiene lugar en 1975, una época de excesos donde el rock prevalecía y donde los músicos se convertían en iconos en muy poco tiempo. En el caso de las Runaways, por ejemplo, se las comparó con todas las bandas míticas, haciendo hincapié en el hecho de que eran mujeres y eran muy jóvenes. Rock para adolescentes en el que se podían entrever las raíces del grunge que primaría una década después.
            Dakota Fanning da vida a Cherie Currie, vocalista de The Runaways con tan sólo 16 años y principal afectada por la montaña rusa que supuso su participación en la banda. La composición de Fanning es, sin duda, lo más interesante de la película. Más allá de la polémica que ha provocado su personaje (estúpida polémica; se trata de un biopic), la actriz demuestra con 15 años una madurez que otros actores tardan décadas en alcanzar. Dakota Fanning ya no es una niña, como demostró hace un par de años en Hounddog, y nos alegra que siga escogiendo sus papeles con inteligencia (ella sola vale más que toda la saga de Crepúsculo). Su partenaire es, curioso, Kristen Stewart, la casta Bella Swang que ha enamorado a hordas de adolescentes. Se merece Stewart también todas las alabanzas, ya que su retrato de la guitarrista Joan Jett nos hace olvidar su malogrado quehacer en la citada saga. Es más, el hecho de que estas actrices se sigan involucrando en proyectos en cierto modo independientes confirma la tendencia que siguen los niños prodigio de su generación (ahí están Abigail Breslin, Soirse Ronan). Como guinda al pastel encontramos a Tatum O’Neal (otrora niña prodigio) y a un sobresaliente Michael Shannon (con su Oscar por Revolutionary Road) como manager del grupo.
            Floria Sigismondi, directora y coguionista, viene del mundo del videoclip (ha trabajado con artistas de la talla de Sigur Ros e Interpol), y si bien sabe desenvolverse tras la cámara (tiene escenas y planos verdaderamente inteligentes), con el guión tropieza a menudo, lo que hace que toda la cinta se resienta. Presentación de los personajes, unión de la banda, ensayos, drogas, sexo, conciertos, el boom, más drogas, algo de drama familiar, conciertos, drogas, caída y redención. Todo muy atropellado, cierto, pero Sigismondi tiene buen gusto al tratar la relación entre las dos protagonistas y el mundo del rock desde dentro, tal y como lo hacía (ahora sí, de modo mucho más inteligente) Casi famosos.
            Al menos hay algo que no se le puede achacar a la película, y es que musicalmente está bien servida de grandes temas tanto propios como ajenos. De este modo, son los conciertos, ensayos… las actuaciones en general las únicas partes que brillan. Pero bien hecho.
            Vamos, es una lástima que una historia que podía haber dado para tanto se quede en la superficie, que la directora no haya decidido arriesgar más, ya que el reparto está entregadísimo y podían haber ofrecido el biopic roquero definitivo. Los ingredientes estaban, pero el plato se ha quedado a medio hacer. Le daremos un 7.

jueves, 23 de septiembre de 2010

Series y series y series y un verano que se acaba (II)

Pero no ha sido eso lo único que he visto este verano. Con tanto estreno y tanta búsqueda y tan poca vergüenza, me acabé enganchando a otras ficciones que iré desgranando a continuación.
           Tenía guardada en una carpeta la última temporada de una de mis series predilectas: Nip/Tuck, que siempre nos ha aportado tramas culebronescas muy desfasadas (en cuanto a cualquier tipo de mesura), personajes extraordinarios u ordinarios, a secas, y cantidades ingentes de sexo y quirófanos. Toda una revolución, si bien es cierto que esta temporada última ha sido bastante descafeinada, y el final decepcionante. No es de extrañar, ya que el tipo que ha pergeñado todo esto, Ryan Murphy, ha estado liadísimo con Come, reza, ama y la primera temporada de la exitosísima Glee.
           Más me ha gustado lo que he podido ver de Caprica, que toma lo mejor de su serie madre, BG (recordemos que Caprica no es más que la precuela menos precuela de la historia). Si en Galactica había golpes de estado, huidas interestelares y profecías místicas, en su hija hay atentados terroristas, luchas de poder, filosofía, vicio... Como veis, una serie tan madura como mamá. Es más, creo que se perfilará como otra de las grandes olvidadas por los premios televisivos, ya que a pesar de su material humano y filosófico tan intenso, su principal baza, la considerarán una serie de ciencia-ficción, de robots, maquinitas y naves espaciales, y por ende algo estúpido. Gracias por los prejuicios.



            A la que sí me he enganchado es a The Big C, y es que a pesar de las reticencias de las que hablé, considero que su discurso liberal y optimista bien le valen mi atención. Tiene demasiados puntos negativos, cierto, como al insoportable hermano de la protagonista y la actitud estúpida de Laura Linney. Además, le está costando encontrar su tono, aunque el episodio 4 me gustó; ahí lo hilaron. Y como punto gordo de la serie, la dinámica entre Cathy y su alumna obesa (¡gran Gabourne Sibide!). Si siguen por ahí, pueden lograr algo bueno, aunque me da la sensación de que Showtime me cuenta una y otra vez lo mismo :S
          Ahora, una confesión: me engancho a reality shows, es inevitable, pero nunca había tenido que descargar ninguno americano. El culpable en concreto no es otro que Top Chef, un programa en el que alrededor de diez cocineros compiten semanalmente por permanecer en el concurso sacando adelante platos exquisitos en circunstancias imprevisibles. Les hacen cocinar en pleno desierto con una lata de chapa como sartén o con aperitivos de la marca Cheetos un plato de nouvelle cuisine. Como veis, una tontada digna del tonto más grande, pero una tontada que engancha, diablos... Además, si os gusta medianamente la cocina, ya está todo hecho. Como me pasó a mí. Una temporada en dos o tres días. Fantabuloso.

           Una de las series más extrañas y desconocidas (porque ha pasado desapercibida) del año, Gravity, también me enganchó. Por su punto de partida. Por su humor negro. Por su extrañeza, su excentricidad. Podría estar perfectamente tras ella la cabeza de Bryan Fuller: un grupo de suicidas que han fallado en su intento de morir tienen que ir a reuniones para rehabilitarse y reincorporarse en la sociedad. La protagonista tiene una belleza frágil, sobrecogedora, llamativa... y vale la pena por su única temporada, aunque no es ninguna maravilla.
           Y para cerrar, lo dejaremos con una OBRA MAESTRA: Treme. Nueva Orleans postKatrina, David Simon, David Mills, música negra, John Goodman, una ciudad destruida y la reconstrucción de ese escenario caótico. Es tan realista que podría pasar por un docushow gracias a las interpretaciones de su elenco y a las localizaciones. Y HBO. ¿Qué más se le puede pedir? Que la gente le dé una oportunidad. En este momento, es lo mejor que está pariendo la televisión por encima de Madmenes y Breakingdades... Pero claro, el jamón 5 J sabe raro si uno sólo come mortadela. Quiero creer que todos acabaremos paladeándolo y congratulándonos por esta magia y esta oportunidad de viajar al centro del huracán desde el sofá de casa...

martes, 24 de agosto de 2010

lunes, 16 de agosto de 2010

Cuando no sabes si volver o esconder la cabeza bajo tierra


Ya estoy de vuelta.
En casa, en Bélmez.
Tengo deberes y muchas fotografías y recuerdos. E incertidumbre: pero confío en mí. Sé que el año no pasará en balde. No sé si un máster, otra carrera o un curso de lo que sea, pero lograré tirar del carro...

Aunque lo cierto es que ahora mismo sólo quiero volver a Bristol o donde sea en Inglaterra y recorrer los sitios de siempre y conocer gente nueva que me deje de piedra, beber pintas de Guiness o lagers en la calle... Visitar museos gratis, ir de tiendas (¡yo!) de segunda mano, de rastrillos, de mercados ambulantes. Viajar en tren con la mochila por compañera. Viajar...


Sirve un viaje de estos para aprender cosas en inglés, de acuerdo, pero también de la escuela de la vida, a poner los puntos sobre las íes, a determinar lo importante y lo estúpido, a discernir la paja del grano. Sirve también para darnos cuenta de lo equivocados que estamos. O de lo correcto de toda nuestra vida. Es tan difícil tomar decisiones tras tres semana al libre albedrío.

sábado, 26 de junio de 2010

Nuevo fondo de escritorio

No es muy guapa. Ni bien hablada, educada, dócil. No tiene la voz dulce. Y le rompieron el corazón.


Además, tiene algo...

sábado, 19 de junio de 2010

Crónica de una semana intensa


De una semana en la que he pecado.
El lunes amanecí en casa, en el pueblo, en mi cama gigante y mi cuarto infinito. Todo bien: hice como que estudiaba mucho para mi examen de jurídica. El martes me puse nervioso porque el examen era el viernes, pero yo ya tenía la entrada para el concierto de Muse. ÚNICO concierto en España en 2010 en el Vicente Calderón. Tenía dos opciones: quedarme el miércoles estudiando en casa y venirme a Granada el jueves, ya que el examen fue el viernes por la mañana; o irme a Madrid el miércoles por la mañana e ir al concierto, y luego venirme a Granada esa misma noche. Los astros se fueron alineando: Muse debía empezar a las 10, ya que los teloneros (Editors, muy buenos también, empezaban a las 8 y pico), lo cual venía a decir que el concierto acabaría sobre las 12; dio la casualidad de que un primo de mi madre tenía que irse del pueblo a Madrid el miércoles por la mañana, así que me fui con él. Llegué a mediodía, quedé con una amiga y fuimos a comprar el billete para Granada; según la web de ALSA, el último bus salía a la 1. Cuando fui a comprarlo, me dijeron que a la 1 y media, de modo que en teoría me daba tiempo de volver a Granada dormido en el bus. Fuimos al estadio a las 8 y pico, justo para ver la actuación de Editors, quienes nos sorprendieron gratamente al estar a la altura como teloneros de los inmensos Muse: Y es que calentar a 20000, 30000 o 40000 personas puede imponer, pero salvaron el obstáculo con gracia. Dicho sea de paso, la voz del cantante me recordó a una mezcla entre David Fonseca y Brandon Flowers, ya sabéis, como una voz entre grave y muy masculina, potentey vamos, muy adecuada a su música. Pocos han hablado de ellos en todas las reseñas y crónicas del concierto, porque naturalmente la gente estaba ahí para ver a Muse. Gente que ha pagado entre 40 y casi 80 euros por verlos (sin contar la reventa) esperan, cuanto menos, algo legendario. Y es lo que hizo Muse.
El concierto
Miércoles noche. No hace frío ni calor. Se está genial. El cielo nublado. El escenario tiene forma de pirámide con una bola en la cúspide. Si no me equivoco, estrenan este nuevo escenario para la gira de verano. Inmenso, claro. Máquinas de humo, luces que se encienden...los comentarios excitados de los asistentes empiezan a hacerse notar... Se apagan las luces: gritos, ovaciones, nervios. Aparecen filas de personas a ambos lados del concierto con pancartas: WE WILL BE VICTORIOUS; THEY WILL NOT CONTROL US. La estrategia de reivindicación en una banda de rock no es nada nuevo. A Greenday también les funcionó de lujo. Comenzar un concierto con "Uprising" y 50000 personas coreando estas sentencias, estos lemas es una declaración de intenciones. Y el público respondió a lo que nos ofrecía la banda. Un Matt Bellamy que defiende todo con ese chorro de voz, que se sabe el centro de atención, que doma al falsete y lo convierte en aliado... ¡Qué más decir de él! Brillaron principalmente temas de sus últimos trabajos: United States of Eurasia (o la nueva Bohemian Rhapsody), The Resistance... aunque desde luego algunos de los momentos más emocionantes corrieron a manos de clásicos de la banda inglesa: maravillosa Feeling Good, Map of the Problematique, Supermassive Black Hole... vamos que no se andaron con chiquitas. Los espectadores coreaban los solos de guitarra (y 50000 personas coreando son muchas personas). En definitiva, y aunque faltaron temas tan importantes como Invincible o su tema estrella Butterflies and Hurricanes, Muse ha logrado a fuerza de ensayo y error su directo más equilibrado con temas que van desde el alternativo más Radiohead al glam rock, todo ello pasando por la balada clásica roquera o el rock electrónico, todo ello salpicado por un alarde de improvisación en los solos que se marcan todos los miembros de la formación. O que el estadio enmudezca cuando Matt se pone al piano y canta, casi como un abrazo, Feeling Good. La escenografía fue abrumadora con esa pirámide que parecía replegarse y la estática y montaje de videoclip frenético. O el momento en que la esfera sobre el escenario se transformó en un ojo que parpadeaba y nos observaba a todos. O cuando estalló el confeti durante un baladón, o las pelotas que resultaron ser ojos para que la gente jugara con ellas. O el ovni. Sí, he dicho ovni. Del escenario se descolgó un ovni del que salió un tipo de blanco que estuvo bailando conectado al ovni mientras los músicos nos deleitaban con sus virguerías. La única pega que tuvo el concierto fue el día, un miércoles, ya que hacia el final del espectáculo la gente comenzaba a cansarse (normal, madrugan, trabajan...). Total, que después de su bis el concierto acabó a las 12 y media, justo para salir e irme a la estación de autobuses, pillarme el bus y volver a casa. Os dejo un momentazo del concierto :)
.
El viaje
Salimos a las 12 y media del estadio, procuramos escapar de la mole de gente que abandonaba el estadio y fuimos al metro. Hicimos trasbordo y cuando llegué a Méndez Álvaro me iba a equivocar de camino, estaba convencido de que el autobús ya había salido o estaba saliendo, y una limpiadora me dijo que no era por ahí, así que al fin subí corriendo dos tramos de escaleras, bajé otro y al fin llegué al bus: a la 1 y media, el último. Pero llegué.
El jueves fue un día cualquiera. Aunque no todos los jueves muere Saramago, desde luego. Fue un jueves gris de prepararme el examen del viernes. A ver qué tal...
pd: hace un año más o menos me operaron...

viernes, 18 de junio de 2010

Hoy

he hecho un examen en secreto.
se me ha roto el cargador del portátil.
he ido al concierto de Tulsa.
he sacado de la biblioteca Ensayo sobre la lucidez, El evangelio según Jesucristo y Caín.
ha muerto José Saramago.
me he tomado tres cervezas.

martes, 8 de junio de 2010

Premio de Stultifer


Resulta que el otro día, el lunes de la semana pasada, para ser exactos, me otorgaron un premio por el blog desde No sin mi cámara "por los pensamientos y matices". A mí me congratula toda fuente de reconocimiento, para qué engañarnos, así que desde aquí me gustaría dar las gracias y animaros a que paséis por su bitácora, curiosa como pocas y llena de escaleras :O
Por otra parte, mañana será la presentación de La traición de Wendy en Granada y estoy extrañamente nervioso porque es la ciudad donde llevo viviendo cuatro años y donde he escrito el grueso de mi obra. Y por los amigos. Los compañeros. La Alhambra. Y la poesía... Así que espero todo vaya bien y me pueda preparar con tranquilidad el examen de la semana que viene, eso sí, todo después del concierto de MUSE en Madrid. Vértigo, que el mundo pare...

viernes, 14 de mayo de 2010

En casa de Ismael Serrano


El jueves me presentaron a Ismael. Pero antes nos enseñó su casa y nos habló de su bloque y de su vecindario. De los vecinos, de los ruidos, los piques, las pequeñas batallas que liberan cada día: amores, muertes, encuentros y desencuentros. Porque a veces despertar con un bolero no tiene por qué ser malo.



El concierto fue genial, tal y como nos tiene acostumbrados. Hubo tiempo para los clásicos, para lo más nuevo, para reír y para llorar (lo juro, mucha gente lloró), para estar distendidos y comprometidos. Abrió el concierto con "Vuelvo". Hizo de anfitrión y nos presentó a todos sus vecinos con sus pequeños quehaceres a través sus canciones. Si bien es cierto que el público no estuvo tan entregado o cómplice como habitualmente, Ismael y sus músicos supieron sortear la situación y así entregarnos un concierto in crescendo. Naturalmente, eché en falta canciones que siempre me faltan en sus conciertos ("Ana", "Instrucciones para salvar el odio eternamente" o "Cien días" [incomprensible esta omisión]) así como algunas más conocidas: "Casandra", "Amo tanto la vida" o "Ultimamente" (¡!). No obstante, supo encontrar el equilibrio y salir del farragoso terreno de las canciones nuevas que nadie ha aprendido aún. Los momentos más emotivos se vivieron, cómo no, con los temas más nostálgicos y románticos del madrileño, que si "Vértigo" por aquí, "Recuerdo" por allá... El concierto, que duró dos horas largas, concluyó con dos bises donde el público ya estaba de pie amontonado alrededor del escenario. Para esta parte Ismael se había guardado temas de gran calado ideológico. Habló de Garzón antes de que todo se acabara por convertir en una mierda y, como adivinando el futuro, le dedicó "Al bando vencido". Tras dos o tres canciones más o menos positivas, en el segundo bis cerró el concierto con su tema estrella y todos coreamos a voz pelada "Papá cuéntame otra vez", puño en alto mediante y el corazón a mil. Un señor concierto.
Lo bueno es que no quedó ahí la cosa, ya que cuando acabó el concierto y nos estaban echando LITERALMENTE de la sala, los cuatro grupies que quedábamos tuvimos que salir. Entonces vi a Fran Fernández, un cantautor granaíno con el que había hablado antes (la historia es más larga) y me dijo que si eso, me dejaba entrar él. Entré y me presentó a Ismael... madre mía, el mismísimo Ismael hablando conmigo sobre mi libro. Y yo le regalé un ejemplar dedicado y él me dedicó sus discos y le di un abrazo y :)
:)



:D
Yo le escribí en el libro: "Para Ismael, gracias por ponerle banda sonora a mi vida y por recordarme que crezco aunque no sea consciente. Porque a veces no es tan malo crecer ni amar ni volar. Con cariño y admiración, Jose".
Y él me escribió: "Gracias Jose por la atención, por tu libro. Crecer no es tan malo si no nos rendimos, si recordamos qué es vivir. Jose, a pesar del vértigo, seguimos ¿sintiendo?. ¡Suerte en todo!"

Desde luego, yo soy un poquito más feliz desde entonces.



Actualización 29 de mayo:

Al fin han subido una canción del concierto, nada más y nada menos que "No estarás sola"

domingo, 9 de mayo de 2010

Miedo



Miedo, que cantaría Pedro Guerra. Cuando tenemos miedo actuamos de manera estúpida. Y no me refiero al miedo evidente, no. Que de ese ya sabemos mucho. Hablo del miedo ilógico. Como el de esa noche... lo lógico, de encontrar hoy un cachorro en la puerta de mi piso, sería meterlo en casa, cuidarlo, darle de comer, arroparlo y mimarlo. ¿A cuento de qué lo metes en un ascensor? A cuento de una noche extrañísima en la que estaba solo. No obstante, uno también ha tenido momentos heroicos que relatará otro día... Si bien es cierto que nuestro concepto del miedo puede cambiar con el paso del tiempo, en esencia sigue siendo el mismo. Hace unos años, por ejemplo, si me preguntaban repetía con esa elocuencia que da una respuesta tan claro como "sólo me da miedo la soledad", y para alguien proclive a pasar el tiempo a solas es bastante significativo. Probablemente porque en esa época estaba más arropado que nunca, temía a la soledad. Ahora temo a la enfermedad más que a nada. Luego vienen de la mano la incapacidad de acabar la carrera, o de tener planes para el año que viene, o... Pero son cosas secundarias.
Lo que no me gusta es percibir que el miedo se convierte en uno de mis temas reiterativos, no me gusta.
Puede, y esto es verdad, puede que mañana os hable tal vez de historias de perros o de fronteras, de visitas que llegan a mi blog, de Doctor Who, de proyectos literarios futuros o qué sé yo, de mi estancia en la Feria del Libro de Jaén y Sevilla. Otro día. Hoy estoy asustado ;)

lunes, 18 de enero de 2010

Manifiesto para paliar el cáncer de una sociedad


Una sociedad donde no todos parten con las mismas posibilidades no es sociedad. Una sociedad donde el arte es violado, arrastrado y abandonado moribundo. Donde las películas que ganan premios son las más publicitadas, y sólo unos pocos son capaces de estremecerse con un libro, una película o una canción. Ahora mismo os diría: leed Matar un ruiseñor, ved Donde viven los monstruos, escuchad totalmente concentrados Cuántas veces habré intentado que juegues conmigo, el magnífico trabajo de Carlos Siles, productos todos ideados por personas con una sensibilidad inusitada. Si alguien os llama bohemios por lo bajini, modernillos por nadar a contracorriente, escupidle en la cara. Total, lo más que os vais a llevar es una hostia. Defended vuestros ideales con uñas y dientes. NO permitáis que nadie opine por vosotros, no me seáis influenciables, joder. Una sociedad donde decir la verdad acarrea consecuencias es una sociedad podrida por el cáncer. Una sociedad en la que hay quien intenta imponer ideales de hace uno o dos milenios no merece ni ese apelativo. Ayudadme en este empeño de liquidar el cáncer. Sed mi quimioterapia. Hay que empezar despacio a recuperar el mundo...

jueves, 7 de enero de 2010

Waste my time


Los primeros días del año, cuando hace frío, no sirven para redimirnos, ya que los propósitos que nos hacemos se quedan (y nunca mejor dicho) en agua de borrajas. Con lo que llueve y hasta nieva, cualquiera sale de casa y comienza a hacer vida "normal". Para dejar de sentirme mal estoy leyendo varios libros, el más importante Matar un ruiseñor de Harper Lee que, dicho sea de paso, me está encantando aunque me tiene intrigado porque preveo un giro precipitado de los acontecimientos. También me he propuesto hacer algo de bien por las personas que me rodean sin que ellos se den cuenta, y he empezado grabándole a mi tía varios cedés de música en condiciones, pero como a ella no la puedes sacar de Amaral, El Canto de Loco y La oreja de Van Gogh no he querido entrar a saco, de modo que le he grabado dos cedés de música española alternativa/indie/de cantautor y un tercer disco más ecléctico:

1. Us- Regina Spektor
2. Walk away when you're winning- David Fonseca
3. Miniature birds- Grand Archives
4. No past land- Russian Red
5. Funeral- Zahara
6. Bad Kids- Black Lips
7. Rehab- Glee Cast
8. Back to black- Amy Winehouse
9. Please, please, please, let me...- The Smiths
10. La sirena- Luis Ramiro
11. Mushaboom- Feist
12. Qué problema hay si me voy- Lovely Luna
13. Here comes your man- Meaghan Smith
14. Keep holding on- Glee cast
15. No me canso- Carlos Chaouen
16. Imaginarte- Lantana
17. The love cats -Jamie Cullum & Katie Melua
18. I'm yours- Jason Mraz
19. Crystal Clear- L.A.
20. La revolución sexual- La Casa Azul


Como podéis ver, no tiene lógica ni el orden ni nada, pero me siento mejor, hoygan. Además, así introduzco lentamente a mi tía en el Mundo-donde-hay-música-más-allá-de-los-40-Subnormales, que nunca está de más. Y con esto os animo a que leáis, salgáis abrigaditos por ahí y que procuréis hacer la vida de los vuestros un lugar mejor con pequeños detalles sin importancia aparente. Creo que es todo por hoy.
Mañana le meto un achuchón a mis quehaceres académicos, I promise.

viernes, 16 de octubre de 2009

Dublineses


O “Los hombres que estremecían a las mujeres”, según los suecos. Voy a hablar de dos cantantes, ambos buenísimos, ambos irlandeses, que comparten no pocos puntos en común. Pero no os voy a hablar de recomendaciones de discos o cosas así. Voy a hablar de cada uno tal y como yo los conocí, que me parece el mejor modo de conocerlos. El primero, por decir uno y seguir mi peculiar cronología, es Damien Rice. Un día, hace tres años, buscaban en un foro de escritores la canción más triste que existe (¡hala, los escritores son unos tristes!) y alguien había propuesto una tal Elephant de un tal Damien Rice. No sabía de qué hablaba, pero la primera vez que la oí me llegó donde llegan pocas cosas. Después descubrí que la canción más triste de este señor es Accidental babies, de su segundo disco de estudio,
9 (2006).


Y que el primero se llamaba 0 (2002) y contenía maravillas como una canción que acaba con una voz soprano (Eskimo) o Cannonball, de la que aprendimos cosas cursis, de acuerdo, pero perfectas en su cursilería: “las piedras me enseñaron a volar, el amor me enseñó a mentir, la vida me enseñó a morir”. Y si este disco inicial contenía duetos, 9 parece un disco ideado para lucimiento de Damien y de la chica que le hacía los coros, Lisa Hannigan. Cuando dos meses después de oír por primera vez Elephant fui al concierto de fin de gira del hombre, no había ni rastro de Lisa. Su relación había acabado y Damien Rice sabe defenderse muy bien por sí mismo en un escenario. Se vuelve roquero, simpático, divertido y de su boca no sale una voz, sale un torrente. Qué portento. Y echadle violoncelos, guitarras, baterías, violines, piano… Mientras esperamos su ya grabado y anunciado tercer disco, podemos consolarnos con los temas que ha sacado a modo de single (imposible no mencionar su Unplayed piano, dedicado a Aung San Suu Kyi, ganadora del Nobel de la Paz, que vive bajo arresto en casa desde 2002 por apoyar a la oposición birmana contra la dictadura), o con otro dublinés de pro: Glen Hansard. Hace dos o tres años, también, el Oscar a la mejor canción lo ganó una modesta producción irlandesa (el musical Once, para más señas) gracias al tema Falling Slowly, un dueto precioso de Glen y su partenaire, la checa Markéta Irglová. Ambos ya habían cantado juntos en la banda irlandesa The Frames (Damien Rice era a su vez vocalista de Juniper), donde se desarrollaron algunas de las canciones del musical. Glen es más feo que guapo, pero en su papel de busker nos enamora con la primera canción que se atreve a cantar con nocturnidad y alevosía, Lies (de nuevo música de chico atormentado, e insisto, para nada impostada esa actitud). Empieza, como Rice, casi todas sus canciones a capella y acaba gritando entre guitarras y pianos desatados. También se atreve a reírse un poco de sí mismo con temas como, y atentos al título, Broken Hearted Hoover Fixer Sucker Guy. Pero si hay alguna canción que valga la pena ésa es Say it now, un grito desesperado para poner fin a una película que no es original, pero tiene números musicales de los que uno no se puede despegar como se quita una calcomanía. En cualquier caso, si os gusta el rollito cantautor, el rollito melancólico, la MÚSICA como tal, no dejéis pasar la banda sonora de esta película. Vale la pena comprarla, como valen los dos discos de Rice (con sus cubiertas en cartón con dibujitos preciosos en los libretos) o, ya que seguimos con los dublineses, vale la pena la mitiquísima Sinéad O’Connor. Si alguien tiene algo que objetar, say it to me now.

viernes, 2 de octubre de 2009

Glee, la sorpresa...¡y encima cantan!



Tuve mi primer encuentro con el mundo del musical una noche de verano en un cine en el que olía a salitre y cañas frescas. Chicago me maravilló y arrasó en los Oscar, me gustó hasta René Zellweger, tan delgadita y graciosa. En cuanto tuve la ocasión, me compré el DVD. He de decir que la tan amadísima por todo el mundo Moulin Rouge me pareció tramposa, más que Chicago (que lo era un rato), y encima las canciones no eran originales (por mucho Tom Waits que apareciera en la banda sonora, no bastaba). La historia romántica, sí, pero de ahí no pasaba. Le faltaba efectismo y la fuerza explosiva de los musicales de toda la vida (esto lo supe después) y le sobraba esa trama folletinesca con final previsible.
________Muchas son las series que han empleado la música como elemento narrativo. Sin ir más lejos, Ally McBeal contaba con otro personaje, Vonda Shepard, como alma del Boston amable (nada que ver con el de El abogado). Otras series fueron más allá y se lanzaron a por todas con episodios musicales. Ahí tenemos a Los Simpson con su episodio parodia de Mary Poppins, el fallido experimento de Scrubs o el alabado “Once more, with feeling" de Buffy Cazavampiros. Eso es un musical, señores.
________ A pesar de que estos episodios suelen llevarse los premios importantes en las candidaturas de Emmy o Globo de Oro (principalmente en comedia), nadie había apostado tan firmemente por un musical televisivo, y os pido que olvidéis por favor el esperpento que supuso Paco y Veva (¿alguien la vio? ¿en serio?). Lo de conjugar institutos americanos y musical lo hizo arrasando en todo el mundo High School Musical, pero esos niños Disney tan buenazos limitan las posibilidades más allá del sueño de triunfar y amores que pretenden ser imposibles. El señor responsable de dos series tan jugosas como Popular, tan desconocida ella, y Nip/Tuck (transgresora, placer culpable, broma pesada o maravilla) ha decidido aportar mala leche a HSM. Lo de la mala leche nos lo mostró estupendamente en la ya citada Popular, y ahora que se enfrenta a la última temporada de las andanzas de los cirujanos plásticos ha decidido embarcarse en un proyecto difícil de vender en el que la cadena ha jugado como mejor baza para la temporada. Antes del verano se “filtró” el piloto y ya dio que hablar: a casi todos los que lo vimos nos gustó el descaro, el patetismo de sus personajes principales, las tramas que brotaban en ese primer episodio y tal y tal. Una negra gorda con gran voz (no puedo resistirme a esos personajes: la mama encarnada por Queen Latifah me pareció lo mejor de Chicago), un chaval en silla de ruedas que se adapta a las coreos como bien puede. Sumémosle jugadores de fútbol, animadoras, profesores irritantes en distintas facetas y la visita de una Kristin Chenoweth pasada de rosca… el invento funciona la mar de bien. Embarazos, celos, amores que pretenden ser imposibles, maniqueas estrategias para tirar abajo el coro (o Glee Club), que a su vez aspira a llegar a las estatales y, por qué no, ganar las nacionales.
________ El comienzo del episodio cuarto con ese remake del videoclip beyonceniano por excelencia no ha tenido precio, como los momentos Cabaret del quinto.

________ Lo difícil de esta serie es que mantenga la audiencia, que las historias de los personajes no se nos antojen inverosímiles por mucho que lo sean, y que la emoción no decaiga con cada número musical nuevo. Le auguro un buen futuro a la serie si la gente deja atrás los prejuicios contra los musicales o las comparaciones con High School Musical (en serio, nada que ver). Y es que si algo nos han enseñado por ahora es que no hay que dejar de creer, porque tal vez éste sea el momento oportuno para que un producto distinto arranque. La recomiendo muy mucho.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Un fin de semana distinto


Bajo en el ascensor para abrir el buzón. Tras un tiempo sin pasar por casa esperas cartas o postales. Bajo en pijama y chaqueta con la esperanza de que nadie me descubra de esta guisa. Hay dos postales, soy feliz.
Un fin de semana puede ser una locura. El viernes me levanté a las 6 y media para coger el bus a Jaén. En Jaén caminé desde las afueras hasta la estación de tren. Salí a las 10 y llegué a Córdoba a las 11 y media. Qué calor en Córdoba, hostia ya. Menos mal que sólo llevaba en la mochila unos calzoncillos, unos calcetines, un pijama y otra camiseta. Con el tiempo he aprendido eso de austeridad de medios. Reencuentro con los escritores. Qué locura, hasta nos cruzamos (por la cara) con María Rosal en medio de la calle. Muy simpática. La tarde comiendo, andando, hablando, helados, espera, ¿qué esperas? Esperábamos que en Córdoba se celebraba Eutopía 2009, y esa noche misma en el festival concierto con un gran cartel. The Right Ons+We Are Standard+Love of Lesbian+Vetusta Morla. Naturalmente, nosotros íbamos por estos últimos. No he estado en muchos conciertos porque nunca he vivido esa pasión por la música que emanan otros hogares, pero sé reconocer si un concierto es bueno. The Right Ons cumplieron, aunque apremiaban los kebabs y creo que no nos perdimos demasiado. Temíamos lo peor, y contra todo pronóstico Vetusta no fueron los últimos. Love of Lesbian calentaron muy bien el ambiente, había cierta química en el ambiente y sabían involucrar al público (cuánto gafapasta, cuánto modernillo), de modo que entre canción y canción hacían alusiones a los Vetusta Morla para irlos presentando. Y es que, para qué engañarnos, la mayoría de la gente que estábamos ahí por ver al grupo de Pucho. Nosotros aprovechamos la despedida de los Lesbian para abrirnos paso entre la multitud y nos colocamos al final en una cuarta, quinta fila (al menos yo). Cuando llegaron los héroes de la noche, la magia de la música española, ese soplo de aire fresco, las gentes y gentas se abalanzaron desde las gradas y bajaron en masa. Arrancaron con “Autocrítica”, nos enseñaron alguna de sus nuevas perlas, pero la apoteosis llegó con Valiente. “Oh, my, God” Qué locura de cuerpos gritando y botando, berreando las canciones, qué gran verdad: Ser valiente no es sólo cuestión de suerte…, hilaron con un Sharabbey Road donde Pucho se permitió desfasar con el público, que estuvimos coreando estribillos sin letra durante al menos 10 minutos a grito pelado. Se fueron, volvieron (todo buen artista tiene sus bises) y nos dejaron encantados con La cuadratura del círculo retumbando en nuestros oídos.

Ahora sé que me gustan los conciertos, llamar a los amigos en o-canciones especiales y compartir la magia de un directo que desbordaban por los cuatro costados. Qué máquinas, no nos permitieron un respiro. No he sudado más casi que en toda mi vida. En cuanto acabó la gente se dispersó. Total, ya hemos visto a los que queríamos ver y estamos empapados en sudor. We are Standard tocaron con los festivaleros de pro en esa demencia de guitarras, punk, electrónica y más y más locura, y yo sólo los vi un poquito al final.
Cuando volví al piso (las pastillas, no te has tomao las pastillas) a las 3 de la mañana o así, en ese momento, justo en ese momento, en mi pueblo, y os cuento, en mi pueblo alguien mataba a dos gatitos negros y los colocaba el uno frente al otro, con las patitas juntas, como si se debieran mirar a los ojos por siempre jamás. Dos bebés. Al día siguiente la madre, una gata delgadísima, buscaba junto al gatito restante a los hijos perdidos ajena a la crueldad de cualquier gilipollas que no se podía haber quedado en casa haciéndose una paja hasta que le salieran llagas en la mano. A hostias se tenían que resolver esas cosas. En mi pueblo resulta que matan gatitos negros mientras pasan cosas extrañísimas: mi pueblo es Bélmez de la Moraleda, el de las Caras. He encontrado unas cosas tan inquietantes que me han hecho pensar cómo es posible tal y tal.
Total, mientras ese desaprensivo colocaba a un gatito frente al otro en la calle vecina a la casa de las Caras, en ese instante yo, que en la noche del viernes no me sentía colmado de música, escuchaba Radio 3 (¡quiero que actualicen los podcasts ya!) en la cama antes de dormir.
El sábado nos levantamos para comer en un italiano, dar una vuelta por las proximidades de la Mezquita y volver (yo, que Granada esperaba con la boca abierta, no ya los brazos) a casa con la certeza de haber asistido a uno de los mejores directos que existen en toda España y parte del mundo, con la alegría de haber vuelto a ver a mis amigos. Los amigos siempre están ahí.


Lo único que eché en falta fue que cantaran Al respirar, aunque por un amigo de una amiga sé que no la cantaron por cuestión de tiempo, es la canción más larga. ¡Mírame, soy feliz!

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Meme: Canción del verano 2


Este Meme me lo pasa Rebeca desde su estupendísimo blog Como un fénix ¡Gracias por acordarte! Pues nada, aunque no he tenido mucha música en verano algo ha caído... y lo comparto con ustedes.

1. Elegir la que a vuestro juicio ha sido la canción del verano 2009.

Podría decir que, por puro vicio, cualquiera de Vetusta Morla (a los que veré en concierto en dos días!!!!), pero tengo un recuerdo muy claro de una noche hará hace unas semanas. Estaba en una pizzería en Granada y la pasaron en la tele, se me quedó el ritmillo, me la apunté y nada más llegar a casa la descargué. Se trata de una canción de Billie the Vision and the Dancers, que seguro habréis escuchado en muchos garitos este verano:



Aunque si me dieran a elegir una más "personal" este año, por un motivo u otro sería Superfreak ^^ Y me pido comodín con "Merezco" de Zahara; ya la conocía, la vi hace 2 años en concierto y ahora que ha dado el gran salto me alegro mucho, con las ganas que le ha puesto...

2. Destacar la canción que más haya representado o más os evoque de vuestro verano personal.

A lo mejor os puedo dar dos que no tienen nada que ver entre sí salvo que no son típica canción del verano en ningún sentido. Cuando era pequeño no escuchaba música (no ha sido un elemento presente en casa nunca), pero tendría no sé, 8 o 10 años... cómo pasa el tiempo! Total, estaba en una urbanización en Salobreña, ya por la tarde, de esas tardes en las que llegas cubierto de sal pero se está tan a gusto con el último sol que no tienes más remedio que quedarte. Mi prima tenía una amiga algo hippy, eso lo recuerdo claramente, y siempre llevaban un transistor consigo. Esa tarde sonaba "El talismán" de Rosana, mítico, y desde entonces siempre que la escucho me pasa eso de la magdalena de Proust y parece que me transporto a Salobreña, sobre las baldosas rosadas, entre mi prima y la hippy mientras suena "lo dice el talismán o el resto de tu piel...".
Más reciente es la que sigue. La recuerdo tan bien: hace 4 años, cuando yo llevaba discman (¡cágate lorito!) estaba en la escuela de escritores con amigos a los que acababa de conocer. Al alba cantamos Mecano y música popular, pero al volver a casa en mi discman yo escuchaba a Muse, y sobre todo una canción que para mí siempre ha sido significado de amistad veraniega, de grupo, porque como ellos cantan, together we're invincible:



3. Señalar la canción más odiosa de este verano 2009.

Ese remix de Verano Azul no tiene nombre, qué asco reggeatonizar una canción mítica y cursi para dar a ese engendro. En serio, asco me da...

4. Citar de quién recibís el MEME y elegir cinco blogs que, por lazos de amistad o buen gusto musical, os apetezca que lo realicen.

-Mj
-Sebas
-Scry
-Ninivé
-Rigoletto

jueves, 17 de septiembre de 2009

lamusique

No podría vivir sin

eveybody's gotta learn sometimes

Un libro

Un libro
Un saco de huesos, Stephen King