And do you brush your teeth before you kiss? Do you miss my smell? What about me? What about me? What about...?


Va dejando trozos de él por todas partes. Algún día desaparecerá conforme anda.
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miércoles, 2 de febrero de 2011

Escritores IV

Olvidé citar el otro día a otros escritores que me han influenciado aunque ellos no lo sepan. Son maestros o amigos que han entrado subrepticiamente en mi literatura y en mi visión del mundo sin darse cuenta. A los dos primeros los conocí en clase, antes siquiera de saber que eran escritores: Antonio Carvajal y Erika Martínez. Fueron mis profesores en varias asignaturas relacionadas con la literatura. Con Carvajal, un poeta inmenso de Granada tuve la ocasión de charlar en una tutoría suya de literatura. Ese señor, además de un poeta excepcional, es una fuente de sabiduría que empezó a escupir nombres y títulos y corrientes, y así sucedáneamente. Por su parte, Erika me dio clase de literatura hispanoamericana y me descubrió a muchísimas poetas de las que jamás había oído hablar, y a pesar de su juventud me dejó con el culo torcío al comprobar lo que sabía. Yo, callado, tomaba nota de nombres y títulos y corrientes, y a cambio le ofrecí una pequeña reflexión sobre Bolaño. Más tarde, cuando ya no me daban clase, pude leerlos. Erika Martínez había sido la flamante ganadora del Premio RNE de Poesía Joven, al que yo también concurría. Me alegré por ella, la verdad, porque su libro Color carne es una maravilla.
            En cuanto a los amigos, tengo que hablar de ellos. Escribí poesía por primera vez gracias a Aurora Luque, si bien algún poemilla había caído en su día. Empezamos con los haikus y otras pequeñas cosas, chupitos de poesía que nos hacían olvidar las metáforas, rima, métrica… llevado esto al extremo con la frescura de María Rosal unos años después. Pero tenía amigos que no escribían relatos, pero escribían mucha poesía. Antonio Cuartero, por ejemplo, al principio prácticamente sólo escribía poesía. Cristina Castro, Silvia Guerrero, Ana Castro y Cristian Alcaraz, por su parte, eran pura poesía. De leerlos y bebérmelos a tragos locos me hice un poco poeta. Mi poesía nació de ellos.
¿Qué sería de mi obra, si puedo hablar en estos términos, si todas estas personas no se hubieran cruzado en mi camino?
Ni Carvajal, ni Lorca, ni García Montero, Pizarnik, Bukowski, García Casado, David Leo, Jodra, Alberti, Machado…
Y ya, para acabar, una persona muy importante que también se cruzó en nuestro camino: Fran Tejero Sánchez. No habréis oído de él, no ha publicado nada aún, pero es uno de los escritores a los que más admiro tanto a nivel personal como profesional; y es que hace falta más gente que observe el mundo desde otro prisma, y él me abre los ojos cada vez que hablamos. Cuando publique, será un bombazo, estoy seguro. Mientras tanto, lo guardaré para mí y me congratularé por tenerlo.
            En resumidas cuentas, un escritor no es nada sin sus lecturas y colegas. Tratarán, no obstante, de colarte en cualquier Generación modernísima y encuadrarte en cualquier marco estilístico. Conmigo no lo han hecho porque no me han tomado muy en serio, creo, por eso de escribir sobre Peter Pan y otras cosas de niños, pero es que Cristian o Silvia o Fran y yo seremos todo lo amigos que queráis, pero nuestra literatura es bien distinta. Y eso, quién sabe, nos convierte en una comunidad. Quién sabe.
Hay que saber rodearse de los mejores.


lunes, 31 de enero de 2011

Escritores III

Desde que escribo soy exhibicionista. Tengo diarrea verbal y literaria: no puedo contener lo que produzco.
Hay estadísticas que dicen algo así como que el 20% de los lectores escriben (sí, me he inventado el dato, qué más da). La cuestión es que cuando leí la noticia, me impresionó. No es nada nuevo que el ochenta por ciento de los lectores de poesía sean poetas. Con la narrativa, por suerte, las cifras son más alentadoras. De la ¿gran? cantidad de lectores de novelas o cuentos, sólo una pequeña parte escribe además. En cualquier caso, sigue siendo una cifra muy alta, y uno no tiene más que preguntarse cómo la industria no ha sucumbido aún. Y es que de la gente que escribe, muy pocos enseñan su obra.
Yo es algo que no entiendo. También me dijo un amigo escritor (aficionado, pero un escritor excelente) que en un Congreso o unas Jornadas o algo de eso habían llegado a la conclusión de que un bloguero, por ejemplo, es un escritor. Igual no ha publicado un libro, pero publica su obra en otro medio, ergo es escritor. Lo que yo no entiendo es escribir para guardarlo en un cajón. Imaginen que Shakespeare, Cervantes, Bukowski o Mary Shelley hubieran sido de natural vergonzosos. O tímidos, íntimos, llámalo como quieras. Imaginadlo. La historia se habría perdido grandísimas obras maestras que han definido el curso de la literatura como la conocemos. Hay un escritor español muy, muy bueno que se llama José Carlos Somoza e hizo una reflexión al respecto que he citado en más de una ocasión:
Sin embargo, no creo que sea posible concebir exterminio más absoluto para un escritor que la destrucción de su obra. Me pregunto cuántas criaturas anónimas lograron cumplir el deseo de inmolación final que Kafka pidió a su amigo Max Brod (quemar todos sus manuscritos). Para bien del mundo, Brod desobedeció. Pero ¿cuántos escritores (porque escritor es el que escribe) tuvieron amigos más leales, o más idiotas, o menos intuitivos? ¿Existieron, acaso, Ilíadas que se disolvieron en la nada, Hamlets que el mundo no conocerá, Búsquedas del tiempo perdido irremisiblemente perdidas? Nada nos asegura que aquello que queda sea lo único que ha habido. Nada nos dice que aquello que no se suicida sea lo único que merecía vivir. Las papeleras (y las hogueras) tienen su propia, innumerable, terrible biblioteca de olvidos arrugados que nadie leyó ni leerá, y allí se quedan.
¿Tiene el derecho de llamarse escritor quien no ofrece su obra al público? ¿Sería El Quijote siendo una obra maestra si Cervantes la hubiese mandado guardar bajo llave en un cajón hasta que se la comieron los ratones? La respuesta es evidente: NO. No porque no siguiera siendo igual de genial, sino por el hecho de que no habría cambiado la vida de nadie, ni marcado ningún estándar a seguir, ni se estudiaría ni se leería. Y aún así, existió, que es lo más triste. ¿Cuántas maravillas de este calibre se habrá perdido el hombre a lo largo de los siglos? Nunca lo sabremos.
Por eso animo a quienes se llaman escritores a imprimir sus cuentos y pasarlos entre los compañeros de clase o curro, o que se abran un blog y ofrezcan su don al resto del mundo, a que prueben suerte en certámenes, a que envíen cosas a editoriales. En definitiva, a que crean en sus opciones.
Creer es querer es poder.


domingo, 30 de enero de 2011

Escritores II

Comenzó entonces la alimentación, fase crucial en la formación de todo escritor que se precie. Recuerdo las listas interminables de recomendaciones que nos daban año tras año los escritores que conocimos: desde Emilia Pardo Bazán a J.L.Borges, había que leerlo todo. Por supuesto, la relación con otros escritores era indispensable. Conocer a Clara Sánchez (Premio Nadal 2010), Juan Cobos Wilkins (un poeta excelente y sensibilísimo), Elena Medel, Espido Freire, Pablo García Casado, Fernando Iwasaki, María Rosal, Mario Cuenca Sandoval. Madurar y poder hablar con ellos de tú a tú (siempre con la cabeza un poco gacha, aún aterra mirar a los ojos a estos maravillosos ejemplos de escritores). Encontrarlos en prensa y televisión, en las bibliotecas y pensar: yo lo conozco, yo compartí mesa con él. Coincidir con ellos en actos literarios de diversa naturaleza, presentaciones de libros, mesas redondas, jornadas, charlas... mantener la relación gracias a las nuevas tecnologías y hacerles caso siempre. Gracias a ellos leí La metamorfosis de Kafka y El extranjero de Camus para sentar los cimientos. A estos les seguirían de todo, lo más granado de nuestra literarura (Cortázar, Borges, Bolaño, Bolaño, Bolaño, Aleixandre, Lorca, Cela, Ángel González), clásicos eternos (Capote, Harper Lee, Hemingway, Bukowski, Poe, Kerouac...). Y es que en el eclecticismo de estos escritores que conocíamos poco a poco reside el eclecticismo de nuestra propuesta o literatura. Nos lo hemos bebido todo, nos gustara o no, porque a veces hay que hacer cosas que no nos gustan, y obligarnos a entender qué hace tan especial La metamorfosis de Kafka cuando se trata de un relato tan simple en apariencia. Y, claro está, conocidos los clásicos no nos quedaba más que descubrir a los contemporáneos. Libros que nos han marcado porque son tan buenos que tenemos que pedir por favor que paren:

-La carretera, Cormac McCarthy.
-La ofensa y Derrumbe, Ricardo Menéndez Salmón.
-Las afueras, Pablo García Casado.
-El curioso incidente del perro a medianoche, Mark Haddon.
-Las moras agraces, Carmen Jodra.
-La lluvia amarilla, Julio Llamazares.
-Una palabra tuya, Elvira Lindo.
-La flaqueza del bolchevique, Lorenzo Silva.
-2666, Roberto Bolaño.
-El viajero del siglo, Andrés Neuman.

Esos son sólo algunos. Luego te das cuenta, como comentaba, de lo pequeño que es el mundo de la literatura. Por ejemplo, cuando conocí a Fernando Iwasaki, un cuentista maravilloso, me tocó mucho el hecho de que él hubiera conocido a Roberto Bolaño, tan de moda ahora, y un clásico instantáneo en cuanto lo leí para mí. Pensé: qué bien, estoy hablando con un hombre que conoció a uno de mis ídolos. Hablaron juntos de literatura, seguro. De buena literatura. Ellos instauraron la buena literatura juntos. Pero todo es más pequeño. Una de las voces literarias que suenan con más fuerza últimamente es la de Andrés Neuman, otro narrador excepcional; pues bien, un día cogí en la librería uno de sus libros, y había en él unas palabras de Bolaño ensalzándolo como una de las promesas de la literatura en español, y me maravilló eso, y por eso compré el libro. Pero qué gracioso, pues Andrés Neuman era profesor en mi Universidad, la Universidad de Granada, aunque yo no lo sabía; lo veía demasiado joven, quizá. Y bien, un día vino Fernando Iwasaki a presentar su último libro a Granada, y en la presentación estaba ahí Andrés, y fue así como lo conocí. Y cinco o seis meses más tarde estaba compartiendo mesa redonda sobre literatura con él. Casi nada. Yo no había publicado nada aún ese frío diciembre de 2009, pero recuerdo que Fernando me presentó como un escritor que pronto sacaría un libro al mercado. Y así fue. Cuatro, cinco meses más tarde, coincidiendo con la mesa redonda, ahí estaba mi libro.
Tampoco quiero que nadie se engañe. Conocer gente en este mundo es importantísimo, por supuesto, pero también es esencial tener talento. Sin talento, tal vez publiques algo, pero no trascenderás. Ahora mismo la esperanza de cualquier escritor novel o desconocido son los numerosos certámenes literarios que se convocan anualmente en España.
Afortunadamente, aposté y gané.


sábado, 29 de enero de 2011

Escritores I

He conocido en mi vida muchísimos escritores. Escritores importantes, aficionados a la escritura, escritores noveles, consagrados, cómicos, dramáticos, poetas, narradores.
A raíz de la publicación del libro, además, comencé a entrar en el círculo literario y a ver cómo todos se conocen, todos se leen, todos se critican y publicitan... Yo comencé en esto de la escritura en casa, en mi pueblo, en tardes eternas de aburrimiento en las que leía demasiado, sin criterio, sin parar, sin analizar. Más adelante descubrí el "maravilloso" mundo de los best-sellers: tenía 12, 14, 16 años, no me lo tengan demasiado en cuenta. En cualquier caso, fue también en ese periodo cuando empecé a escribir 'en serio', como lo llamo yo. Comencé por lo fácil: relatos y cuentos. Tenía una idea, generalmente el inicio y el desenlace de una historia; por lo demás, sólo tenía que ir atando cabos para crear el nudo o desarrollo. Era rápido y fácil. No obstante, un día comencé un relato para clase de Lengua sin final definido, así que tuve que continuar por la presión de amigos (mis primeros críticos, y los más benevolentes). Desgraciada o afortunadamente, ese cuento de misterio en el Bagdad de la Edad Media dio lugar a una mitología propia con conspiraciones, personajes reales que conocían a otros ficticios, tramas locas, situaciones inverosímiles y un trabajo de investigación cuanto menos, sonrojante. Pero la escribí, ocupó varios años de mi vida y le di un cierre definitivo. Fue mi primer paso importante en el mundo de la literatura. Para que os hagáis una idea, el protagonista se llamaba Brian Edward Hyde.
Luego, con el cambio de ciudad, de ocupación y la llegada de Internet desarrollé mi faceta de cuentacuentos o relator gracias a una iniciativa que permitía a quien quisiera escribir cientos de cuentos en su blog, El Cuentacuentos. Fue también este lugar mi primer contacto con escritores serios o que llevaban esto de escribir más allá del mero hobby. Aprendí a escribir en esta comunidad, a tener cierta disciplina, a probar distintos puntos de vista, recursos narrativos muy diferentes entre sí, personajes opuestos... Una escuela excelente. Escribí semana tras semana una novela corta titulada Si llueve.... Entonces llegó la revolución. Debido a mi flirteo con diversos certámenes literarios, me ofrecieron la oportunidad de asistir a una escuela de escritores noveles en verano. La escuela duraba una semana y teníamos profesoras escritoras de verdad: Marina Mayoral y Aurora Luque; una para narrativa, otra para poesía. Y éramos treinta noveles de entre catorce y diecinueve años, nos bebíamos la literatura, el cine, la música y la vida.
Éramos inocentes y creíamos en los libros.

lunes, 3 de enero de 2011

Despropósitos


Si recordáis bien, el año pasado, nada más comenzar el año, me propuse varios objetivos a cumplir. Naturalmente (y esto era bastante evidente desde ese momento) no he cumplido todos. No obstante, sí los más importantes:
-Acabar la carrera.
-Publicar un libro.
-Pasar una semana entre Swansea y Londres: exactamente no fue así, pero estuve tres semanas en Bristol, durante las cuales visité Swansea y Londres.
-Raparme: lo hice. Mucho.
-Ir a Sevilla de sorpresa: sorpresa para mi familia, que no sabía nada. Varias escapadas.
-Subir una vez al mes al Mirador de San Nicolás: incluso a las dos de la mañana.
-Viajar, viajar, viajar: se trata 2010 del año en que más he viajado.
-Proyectar mi futuro como escritor: también ha sido el año en que más he desarrollado esta faceta.
-Hacer diez buenos amigos: no sé, mi familia de Bristol, Janelle, erasmusitos a porrillo... además de toda la gente interesantísima que he conocido, en su mayoría escritores.
Vale que no he hecho nada de ejercicio, ni he encontrado trabajo, ni he dicho la verdad a la gente que quiero siempre (aunque he dicho que los quiero con bastante frecuencia), ni he leído veinte libros propiamente dichos (muchos trozos de, muchos empezados y abandonados, aunque... puede que éste sí), ni he ahorrado... pero creo que he sabido mantenerme fiel a mis principios, que los tengo, y he crecido como persona y ahora tengo más motivos para sonreír.
        Así pues, este año vuelvo a proponerme nuevos propósitos (o algunos repetidos) para saber si soy capaz de seguir creciendo a este ritmo. Veamos:

...publicar algún libro de poesía
...escribir Queridos niños
...ir a un festival de música
...irme a vivir un tiempo al extranjero
...cambiar este blog, finiquitarlo y parir una web en condiciones
...ir a Barcelona
...hacerme un tatuaje
...leer otros viente libros (ya estoy con El viejo y el mar)
...rodar un corto
...subir a San Nicolás una vez al mes mientras siga en Granada
...graffitear ciudades; arte urbano; Banksy
...aprender una nueva receta estrella (como mi pollo en escabeche o mis pechugas al Roquefort)
...enamorarme (esta vez, sí)

miércoles, 15 de diciembre de 2010

En terapia


¿Saben? Necesito escribir. Insisto en necesito. Sin escribir, me ahogo, me hundo, me cuesta respirar… cuando escribo, me olvido del resto.
            Quien me conoce sabe de mi tendencia a convertirme en una montaña rusa emocional, y es bastante evidente en este blog, después de todo mi contenedor de ascos. Todo lo que no me cabe o me quema en la cabeza, lo vomito aquí. Y me siento como nuevo. A veces cuento cosas buenas; otras, malas. Hay veces que incluso terribles. Pero hoy no. Hoy vengo a reivindicar la escritura. Hace dos días tuve una jornada emocionalmente agotadora por la marea de emociones que se sucedieron de repronto. Venía de un fin de semana en el que había estado inexplicablemente enfermo, y me levanté para estudiar. Ayer tuve examen; mañana tengo otro. Total, estaba yo estudiando cuando levanto la vista y veo en la tele a Morente, Enrique. Miro y leo muerte cerebral y se me encoge el pecho. No. No puede ser. Enrique es joven, Enrique es fuerte, Enrique es el legado del genio granaíno. Efectivamente, se nos fue. Iba a comer sin ganas cuando recibí una llamada que me cambiaría el día: un editor de Madrid está interesado en publicar mi primer poemario. Uf. Poesía al fin. Porque con la poesía tengo miedo, aún no me siento poeta, aún no he dejado los restos en un libro de poesía. En narrativa lo he hecho en varias ocasiones, sí, pero no en poesía. Por eso fue un subidón que me tuvo todo el día hasta arriba. Luego me di cuenta de que seguía algo enfermo, no estaba curado del fin de semana, pero quise olvidarlo con el notición. Me fui a clase, y entonces me topé con un nido de cucarachas que creía extinto (lo siento, no se me ocurre un símil más apropiado) y que me provocó náuseas. No por la impresión, qué va, ni mucho menos. Náuseas de asco. Estuve en clase con ganas de vomitar, pensando en el examen del día siguiente, en las cucarachas (hay al menos dos, tal vez tres) y en lo mal que me sentía (te tenías que haber quedado en casa, Jose, aún no te has curado. Ya, pero no puedes faltar a clase o te suspenden la asignatura. Pero estás malo, joder. Venga, no pasa nada, mañana estarás mejor). Luego pensé, me acordé de lo del libro y me llevé la mano al bolsillo y noté el tacto del papel del bueno. Miré la entrada, pensé en el poemario de nuevo (irónicamente, se titula Cuánta pupa) y salí de clase antes de tiempo. Me fui al concierto de Micah P. Hinson y durante una hora y pico se me olvidó el mundo. Así de maravillosa es Granada, el mismo día en que muere Morente puedes ver a Hinson en cocierto. La cuestión es que se me olvidó todo lo malo y, al llegar a casa, sin Internet ni nada, me puse a estudiar y organizar los apuntes y a terminar de releer el último de Harry Potter en inglés. Luego pensé en el poemario, en la posibilidad real de una publicación y me dormí como un bebé.
            Ayer el día fue de nuevo agridulce. Caminando por Granada tenía ganas de llorar por Morente. Lo escuchaba homenajeando a Lorca. No sabéis qué sensación escuchar a Morente por Lorca en las callejuelas del centro de Granada. No lo sabéis. La aurora de Nueva York de su disco Omega. Por eso me duele tanto lo de Enrique, supongo. Por Lorca, que es como si con él volviera a morir un poquito. Yo es que nunca he escuchado flamenco (ni música en general), y a Morente llegué a través de Lorca. Me volvieron a arrastrar hacia él Los Planetas. Granada puede ser y es maravillosa. Luego hice el examen, digo, ni bien ni mal, uno más. Fuera. Ya sólo me quedaba el de mañana. Con eso me fui a casa (eran las 3 de la tarde cuando salí del examen; ya, menuda hora de poner un examen…), pero antes me pasé por Traducción [duele no llamarla mi facultad] para revisar el correo y comprar pan de camino. Miré el correo y encontré algo bueno de nuevo, un anónimo firmado. En realidad, encontré varias cosas buenas: qué tontada, una cosa tan estúpida como el correo electrónico, una sucesión de ceros y unos, te puede alegrar el día. La semana que viene o estas vacaciones os hablaré tranquilamente de los bonitos anónimos. Son algo maravilloso, desde luego. Ya me explicaré: para que tengáis una pista, os diré que me persiguen desde hace algo así como tres años, sí. Algo así, tres años, quizás cuatro.
            Dejé el correo con la pequeña alegría, pero entre que no salí del examen con una sensación maravillosa, me acordé de las cucarachas otra vez y pensé en el examen de mañana, pues me sentí de nuevo por los suelos. Y Morente por todas partes, y “La aurora de Nueva York tiene/cuatro columnas de cieno…”, y un poco de todo. Tenía trabajos que hacer y bastante que estudiar, pero me puse a escribir. Porque era escribir o morir. Y bueno, lo cierto es que estoy contento. Puede decirse que ayer, un día después de la muerte, de la despedida de Enrique, concluí mi segundo poemario. No voy a contar por quincuagésima vez cómo también escribí casi toda La traición de Wendy en una situación de desesperanza y desesperación total, pero os recordaré que necesito escribir. Que cuando las cosas se me ponen feas, yo acabo otro libro y lo celebro por lo grande. Mañana, además, después del examen y la clase tengo un concierto más, en este caso un casi acústico de Zahara, que podré disfrutar como hace prácticamente un año cuando vino por aquí. A ver si mañana consigo la foto con ella (o algo así), que al fin soy libre desde hace mucho tiempo. (Ja, libertad, dice. Ya, todo el trabajo que me echo a las espaldas lo hago desinteresadamente). Pues nada, tendrán que seguir viniendo malas rachas, y cucarachas, y muertes y suspensos para que mi vida prospere. O no. Sólo sé que me lo estoy currando como una bestia, y El abrazo del koala ya está de camino a algún certamen de poesía.
Deseadme suerte.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Taberna espectral

Muy pronto a la venta: Taberna espectral. Quince historias de fantasmas de NOCTE en 23 Escalones


Es maravilloso cómo todo avanza este año. Ahora mismo, por ejemplo, mientras contesto a una entrevista para la revista Leer, ultimo algún relato o fragmento o texto para que me publiquen en condiciones en libros de verdad. Hoy, sin ir más lejos, me han publicado dos poemas míos (traducidos también al inglés por mí) en la revista estadounidense The Scrambler. Para leerlos, clicad en los nombres:


Y la primera publicación en formato físico, ya mismito, en unos días, Taberna espectral.
Muy pronto a la venta: Taberna espectral. Quince historias de fantasmas
    Muy pronto saldrá a la venta, tanto en formato electrónico como en papel,Taberna espectral, la antología de relatos de fantasmas que hemos preparado para estas Navidades gracias a la colaboración de los escritores de NOCTE y a Juan de Dios Garduño Cuenca, novelista cordobés autor de Y pese a todo (Dolmen Editorial).
   Juntos nos hemos atrevido a compilar quince historias verdaderamente sobrecogedoras creadas por quince de los mejores narradores españoles del género de terror. No puedes perdértela.

No sé si soy unos de los mejores narradores, pero tengo la suerte de ser uno de los quince autores incluidos con mi relato "El después"... historias de fantasmas supongo que de todo tipo: fantasmas con sábanas, con cadenas, con ouijas, sin todo esto, fantasmas que poseen, que asustan, que reprochan... Muertos que andan entre nosotros. Pronto en las librerías. ¡Menuda locura para despedir el año entre escalofríos!

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Se busca mecenas



Se ofrece escritor responsable. Experiencia demostrable. Soy versátil: narrativa, poesía y ensayo. Puedo doler y puedo hacer reír. La juventud en mis ojos, la experiencia en mi piel. Las ganas de comerme el mundo. Vamos, humanista, si te llamas así a estas alturas te habré convencido. También hago fotos: a los gatos, a desconocidos, a las chicas bellas, a los chicos serios. Tengo cualidades extraordinarias: me pongo la pierna detrás de la cabeza, puedo guardar aceitunas y chucherías en la garganta, hablo como el pato Donald, puedo reírme sólo con media cara y cambio de aspecto con facilidad. También cambio de canción preferida. Canto bien, creo. Lo suficientemente bien. Toco (un poco, muy poco) la trompeta y me enamoro constantemente de gente, de películas, de libros… Avala mi vida. La obra será inmensurable. Novelas, poemarios, cuentos, fotografías, artículos, canciones, guiones… A cambio de qué. De nada.

domingo, 24 de octubre de 2010

La Víspera de todos los Santos

Mi casa fue la que más niños atrajo la noche de Halloween. Se extendió el rumor, como una leyenda urbana, de que en mi casa repartían chocolate y golosinas a puñados. Y de que era absolutamente aterrador. Niños en busca de aventura y azúcar se acercaron en hilera a la calabaza de la entrada. Poco sabían que esa calabaza era hija de la Noche de Brujas, del cementerio del pueblo (de allí la robé) y de mi sangre, y así fue la calabaza devorando las cabezas de los niños y dejando caer sus cuerpecitos bajo el suelo del porche. Poco sabía yo que la Noche de Brujas es también la Noche de los Muertos Vivientes, y ahora los niñitos reclaman mi cabeza.


sábado, 23 de octubre de 2010

El gato escarlata



Yo tenía un gatito blanco, precioso, con pelo abundante y suave como el cachemir. La noche en que maté a papá me observó con gesto impasible desde un rincón, y vino luego a lamer la sangre del hacha. Me tuvo seis días y siete noches despierto con sus chillidos y su continuo frufrú en la puerta del cuarto de papá. Al fin decidí matarlo con un hachazo en el cuello y le saqué la piel para guardar el pelo suave y venderlo. Compré con el dinero que saqué un aparato de música para entretenerme las noches.
            —Roberto —habló la voz de mi padre a través del aparato, y eché a temblar. —Aquí hace frío. No hay nada, no hay más allá. No hay Cielo, Roberto, sácame de aquí.
            Y el gato me miraba al otro lado de la ventana, despellejado, cubierto en sangre, y se lamía la patita. Abrí los tablones de madera para sacar el cuerpo, y ahí estaba el gato, vivo, me miró y comprobé que le crecía pelo rojo como sus músculos. Hace días que aparecen regalos frente a mi cuarto, como los gorriones, varias ratas y ese bebé, ese bebito hinchado. Que alguien adopte al gatito escarlata…

lunes, 27 de septiembre de 2010

Queridos niños (el principio de todo)



Hace nada me acabé Los renglones torcidos de Dios. Maravillosa. Torcuato Luca de Tena nos ofrece una protagonista insoportable por la que nos hace sentir empatía a pesar de todo. Todo tiene lugar en un psiquiátrico. Como en Alguien voló sobre el nido del cuco, pero más real. Con todo tipo de enfermedades. Se nota que el autor se informó bien, pasó tiempo encerrado entre paredes acolchonadas con esos renglones torcidos de Dios, con gente que perdió la cabeza, que nunca la tuvo en su sitio, que la tiene demasiado bien situada... gente excepcional, en cualquier caso.  Me costó decidirme a leerlo, pero un amigo me lo recomendó mucho y me lo regaló. De las
pocas veces que me regalan un libro (no entiendo por qué esto no se da más a menudo). Después de esa lectura tan intensiva (recordemos que lo último que había leído fueron la brillantes novelas de Ricardo Menéndez Salmón: Derrumbe y El corrector, a cada cual mejor) me han entrado ganas de escribir. Ahora estoy leyendo una de las novelas por las que uno se puede sentir orgulloso de leer a Stephen King: El resplandor. Espléndida. La destrucción gradual de una familia narrada a través de los fantasmas de un hotel maldito. Eso es lo bueno que tiene el terror: se le pueden dar mil lecturas, y si se buscan los recursos adecuados se pueden hacer unos análisis más que interesantes. Voy por la mitad del libro, con los primeros acercamientos de Danny, el niño que esplende, a la habitación 217 ("No entres en la habitación 217 por nada en el mundo. Ahí vi cosas terribles"), y con la creciente desesperación de un padre alcohólico... Y eso que aún no están aislados.
              Todo esto lo cuento porque me han dado ganas de escribir. Muchas. Una historia con muchos personajes, cien historias entrelazadas, niños especiales... La novela se titulará Queridos niños, y habla del Apocalipsis y de los supervivientes, de cómo afrontan el fin del mundo... De un nuevo orden mundial. Es una novela de género al cien por cien. Todo nace de un hecho inexplicado e inexplicable. El mal está en todas partes. El miedo. La muerte. El amor. Héroes y villanos. Un hotel maldito. Princesas. Pedófilos. Asesinos. Suicidas...
             Para entrar en el juego, os dejo el primer párrafo de la novela, que dice así:

Todos los niños tienen miedo.
            Bueno, en realidad todas las personas tienen miedo, no sólo los niños. Miedo a envejecer, a la enfermedad, a los espíritus, al mar, a los peluches, a las FARC, a las orugas, a los payasos, a los políticos —disculpen la unión de ideas—, a los curas, a la sangre, a los muertos, a los cementerios, a los adivinos, a una plancha caliente, al fuego, a los perros, a la discriminación, a los aviones, a los bolígrafos. Miedo, en definitiva, a la vida.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Cómo conquistar el mundo

Ayer descubrí, amigos míos, que aparezco en la Wikipedia. ¿A quién voy a engañar a estas alturas y decir que no he fantaseado con aparecer en la fuente madre de conocimientos? Y más aún... por mis logros como escritor. Ya sé que no es para tanto, que no tengo ni un artículo propio, que sólo me citan en la página sobre Peter Pan como el autor de una secuela. Pero chicos, mola mucho y te hace sentirte un poquito más importante. De acuerdo que eso lo ha podido escribir cualquiera, incluso lo podía haber hecho yo hace tiempo, pero alguien de quien no sé se me ha adelantado, quién sabe si una persona que ha leído mi novela, si un amigo, si... quién sabe quién.
           El artículo en cuestión, por si alguien quiere acercarse y olisquear, es éste, justo al final.

Imagen de Ana Belén Vázquez
           Y entre mis planes para conquistar el mundo hay mil pasos más que seguir, lentos pero firmes, ¿o no dicen que el trabajo dignifica? Pues yo voy a ser dignísimo. En primer lugar, sigo trabajando con unos amigos escritores en ese proyecto maravilloso que es nuestra revista cultural, La cuerva. Por si a alguien le entran ganas de echarle un vistazo (hablamos de cine, música, narrativa, poesía, teatro...), el primer número está colgado provisionalmente en esta web, mientras acabamos de vestir nuestra página web. Recuerdo igualmente que estamos abiertos a colaboraciones en todos los ámbitos. Para más información: revista.lacuerva@hotmail.com
Una fiesta erasmus de tantas
          En otro orden de cosas, y en mi intento de conquistar el mundo, me he metido de lleno con un sector altamente influenciable como es el mundo Erasmus: quien lo ha vivido, lo sabe. Ese espíritu comunal, de pertenencia, de recuerdos, de melancolía, de no quiero que se acabe aún... ese espíritu me ha llevado a crear un proyecto en el que llevaba pensando largo y tendido, un blog específico para estudiantes Erasmus/internacionales. En él daré consejos de adaptación a una cultura nueva, de sociabilidad, de comida (imprescindible esto para que no lleven más delgados a casa y mamá diga "una y no más"), en definitiva un lugar donde compartir experiencias y poder sacar el máximo partido del mejor tiempo de nuestras vidas. El blog en sí se llama INSTRUCCIONES PARA UN ERASMUS CUALQUIERA, y está más que agradecida la difusión.

martes, 24 de agosto de 2010

jueves, 1 de julio de 2010

De monos y hombres y obras maestras


Soy lo que escribo.

________Dejo mi alma, mis tripas en las palabras.

________Me secuestran a menudo y me dejo llevar por ellas. Y soy muy caprichoso. Pero esto es más simple o más complejo de lo que parece. Más simple, porque yo quería titular un libro El último mono; más complejo, porque se me ha ido de las manos y se ha convertido en un proyecto vital fascinante, egocéntrico e ingente en todos los sentidos. Voy a jugar a ser Borges, a ser Bolaño, a ser Joyce. Esto va a ser difícil, Jose. Muy difícil. Porque el juego consiste en una mentira y en una aspiración. El último mono debía tratarse de un recopilatorio de relatos. Luego leí un libro, Crónicas de motel, donde el autor mezclaba ficción narrada con poesía y textos de cualquier otra naturaleza. Ese libro inspiró una película de carácter generacional, París, Texas. Y cambió mi forma de plantear el libro. También Borges y Bolaño mezclaban ficción y realidad, aunque ellos lo hacían con la maestría del genio. No es mi intención compararme con ellos. Me faltan muchos palos aún.

________ Mi intención es realizar un proyecto a larguísimo plazo. Pretendo escribir un libro que sirva como legado vital y literario. Un libro por década. Una edición exclusiva ideada e ilustrada por mí. Editada por mí. Curiosamente, El último mono ha de ser el primero de una serie de primates. Aquí quedarán plasmadas mis fotografías, mis circunstancias hasta los 22, mi poesía, mis referentes, en definitiva, mi vida. Dentro de diez años prometo parir la segunda parte de la colección, que como mucho llegará a los siete u ocho volúmenes. Ésta es mi magnum opus.

Al menos sé que tengo claras mis prioridades, por mucho que la vida empiece ahora.


pd: la fototgrafía servirá de contraportada

lunes, 21 de junio de 2010

Labios saliendo

Llegué a este pueblo perdido de Galicia como se llega a los lugares maravillosos, en autobús y por casualidad. No sabía los secretos que deparaba el lugar, las personas y demás entes que lo pueblan. Aquí meigas, lo que se dice meigas, haberlas, no las hay, ni hadas ni otras criaturas de honrosa mitología. Vampiros, sin embargo, haberlos haylos. Es lo que hablé con Maryana unos días después de llegar, cuando celebrábamos una moraga en la playa.

________ —Qué oscuro todo, ¿no?

________ —Es de noche.

________ —Ya, pero no hay luna.

________ —Está nublado, siempre lo está en el pueblo.

________ —Oye, ¿y eso que dicen de los vampiros es verdad?

________ —¿Tú qué crees? ¿Te dan miedo esas historias?

________ —Bueno… son mitos, no hay de qué preocuparse.

________ —Mira eso, al fondo. No, mira donde señala mi mano. Descuida, aún está lejos…

________ —¿Qué es? No veo nada.

________ —¿No ves nada brillando en la oscuridad? Justo donde rompen las olas, a la altura de una cabeza hay una boca. Vamos, tienes que verla…

________ —¡Ahora! Veo un borrón azul.

________ —Te cuento. La mayoría de la gente se equivoca. Esperan ver unos ojos rojos brillantes o unos colmillos que aparecen de la nada, pero lo único que delata a un vampiro son sus labios, azules y brillantes. Y sonrientes, como esos.

________ —¿Cómo lo has descubierto?

________ —Verás, un día llegué a casa y no había nadie, o eso creía. Entonces vi a mamá sonriendo en su sillón. Papá entró por la puerta. También sonreía… fue espeluznante por un momento.

________ Entonces sonrió ella.

sábado, 29 de mayo de 2010

Proyectos literarios I


La encuesta pide a gritos que hable de mi futuro como escritor, si es que lo tengo, y para hacerlo empezaré por algo que casi no me pertenece: poesía. Ya sabéis que tengo un poemario, Cuánta pupa, muy convencional (tres partes, historia de amor que se va a la mierda, rima libre...), pero igual no sabíais que me han incluido en una antología de poesía joven: Para qué + poetas. Herederos y precursores. Han seleccionado a cuatro poetas de cada provincia andaluza (a mí me toca Jaén, por mucho que viva en Granada) y han publicado un poema y nuestra poética. ¿Qué mérito tiene el libro? Se trata del primer número de una colección, han logrado aunar a treinta y dos poetas que no tienen nada que ver en una misma obra, lo cual demuestra el buen estado de salud de la poesía andaluza. Me preguntaron qué me considero, si heredero o precursor, aunque lo cierto es que no me creo digno de pacer en ninguna de las dos orillas: ¿heredero yo de Lorca, o Bukowski, o Luis García Montero? ¿Puedo ser acaso heredero de mis coetáneos: Pablo García Casado, Cristian Alcaraz, Jesús R. Peinado...? Para eso ante todo tendría que ser un buen poeta. Naturalmente, todos bebemos de nuestros referentes, que en muchos casos no sólo es la poesía: cine, televisión, música, no sé, incluso el WoW... Ya precursor... ¿precursor de qué? Si yo no he inventado nada: dadme tiempo y confianza. Sólo soy precursor en ser poeta en mi casa, donde apenas se lee y nunca se escribe. ¿Eso es ser precursor? En definitiva, que compartir antología con nombres que conozco en persona (Elena Medel, Erika Martínez, David Leo García...) es todo un orgullo para alguien que aún no ha publicado propiamente nada de poesía. En cualquier caso, ya tengo en mente otro proyecto de poesía: El abrazo del koala (gracias, Sebas), donde contaré el viaje íntimo de un hombre que tiene que afrontar el fin del mundo, su soledad, su esperanza, su fin...

Y bueno... después de un día tan repleto de poesía, prometo seguir contando planes de futuro más concretos y proyectos que tengo a medias. Pero esto no me lo puedo callar: me dijeron off the record que el libro más vendido de la Feria del Libro de Jaén ha sido La traición de Wendy. ¿Puedo ser más feliz? Para celebrarlo, os dejo el único poema que he escrito pensando en mis raíces: que si Jaén, que si Bélmez... y esto es lo que me salió:

de memoria
He viajado lejos: a otros pueblos,
otras ciudades, otros países,
________________ a otros continentes.
Pero siempre he guardado conmigo
un frasco dorado que, según la ocasión,
llamo alma o llamo óleo natural.
Y a cada gota que unto en el pulgar
y chupo como Justin Cobb,
a cada gota que resbala por tu cuerpo
en nuestros juegos de cama,
a cada gota
coge los fardos, vacía el remolque
y a cada gota
enhebra la remalladora, esquila cien pantalones
y cada gota el olor a campo, a lumbre,
a una madre, mi madre y a todas las madres
del mundo.
A cada gota, a fin de cuentas,
Proust, que me da la razón.

viernes, 7 de mayo de 2010

El futuro


Que llevo tres años hablando de proyectos que cambiarán mi vida.
Que, que luego no prosperan.
Pero si algo soy es cabezón, y como tal me niego a dejarlo ahí, y en este momento de incertidumbre más que nunca me propongo colorear mi futuro a dos manos, escrutar posibles planes. Dejar atrás el equipaje que me pesa y hacer por primera vez borrón y cuenta nueva. Vamos, que si el año que viene estoy en Australia o en Córdoba o Estados Unidos será como volver a nacer (ya sabéis, olvidar ESTA vida; buscar nuevos amigos, nuevas metas, escribir escribir escribir).
¿Es difícil replantearnos nuestras vidas? ¿Qué planes tenéis para el "año" que viene? Cuando acabe el verano, espero estar disfrutando de mi auxiliar de conversación en Oceanía o, si no, pasarme todo el año escribiendo. Sólo escribiendo. Con beca o sin ella. Cuéntame tus planes. A veces no nos queda más que arriesgar, ¿cierto? Y yo estoy muy por la labor, porque quien no apuesta, no gana. Otro día os hablo de fronteras y, si a alguien le interesa, de mis proyectos literarios futuros.

viernes, 23 de abril de 2010

Hablemos de libros...

Siguiendo que acaba de pasar el Día Internacional del Libro, preguntas que cualquiera puede responder:


1. ¿Cuál es el último libro que has comprado?

2. ¿Y el último que has leído?

3. ¿Qué estás leyendo ahora mismo?

4. ¿Sigues alguna revista religiosamente?

5. ¿Has escrito algún libro?

Compré hace poco Las afueras de Pablo García Casado, aunque planeo comprar Derrumbe de Ricardo Menéndez Salmón. El último libro que me he leído es Turismo de Interior de Cristian Alcaraz, estupendo poemario, y en narrativa Desayuno en Tiffany's. Me estoy leyendo ahora mismo El viajero del siglo de Andrés Neuman, que ha sido además Premio de la Crítica. Religiosamente sigo varias revistas mensuales: Esquire, Rolling Stones y Fotogramas, aunque tengo mis escarceos con otras publicaciones. Y sí, ya sabéis que he escrito varios libros y acabo de publicar uno.



¿Y tú?

martes, 20 de abril de 2010

Las cosas que hemos vivido en dos días


He presentado por primera vez mi primera novela. Entre amigos, creo que todo salió de un modo inmejorable.
He participado en una mesa redonda junto a escritores de la talla de Andrés Neuman, Mario Cuenca Sandoval, María Rosal, Pablo García Casado, Cristian Alcaraz y Elena Medel.
Le dicen a Andrés Neuman que ha ganado el Premio Nacional de la Crítica cinco minutos antes de la mesa redonda.
Me mantengo en mis trece.
Esquivo miradas como nadie, me hago el loco.
Beso. Me besan.
Me acuerdo, echo de menos.
Miento. Fumo. Bebo. Me olvido las pastillas.
Ruth me trae los pantalones llenos de poemas tras 9 meses de espera. Inmejorables.
Estreno las Converses amarillas.

¡Nos ponen paella! Me como un filete de aguja sin rechistar.
Le hacemos a Noe un Facebook y un Spotify: ya es persona.
Creamos listas para compartir música.
Asistimos al concierto de Ruzzz: Muse, Radiohead, Glen Hansard, Damien Rice, Amy Winehouse, Ray LaMontagne...
Conozco a editores importantes.
Me dicen que puedo aspirar a más premios.
Me preguntan si estoy escribiendo más cosas. Siempre.
Presentamos una revista cultural ideada por nosotros, redactada por nosotros, ilustrada por nosotros y maquetada por Marta. La cuerva es una realidad.
Me presentan a Jesús Vigorra. Se va a leer mi libro
:)
Tengo agujetas sábado y domingo. Tengo sueño.
Tengo de todo y me muero de sueño. En serio.

domingo, 18 de abril de 2010

lamusique

No podría vivir sin

eveybody's gotta learn sometimes

Un libro

Un libro
Un saco de huesos, Stephen King