And do you brush your teeth before you kiss? Do you miss my smell? What about me? What about me? What about...?


Va dejando trozos de él por todas partes. Algún día desaparecerá conforme anda.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Capote

No, a mí tampoco me gusta que a los toros les pongan la minifalda, ni las banderillas, ni que les claven el frío metal en el espinazo, ni... Pero como no me gustan los toros no voy a hablar de ellos.


Voy a hablar del escritor Truman Capote y lo lejos que fue capaz de llegar para escribir una obra maestra. Para el que no sepa de qué va A sangre fría, os cuento brevemente. Dos hombres llegaron a un pueblo, irrumpieron en una casa, mataron a los cuatros miembros de la familia, les robaron lo poco que tenían y huyeron. Todo así, de sopetón, sin móvil ni motivo preciso. Una elección dejada al azar. Como si un tipo entra en tu edificio y quiere matar a alguien, y en lugar de forzar la puerta del vecino fuerza la tuya y te mata a ti y a tu familia. Entrará en tu cuarto o donde sea que estás frente al ordenador, sacará una pistola y te la colocará en la nuca. Entonces te atará manos y pies, te acompañará hasta tu cama, te pondrá cómodo (sí, mullirá la almohada para que estés a gusto. No violará a tu mujer/madre/hermanas, no. Se limitará a mirarte y, cuando estés cómodo (un señor que se preocupa por tu comodidad no se molestará en asesinarte) apuntará y todo habrá acabado.


Bien, hay dos películas, y esto es curioso. Una, Capote, le valió el Oscar a Philip Seymour-Hoffman en el papel del escritor rubio, gordito y amanerado. La otra, Infamous (lo siento, pero no sé cuál es el título en español) se estrenó el mismo año poco después de la otra, de modo que pasó desapercibida y no estuvo ni un mes en cartelera. Una lástima, porque el retrato que hace Toby Jones de Capote no tiene mucho que envidiarle al de Hoffman. ¿Cuál es la diferencia entre ambas películas? Vayamos por partes:

Capote. Sus principales bazas están puestas en Seymour-Hoffman y Catherine Keener, que hace de Harper Lee, amiga del escritor. Para quien no lo sepa, Harper Lee preparaba Matar a un ruiseñor a la vez que Truman se dedicaba en cuerpo y alma a su opus magna. El personaje de Harper Lee aparece desdibujado, casi una anécdota para dotar al protagonista de tres dimensiones. Más allá de esto, la película y novela en la que se basa se centran en el proceso de escritura de A sangre fría, en cómo Capote preparó un nuevo género que marcaría un antes y un después tanto en su vida como en la literatura universal. Truman Capote es aquí un personaje irritante, aunque es fácil comprender su forma de actuar. Muy amanerado, cierto, y también muy solitario.

Infamous. La niña fea, basada en una "novela" de 1997 en la que se recogían decenas de testimonios de allegados a Truman Capote que son entrevistados acerca de los años en que se dedicó a la novela en cuestión. La adaptación cinematográfica recurre a este elemento a través del falso documental (tan de moda en la actualidad (Distrito 9, The office) con la inclusión de testimonios del círculo de amistades del autor. Destaca la relevancia que se le da aquí a Harper Lee, retratada como la mejor amiga y confidente Capote y magníficamente interpretada por Sandra Bullock en la que probablemente sea la interpretación menos glamourosa y más efectiva de su carrera. Tiene Truman en Infamous muchas amistades en las que confía cuanto le ocurre. El reparto que acompaña a un excelente Toby Jones es de aúpa: la teniente Ripley Sigourney Weaver, Daniel Craig, Gwyneth Paltrow, Hope Davies, Lee Pace... y Juliet Stevenson, actriz de la que me he enamorado desde YA. Capote es abiertamente homosexual y alardea de sus crushes con cuanto tío le apetezca. El personaje es menos detestable aquí, no sé por qué, y se ve más afectado por toda la situación.

En ambas películas el sentimiento de culpa por el ajusticiamiento de los asesinos queda más que patente, pero en la segunda cinta encontramos a un Capote más cercano y al que parece resultarle más difícil todo el proceso de creación de la novela. En ambos casos acentúan que no pudo acabarla y editarla hasta que murieron los asesinos y protagonistas de su novela-reportaje porque, al tratarse de un reflejo de la realidad, si no había final en la realidad, tampoco lo había en su libro. En cualquier caso, el hecho de que esperara a la muerte de los dos hombres y asistiera como único testigo, expresa petición de ellos mediante, no hace más que humanizar y recalcar los matices de quien tuvo que ser una persona irritante, inaccesible pero admirable. Truman Capote escribía en sus novelas anteriores, como Desayuno en Tiffany's, mirando a sus personajes por encima del hombro. Debido a la estrecha relación que desarrolló con los protagonistas de A sangre fría y a la complejidad de la objetividad de su propuesta se vio obligado a mirarlos a la cara, ni por encima ni por debajo. Después de esta magnífica novela, Capote no volvió a escribir nada grande, su salud cayó en picado en cuestión de poquísimo tiempo y se hizo riquísimo con esta obra magna, cosa que no es de extrañar. Pasó de ser un talentoso Perez Hilton de los 50 (se relacionaba con el mundo glamourosísimo del mejor Hollywood clásico: Frank, Humphrey, Marilyn, etc...) a otro hombre destrozado por las circunstancias.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No conozco estas pelis, pero sí vi hace mil años A sangre fría y leí la novlea... Genial bajada a los infiernos.
Rigoletto

lamusique

No podría vivir sin

eveybody's gotta learn sometimes

Un libro

Un libro
Un saco de huesos, Stephen King