And do you brush your teeth before you kiss? Do you miss my smell? What about me? What about me? What about...?


Va dejando trozos de él por todas partes. Algún día desaparecerá conforme anda.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Capote

No, a mí tampoco me gusta que a los toros les pongan la minifalda, ni las banderillas, ni que les claven el frío metal en el espinazo, ni... Pero como no me gustan los toros no voy a hablar de ellos.


Voy a hablar del escritor Truman Capote y lo lejos que fue capaz de llegar para escribir una obra maestra. Para el que no sepa de qué va A sangre fría, os cuento brevemente. Dos hombres llegaron a un pueblo, irrumpieron en una casa, mataron a los cuatros miembros de la familia, les robaron lo poco que tenían y huyeron. Todo así, de sopetón, sin móvil ni motivo preciso. Una elección dejada al azar. Como si un tipo entra en tu edificio y quiere matar a alguien, y en lugar de forzar la puerta del vecino fuerza la tuya y te mata a ti y a tu familia. Entrará en tu cuarto o donde sea que estás frente al ordenador, sacará una pistola y te la colocará en la nuca. Entonces te atará manos y pies, te acompañará hasta tu cama, te pondrá cómodo (sí, mullirá la almohada para que estés a gusto. No violará a tu mujer/madre/hermanas, no. Se limitará a mirarte y, cuando estés cómodo (un señor que se preocupa por tu comodidad no se molestará en asesinarte) apuntará y todo habrá acabado.


Bien, hay dos películas, y esto es curioso. Una, Capote, le valió el Oscar a Philip Seymour-Hoffman en el papel del escritor rubio, gordito y amanerado. La otra, Infamous (lo siento, pero no sé cuál es el título en español) se estrenó el mismo año poco después de la otra, de modo que pasó desapercibida y no estuvo ni un mes en cartelera. Una lástima, porque el retrato que hace Toby Jones de Capote no tiene mucho que envidiarle al de Hoffman. ¿Cuál es la diferencia entre ambas películas? Vayamos por partes:

Capote. Sus principales bazas están puestas en Seymour-Hoffman y Catherine Keener, que hace de Harper Lee, amiga del escritor. Para quien no lo sepa, Harper Lee preparaba Matar a un ruiseñor a la vez que Truman se dedicaba en cuerpo y alma a su opus magna. El personaje de Harper Lee aparece desdibujado, casi una anécdota para dotar al protagonista de tres dimensiones. Más allá de esto, la película y novela en la que se basa se centran en el proceso de escritura de A sangre fría, en cómo Capote preparó un nuevo género que marcaría un antes y un después tanto en su vida como en la literatura universal. Truman Capote es aquí un personaje irritante, aunque es fácil comprender su forma de actuar. Muy amanerado, cierto, y también muy solitario.

Infamous. La niña fea, basada en una "novela" de 1997 en la que se recogían decenas de testimonios de allegados a Truman Capote que son entrevistados acerca de los años en que se dedicó a la novela en cuestión. La adaptación cinematográfica recurre a este elemento a través del falso documental (tan de moda en la actualidad (Distrito 9, The office) con la inclusión de testimonios del círculo de amistades del autor. Destaca la relevancia que se le da aquí a Harper Lee, retratada como la mejor amiga y confidente Capote y magníficamente interpretada por Sandra Bullock en la que probablemente sea la interpretación menos glamourosa y más efectiva de su carrera. Tiene Truman en Infamous muchas amistades en las que confía cuanto le ocurre. El reparto que acompaña a un excelente Toby Jones es de aúpa: la teniente Ripley Sigourney Weaver, Daniel Craig, Gwyneth Paltrow, Hope Davies, Lee Pace... y Juliet Stevenson, actriz de la que me he enamorado desde YA. Capote es abiertamente homosexual y alardea de sus crushes con cuanto tío le apetezca. El personaje es menos detestable aquí, no sé por qué, y se ve más afectado por toda la situación.

En ambas películas el sentimiento de culpa por el ajusticiamiento de los asesinos queda más que patente, pero en la segunda cinta encontramos a un Capote más cercano y al que parece resultarle más difícil todo el proceso de creación de la novela. En ambos casos acentúan que no pudo acabarla y editarla hasta que murieron los asesinos y protagonistas de su novela-reportaje porque, al tratarse de un reflejo de la realidad, si no había final en la realidad, tampoco lo había en su libro. En cualquier caso, el hecho de que esperara a la muerte de los dos hombres y asistiera como único testigo, expresa petición de ellos mediante, no hace más que humanizar y recalcar los matices de quien tuvo que ser una persona irritante, inaccesible pero admirable. Truman Capote escribía en sus novelas anteriores, como Desayuno en Tiffany's, mirando a sus personajes por encima del hombro. Debido a la estrecha relación que desarrolló con los protagonistas de A sangre fría y a la complejidad de la objetividad de su propuesta se vio obligado a mirarlos a la cara, ni por encima ni por debajo. Después de esta magnífica novela, Capote no volvió a escribir nada grande, su salud cayó en picado en cuestión de poquísimo tiempo y se hizo riquísimo con esta obra magna, cosa que no es de extrañar. Pasó de ser un talentoso Perez Hilton de los 50 (se relacionaba con el mundo glamourosísimo del mejor Hollywood clásico: Frank, Humphrey, Marilyn, etc...) a otro hombre destrozado por las circunstancias.

viernes, 27 de noviembre de 2009

Ayer volví a Swansea

Saqué el chaquetón del Primark. Negro. 13 pounds.

Llovía con esa lluvia fina y constante propia de Reino Unido. Me enfundé una capucha también del Primark y salí a la calle.


Dio la casualidad de que en el mp3 sonó, además de muchas otras, una canción que una vez escuché mientras volvía de la uni a casa. A veces una canción se me queda clavada en un momento cualquiera, totalmente anodino, como aquel día que volvía a casa y presté atención a la letra de "Pet Cemetery". The Ramones. Ayer me pasó. Memoria por estímulos, lo llaman.


Por un momento cerré los ojos e imaginé que tenía que subir esa pesadilla de cuesta que llevaba a Aylesbury Road. Fueron unos segundos.


Hay veces en las que unos segundos pueden significar una vida.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Meme: mi chica del Doctor favorita


My name is Noble, Donna Noble

Hace un tiempo, cuando yo aún no había visto la reinvención de Doctor Who, corría por la blogosfera un juego peculiar: escoger a la mejor compañera del doctor y esgrimir las razones que nos llevan a esta decisión.

A Billie Piper no la conocía, aunque sabía que era una cantante pop británica. Sería como… como si en Usamérica cogieran a Jonathan Rhys Meyer para interpretar al Docta y le pusieran de compañera a Britney Spears O_o ¡No, no estoy comparando a Billie Piper con la Brítni, Dios me libre! Pero para que os hagáis una idea. Su personaje, Rose Tyler, sería el primer contacto que mantuvimos los televidentes con el Doctor y, por si fuera poco, duró dos temporadas y su despedida fue tan dramática que todos lo sufrimos demasiado. La hemos vuelto a ver, sí, y no queda descartado que vuelva a pasar. Para muchos siempre será la mejor por un argumento tan simple como es que es Rose, un argumento imposible de explicar.

Luego vino Freema Agyeman, a la que conocíamos menos aún. Tenía poca experiencia en televisión y su personaje, desde mi punto de vista, servía tan solo para llenar el vacío de Rose y el cupo de corrección política al incorporar a una coprotagonista negra, Martha Jones. Sus historias no fueron las mejores, ni siquiera aparecía mucho en “Blink”. Y fue un error enamorarla del Doctor desde el primer minuto y que ese sentimiento se mantuviera a lo largo de toda la temporada. Su despedida fue muy discreta, tanto que daba pena. La compañera más inteligente y atenta, cierto, pero probablemente la más prescindible.

Después llegó, durante una temporada también, Donna Noble. A su intérprete, Catherine Tate, ya la conocíamos porque es una cómica descacharrante con su propio programa en televisión donde hace cosas como ésta:

Es más, el hecho de que sea una actriz cómica la convierte en la compañera mejor más versátil del Doctor, tan burra, tan temperamental, tan graciosa cuando quiere y tan efectiva en el drama cuando quiere, también (hecho que ya apuntaba aquí: los actores de comedia interpretan el drama mejor; ahora pon tú a Lidia Bosch a protagonizar una sitcom). Donna es irreverente, una chica normal con la autoestima de un pimiento morrón, tiene genio y no le permite al Doctor que se pase de listo con ella. El hecho de que sea la colega, no la novia o enamorada de este personaje, la hace aún más interesante; y eso que la pobre Donna se bebe los vientos por el capitán Jack Harness. Recordemos que esta chica vulgar fue al Doctor lo que él busca en un compañero, un amigo, alguien para no estar solo. Y que ella se mezcló literalmente con él y llegó donde ningún otro acompañante ha llegado. Se conocen en la boda de ella, ella queda con el corazón roto y al cabo de un año o dos se vuelven a cruzar porque así estaba dispuesto. Se separarán, de acuerdo. Y peor aún, Donna Noble nunca lo recordará…

Os dejo, así pues, con su imposible reencuentro y, para los más curiosos, un link muy especial y divertido.



viernes, 20 de noviembre de 2009

Un lugar donde quedarse


LA ¿COMEDIA? DE SAM MENDES


Sam Mendes ha demostrado su versatilidad con cuatro películas: American beauty supuso una deslumbrante opera prima donde se conjugaban drama y humor negrísimo con una denuncia social sin miramientos contra la acomodada cultura estadounidense de los noventa; en Camino a la perdición Mendes nos ofreció un negrísimo retrato sobre la mafia eternamente olvidada, la irlandesa, con un reparto de aúpa; Jarhead fue su aproximación al género bélico más antibelicista; Revolutionary Road nos destrozó hace un año con el drama puro encarnado en el tour de force interpretativo de su pareja protagonista. Ahora vuelve, un año después, con un proyecto que no se parece en nada a lo que ha hecho hasta la fecha… relativamente.


Hablemos de la trilogía sobre las parejas o, abramos horizontes, las relaciones humanas. American beauty, Revolutionary Road y ahora Un lugar donde quedarse. Si las primeras apostaban todas sus bazas en el drama, en ésta encontramos un equilibrio tragicómico que, para qué negárselo, funciona muy bien. Empecemos por el reparto, elemento tan importante en la filmografía del otrora director de teatro: dos cómicos como protagonistas casi dramáticos de esta búsqueda de la felicidad. John Krasinski (The office) y Maya Rudolph (Saturday Night) se rodean de secundarios de lujo para trazar todos los matices que posibilita la historia.


La historia, pues. Burt y Verona van a tener una niña, tienen treinta y tantos y muy poca idea de qué hacer con sus vidas. Deciden emprender el viaje de sus vidas, ella embarazadísima, en busca de un lugar donde quedarse a vivir una vez que el bebé llegue. De este modo llegan a distintos rincones de Estados Unidos donde visitan a amigos y familiares que ya tienen hijos y familias formadas. Cada experiencia los llevará a reflexionar sobre lo que quieren para ellos y su futuro como pareja.


Como ya he dicho, cada familia en esta peculiar road movie nos presenta perspectivas completamente distintas sobre las posibilidades de vivir con hijos. Hay personajes cómicos, como Maggie Gyllenhaal, Catherine O’ Hara o la divertidísima Allison Janney (nuestra querida CJ en El ala oeste de la Casa Blanca), pasada de rosca con sus hijos y marido. El punto dramático lo ponen otras familias (principalmente las de la segunda mitad de la película) con alguno pasaje completamente estremecedor, como el del baile, y no digo más.


Mendes es un buen director, ya lo sabíamos; hemos aprendido que, si lo dejamos sin un elevado presupuesto, su buen hacer, la elección de un buen reparto y banda sonora pueden suplir cualquier medio técnico. Nos entrega, así pues, el tío Sam una cinta indie profunda, a ratos transgresora, disfrazada de comedia independiente. ¿Hay algo destacable? Veamos… en un tiempo en el que nos nutren con secuelas, precuelas, remakes, adaptaciones… el hecho de que un prestigioso realizador apueste por una historia original ya es digno de aplaudir. Escoger a dos rostros tan “normales”, fuera de los cánones de belleza hollywoodiense, incrementa la credibilidad de la historia. La fotografía cálida, el juego con la luz, la complicidad de los protagonistas (química desde un más que prometedor comienzo), las canciones de Alexi Murdoch… son motivos de más por los que ver esta película.


En definitiva, aunque no llega al nivel de excelencia de Revolutionary Road o la cinta debut de Sam Mendes, Un lugar donde quedarse es una película interesante, probablemente de transición en la filmografía de un director que nunca da palos de ciego. Que teniendo en cuenta su historial a lo mejor se le pueda exigir más, vale, pero no podemos estar insatisfechos en vista de la cartelera de este mes.



Nota: 8

jueves, 19 de noviembre de 2009

¿Que si estoy bien?


¿Que si estoy bien?, preguntas a estas alturas. Estoy de puta madre, como nunca he estado. Claro... cómo no. Jose lo puede todo, Jose sólo tenía un poco de cuento y muchos achaques que no eran para tanto. En fin, ahora mismo, tal y como están las cosas, estoy genial. Es miércoles, mitad de semana, y en vez de estar en Granada estoy en mi pueblo, en casa, porque no aguantaba más. ¿Qué no aguantabas más, bonico?, preguntas, y te digo que no lo sé. Esas ganas de que todo pare, de llorar, de parar el tiempo, de huir lejos, de que se pare el tiempo, de desaparecer, ¿he dicho parar el tiempo? Ahora mismo debería estar mejor que nunca. Estoy en mi último curso de universidad, tengo poquísimas clases, poco trabajo y... pocas ganas, ganas de nada. No hay un motivo certero, sólo que a veces te juro que no aguantaría un segundo más. Por eso huí a casa; sí, huir, porque es en definitiva lo que he hecho. Si ahora mismo estuviera en primero, con este mismo horario y tal, sería todo risas. Pero no, estoy en "cuarto". Qué mal hemos envejecido, me queda decir... Así que no creo que ésta vaya a ser la única semana sabática que me pille este curso, se repetirá frecuentemente (para bien más que para mal). No pretendo nada con este post, sólo seguir con lo que es mi bitácora, contar mi vida, desahogarme antes que ahogarme, hablar de esta impotencia y de la maldita DESMOTIVACIÓN. ¿Será pasajera? Probablemente, pero ahora mismo es como un tornado en el centro de mi ombligo. He dicho. Adiós.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Soy fans de la tele

Llega un momento en la vida de un blogger en el que no tiene más remedio que despejar, dar a conocer, confesar, llámalo como quieras sus debilidades en la blogosfera. Así pues, hoy toca hacer publicidad de los mejores blogs que he encontrado sobre televisión. Vale, yo hablo de muchos temas, sí, pero ya sabéis que la ficción televisiva me pierde... Os presento minuciosamente los 5 blogs que más leo sobre el tema y os invito a que los sigáis con ganas. Altamente recomendables y adictivos:


My Lost World. Es este mundo perdido es más bien un lugar donde perderse, tan bueno que provoca vértigo. Llegué aquí y me quedé porque a su autor le gustan series que para mí son imprescindibles e inolvidables: A dos metros bajo tierra, Urgencias, Los Soprano, Nip/Tuck... (¡sí, alguien seguía viéndola religiosamente!). Después tuve que dejarme porque de vez en cuando hablaba de música, mi último vicio, o cine. Le auguro mucho tiempo de contenido interesantísimo (esos diálogos memorables, por ejemplo).

El diario de Mr McGuffin. McGuffin habla de series que me gustan mucho, de películas que adoro y de cualquier información que vale la pena. Lo hace, además, de una manera didáctica y entretenida, algo de lo cual deberían aprender muchos bloggers. Nos muestra muchas curiosidades y detalles sobre cómo funciona la televisión desde dentro, cosa que es de agradecer. Nos aproxima muchas veces a la cultura estadounidense a través de impresiones sobre ficción televisiva, y si le gusta una serie española, lo dice sin ruborizarse (véase el caso Desaparecida). También muy recomendable.

Day Zero. Se trata de uno de los primeros blogs de televisión que sigo. Aparte de que tiene un diseño espectacular, su contenido no se queda atrás. ALX no se limita tampoco al mundo de la televisión; de vez en cuando nos deleita con opiniones cinematográficas y literarias. Esa variedad hace que el blog resulte rico. Por lo demás, está muy bien escrito, es muy ecléctico en cuanto al material que podemos encontrar (es decir, no se limita a ver televisión de cable y ya está; hace bien sus deberes) y algo muy importante: con el paso del tiempo la ilusión se mantiene con aplomo, no decae el entusiasmo con el que su escritor habla de sus aficiones. Corre y ve a leerlo ya, hombre!

Podría hablar de muchísimos más, pero he preferido limitarme porque podría salirme un post enormérrimo y no es cuestión. En cualquier caso, creo que la selección es digna cualitativamente.

martes, 10 de noviembre de 2009

25 razones para ver '500 días juntos'


1. Porque no es indie, pero tiene todos los elementos de una peli indie.
2. Porque no es una película de amor, pero tiene todos los elementos para serlo.
3. Porque Joseph Gordon-Levitt es monísimo y un gran actor que de aquí a unos años lo va a petar.
4. Por los ojos de Zooey Deschanel.
5. Porque no es ñoña.
6. Por su magnífica banda sonora.
7. Por la cita en el IKEA.
8. Por el Puma xD
9. Por el momento karaoke.
10. Por citar El graduado.
11. Porque podría ser la segunda parte de Garden State. Y podría formar una trilogía sobre el amor imposible junto a Olvídate de mí.
12. Por el momento chorra del cine en blanco y negro.
13. Porque Summer está loca, y por eso nos encanta.
14. Porque Please, please, please let me, let me, let me get what I want.
15. Porque muchos se equivocarán creyendo que van a ver una comedia romántica del montón y se tendrán que tragar una cinta alternativa.
16. Por los sueños frustrados.
17. Por (¡qué carajo!) Ringo Starr.
18. Por ese final entre demoledor y agridulce.
19. Porque transcurre en Los Angeles, no en Boston ni NY.
20. Por su particular juego con el tiempo y la narración (expectativas versus realidad).
21. Porque ¡al fin el narrador! no chirría.
22. Porque no es una obra maestra, pero sí es una película notable.
23. Porque es mona por los cuatro costados, cojones.
24. Porque parece imposible, pero es más real que la mayoría de películas que circulan por la cartelera.
25. Por el momento de incertidumbre en la fotocopiadora.
ACTUALIZACIÓN
-Por el momento musical de la mañana siguiente, impagable.
-Por su honestidad, cito: "Las películas y el pop sólo potencian corazones rotos"
-Por ese "sólo porque le guste la misma basura friki que a ti no significa que vaya a funcionar"
-Por el juego: ¡pene! ¡Pene!
-Por esto, un extra de la peli:

-La produjo ¡Natalie Portman!
-Por los hoyuelos de Joseph Gordon-Levitt

jueves, 5 de noviembre de 2009

La inspiración es un mito




No sirve de nada esperar a que las musas nos toquen el arpa. De esto me he dado cuenta con el paso del tiempo, conforme me he ido planteando si quería ser escritor, porque con el paso del tiempo las historias se acaban, o el tiempo o qué sé yo. Total, que pasan los días, las semanas y los meses y de repente se te ocurre una novela que vale la pena, no una historia corriente. Entonces quieres que todo salga redondo. Por eso te documentas. He hablado con varios escritores sobre el tema. Marina Mayoral, por ejemplo, nos contó que el protagonista de una de sus novelas era boxeador y ella, lega en la materia, tuvo que visitar gimnasios durante tiempo aunque, tratándose como se trata de un mundo tan marcadamente masculino, lo tuvo que hacer como periodista que supuestamente preparaba un reportaje sobre el tema para un periódico o revista. El caso de Juan Cobos Wilkins no es menos pintoresco; en su novela El mar invisible aparecía de manera casi tangencial un hombre que había tenido contacto con la cetrería, y como Juan no tenía ni idea del tema dio la casualidad de que uno de los chavales a los que impartía unas clases de verano (yo estaba ahí) tiene un águila y le gusta la caza, ergo sabe algo del tema. El poeta cetrero, qué cosas, ¿verdad? Total, pidió consejo a este amigo mío y lo utilizó en su novela de manera muy sutil, tan sutil que yo hubiera dicho que bastaba con una búsqueda en internet.

Cuando escribí mi primera novela, La Dama de Oriente, no sabía mucho del tema de la documentación. No obstante, empecé a leer pasajes de la Biblia y decenas de fuentes que encontraba en internet. El resultado no fue bueno, cierto, pero no era culpa de una mala documentación. Es más, le echo la culpa a la poca experiencia literaria, no a mi mal uso de las fuentes. Además, como era en gran parte "fantasía", tenía un paso.

Cuando escribí Si llueve... se trataba de un relato ficticio, pero eché mano de mis conocimientos generales sobre muchas fuentes que nada tenían que ver entre sí. Había múltiples referencias al universo de Stephen King, a películas y series como Lost, Buffy o Expediente X. Se trataba principalmente de un juego, un aliciente para leer la novelita lumpen.

Ya cambió el juego cuando escribí La traición de Wendy. Me tuve que leer Peter Pan como tal, el clásico, y después hice algunas búsquedas en la web sobre Nunca Jamás. Estoy muy satisfecho con el resultado, dicho sea de paso.

Ahora mismo estoy escribiendo una novela y dos o tres en proyecto. Para la que estoy escribiendo, El Desencantador, me hice con una biografía de Marilyn Monroe, porque la chica aparece en un par de capítulos o tres, sólo eso, pero son decisivos y no quería desperdiciar el caramelo. En cuanto a la novela que estoy proyectando escribir cuando acabe El Desencantador, me la estoy preparando concienzudamente a base de leer las novelas más importantes de Lewis Carroll: Alicia en el País de las Maravillas y Al otro lado del espejo. No, no son meras fantasías infantiles. Tenéis que saber que Lewis Carroll no era el nombre del autor, sino su pseudónimo, y que este tipo era matemático y juega mucho con la lógica, los juegos de palabra y referencias a la cultura popular de la época. Aunque he de reconocer que tanta cartita y juego con las niñas me da un no sé qué de mal rollo pedófilo. Lo mismo es porque también he empezado a leerme Lolita de Nabokov, aunque no tenga nada que ver con el País de las Maravillas. Creo que mi novela en Wonderland promete bastante. Espero no equivocarme.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

La cabina quedó vacía


Se trata probablemente de una de las cintas más angustiantes y misteriosas que hemos tenido la ocasión de presenciar. Es difícil que una producción de los setenta (salvo por contadas excepciones como Saura o Víctor Erice) siga manteniendo su espíritu e impacto virgen. Cuando José Luis López Vázquez entra en la cabina, nadie sabe lo que pasará a continuación: se desencadena el infierno.

Reímos con los niños, sinvergüenzas de nosotros, con los que intentan derruir ese invento del diablo a base de fuerza o de maña, con los intentos inútiles del cuerpo de bomberos. Pasamos a formar parte de ese público que admira entusiasta el espectáculo macabro que se desarrolla ante sus ojos. No oímos al señor del interior de la cabina (pánfilo, tonto, idiota… ¡mira que quedarse encerrado en una cabina de teléfono! Olvidamos que, desde su perspectiva, este hombre lleva tres o cuatro o cinco horas encerrado en una cabina, una caja de cristal y metal donde el aire cada vez es más pesado y caliente. De todo esto no nos percataríamos a no ser por la magnífica interpretación de López Vázquez, que hace de señor mundano, el vecino que podría tener cualquiera, padre de familia, ciudadano medio. Tan común que resulta difícil encarnarlo, pero antes no había divos. Antes había actores.

Casi había olvidado la poesía de este mediometraje, sobre todo hacia el final, en la huída a lo desconocido. El pasaje del funeral, los payasos y tristes y el niño que corre es demoledor en gran parte gracias a una música de esas que tocan la fibra.


Total, cuando acaba tenemos aún más dudas, todo es más parco, más oscuro, más imposible y supongo que más magnífica (valen todas las redundancias). La historia plantea muchísimas lecturas, muchas, y demasiado evidentes, políticas: corría el año 1972. No obstante, tanto Antonio Mercero como José Luis Garci (algo bueno tenía que haber salido de él) afirmaron en diversas ocasiones que el planteamiento era puramente terrorífico o de ciencia ficción. Ahora nos quedan muchas anécdotas o datos que destacar. Se trata de la única producción española que ha ganado un Emmy. Antonio Mercero dejó el género e hizo cosas más blanditas como Farmacia de guardia, mientras que Garci… bueno, es Garci. A López Vázquez, por su parte, lo hemos podido disfrutar en La prima Angélica (Saura), la trilogía nacional de Berlanga (entablaron una relación profesional muy fructífera), La colmena, la adaptación televisiva del Quijote y otros productos que, como actor, no le hacían mucha justicia; ya sabéis, la España de sainete y pandereta…
Pero después de estos años se cierra la cabina, ésa que nunca lograremos desentrañar porque se fue el rostro que puso nombre al misterio de los señores que colocan centenas de cabinas trucadas a lo largo del país.


Os dejo la parte que os comentaba, la del viaje en grúa, y este enlace al corto. Que aproveche.

lamusique

No podría vivir sin

eveybody's gotta learn sometimes

Un libro

Un libro
Un saco de huesos, Stephen King