And do you brush your teeth before you kiss? Do you miss my smell? What about me? What about me? What about...?


Va dejando trozos de él por todas partes. Algún día desaparecerá conforme anda.

miércoles, 13 de octubre de 2010

El acontecimiento del año


Apuesto a que hay miles, por no decir millones de personas en España que hace una semana no serían capaces de situar Chile en un mapa. Sin exagerar, oigan. Hoy una reportera de algún magacín mañanero confundía a la patria de Isabel Allende con Perú, y luego, en vista de su metedura de pata, rectificaba: "Ay, digo Chile, Chile, ¿qué tengo yo hoy con Perú?" Pero es la eterna cuestión de Chile, Argentina, Perú, lo mismo da que da lo mismo, ¿no? Pensamiento que esconde esa xenofobia, ese racismo latentes a los que no se les da importancia porque total, no es como quien le pega una patada a una sudaca en el metro, ¿verdad?
            Pero no era ése el tema del post. Hablemos de hipocresía. ¿Quién se acuerda de Haití? ¿Del maremoto de Asia? ¿Y de Darfur? Pero vamos, en fin... tampoco nadie se acuerda de otras causas. Hoy todos aprendemos a contar, se dice que al menos mil millones de personas en todo el mundo se encuentran con los ojos de par en par, la boca entreabierta, diciendo: 1, 2, 3, 4... hasta llegar a 33. Ni el mismísimo conde Drácula [insertar video de Xander mofándose del acentro del conde]. Todos con el corazón en un puño viendo ese rescate de película de ciencia-ficción, cada minero que escapa por su propio pie se celebra con el regocijo del que ve al familiar tras años de distancia.
           Ahora bien, la cuestión es ésta. ¿Cuánto durará el foco sobre los mineros rescatados? ¿Cuántos accidentes tienen que suceder para que cambien las cosas, para que alguien sea arme de valor e intente arreglarlo todo? Llamadme excéptico, pero me juego las manos con las que escribo este texto a que dentro  de dos meses más de uno y dos de esos mineros seguirán agujereando el suelo como hormiguitas en un tanque de tierra.
           No los reciban como héroes de guerra (otro de esos preciosos oxímoron), no los conviertan en eje mediático (el único protagonista que ha hablando con la prensa y ha dicho que lo traten como lo que es, no como una estrella), no hagan que el mundo gire en torno a ellos para darles de lleno con una puerta en las narices cuando pasen unas horas. Les lloverán ¿estupendas? ofertas laborales, propuestas para participar en un reality, puede que incluso primas del Estado o una indemnización suculenta, pero no creo que estos hombres vendan su alma al diablo tras el infierno que han vivido. Que de pozos sé un poco... Leeremos sus nombres en los periódicos, puede que en los anuarios, en las enciclopedias. Pero insisto, dentro de dos meses volverán a estar encerrados a 100, 200, 500 metros de la superficie. Pasen y vean, es el acontecimiento del año. The Freak Show...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

La reportera, se equivocase o no, no andaba desencaminada: Isabel Allende nació en Lima, pero se crió y vivió en Chile. Seguramente se lió recordando los datos que había leído.
Julia

Ilustra Katiuska dijo...

Me gusta tu forma de escribir... con tu permiso, seguiré por aquí.
Saludos.

lamusique

No podría vivir sin

eveybody's gotta learn sometimes

Un libro

Un libro
Un saco de huesos, Stephen King