And do you brush your teeth before you kiss? Do you miss my smell? What about me? What about me? What about...?


Va dejando trozos de él por todas partes. Algún día desaparecerá conforme anda.

viernes, 31 de diciembre de 2010

El año que lo cambió todo

Ahora que se acaba el fin del blog y de este ciclo, qué menos que aferrarse a las viejas costumbres, y hacer recuento de un año ya se convierte en tradición. Se va el mejor año de la Historia y no quiero despedirme...
El escritor
Me gustaba 2010 por ser un año tan par, tan redondo, por el cero, porque me daba buena espina.
            A los días de comenzar el año me dijeron la que ha sido la noticia de mi vida: me publicaban mi primera novela. Con 22 años.
           Así, no podía comenzar 2010 de mejor modo. Los nervios, las entrevistas, los e-mails a la editorial, a los medios, a los colegas escritores. Pero no me conformé con ello. Seguían llamándome para colaborar en según qué foro, según qué mesa redonda, según qué antología. Por mi parte, procuraba lanzar junto a algunos amigos (excelentes escritores, mejores autores que yo) una revista cultural para jóvenes, La cuerva. Hoy es 31 de diciembre y, pese a todo, no ha nacido aún. Lo hará pronto, estamos convencidos, y habrá certámenes y colaboraciones especiales y monográficos sobre el arte español, sobre el suicidio, sobre la mujer, los niños, sobre mil cosas. En enero, con suerte, romperá nuestra pájara el cascarón.
Además, entré a formar parte en Nocte, la Asociación Española de Escritores de Terror. Amplié mi colaboración en Cinempatía (más escueta, desde luego) con los chicos de Gazeta20 en cine y literatura. Cubrí varios festivales de cine más.
He escrito en 2010 un nuevo poemario que me llevó más o menos tiempo del previsto, aún no lo sé. Por si fuera poco, me llamaron hace unas semanas de una editorial de Madrid para decirme que están interesados en publicar mi primer poemario. Asimismo, he ido colocando poemas por ahí este año para tratar de hacerme un nombre:
        -Revista The Scrambler 1 y 2 
        -Antología Y para qué + poetas
Pero lo mejor de todo es que en narrativa no me quedé atrás y supe aprovechar el empujón de Nocte para entrar en varias antologías de lo más terroríficas (y las que están por venir. Os recomiendo encarecidamente ésta de fantasmas con mi relato "El después" o ésta, tan navideña y terrorífica, desasosegante ella (y GRATIS).
Aprovecho este límite, este ni hoy ni mañana para anunciar a bombo y platillo nuevo proyecto para 2011: la novela Queridos niños. Que aproveche.
Bueno, todo eso y El último mono, edición limitadísima a disposición de todo el mundo.

Cosas güenas
Como todos los años, éste ha dejado cosas buenas en materia de cine, televisión y literatura. Me he leído varios libros, mejores y peores, Saramago, Stephen King, algunas joyas que me han dejado loco desde entonces, como Matar un ruiseñor. Se trata de una novela sobresaliente, preciosa, perfecta. Cortita, necesaria y útil. También he procurado leer algo de poesía, y estoy la mar de contento con mis progresos en esta materia. Uno de mis libros preferidos es el primer poemario de un amigo: Turismo de interior de Cristian Alcaraz es un libro fresco, atrevido, nocivo, trascendente, intrascendente... es como Skins hecha poesía. También conozco a Mario Cuenca Sandoval, autor de El libro de los hundidos, maravilloso en un plano diametralmente opuesto. Porque demuestra que es posible hacer poesía de la tragedia. En este caso, sería como Treme convertida en poesía.
         Y es que parece que la ficción televisiva no decae ningún año. Éste ha sido el año de 30 Rock, de vérmela entera y enamorarme de su humor absurdo y personajes idiotizados. Descacharrante. Cómo no, el año de Skins y Misfits, que si bien han tenido unas últimas temporadas algo deslucidas, se mantienen por encima de la media televisiva. Russell T. Davies nos demostró que en sus manos Doctor Who tiene vida para rato, y la quinta temporada fue tan mágica como las anteriores. Y Amy Pond es un dulce de personaje, y el primer capítulo de la temporada nos hizo enamorarnos de los dos nuevos protagonistas. Reccuerdo con especial cariño los episodios con Vincent Van Gogh y la música de la serie: una maravilla. El resto de excelencias, cómo no, de HBO: Treme (para mí, el estreno del año con diferencia), Boardwalk no la vi porque el género no va conmigo y no me enganchó su piloto, y la tercera de In treatment, que ha estado a la altura de las dos originales y ha sabido ponerle el broche de platino a la historia de Paul Weston. Qué pena que haya acabado... Bueno, otro de los descubrimientos que me hizo desconfiar al principio fue The Big C, aunque el tramo final de temporada la redimió y nos enamoró del personaje de Laura Linney.
       En otro orden de cosas, sin ser perfectas me han gustado bastante HIMYM (tras las temporadas tan flojas que traía) y TBBT gracias principalmente a Blossom Amy Farrah Fowler, que es capaz de hacerle sombra al mismísimo Sheldon Cooper. Las demás comedias ni fu ni fa excepto Las chicas Gilmore, serie que he descubierto a estas alturas y se merece mi SOBRESALIENTE. Dexter, en drama, nunca ha sido tan grande como nos han hecho creer, pero el regalo de Lumen bien se merecía toda la temporada. A grandes rasgos, creo que el año no me ha aportado mucho más televisivamente hablando salvo mi enganche a Top Chef, un reality estadounidense de cocina. Altamente recomendable y adictivo.
Cine, cine, cine. Siempre veo muchas películas, unas mejores que otras. La mejor película de 2010 es, con diferencia, Toy Story 3. Es sencillamente PERFECTA. Sus héroes, sus villanos, sus lecturas, su cinematografía, su todo. También por ser el final a los muñecos y juguetes que nos acompañan desde que éramos mocosos. Mi cita anual con Sam Mendes (lo reconozco: soy un mitómano) nos dejó una comedia de bajo presupuesto y contenido muy intenso sobre la paternidad, el sentido de la vida en pareja y la formación de una familia. Sin duda, Away we go demuestra que Mendes da en el clavo con todas sus propuestas; una película que deja un poso muy escondido en el pecho de lenta digestión. Y Rubber, por lo rara que es. También Inception, que vi en Bristol, aunque de Nolan siempre me quedaré con Memento. Y esa maravilla de Polanski que es El escritor (fantasma), y Haneke, Ciudad de Vida y Muerte, Balada Triste de Trompeta y el resto de carne de festival. Incluso Enterrado o Pájaros de papel en cine español. Hay mucho cine y bueno si se sabe buscar. Y documentales; miles de documentales, cienes de documentales imprescindibles:
-La leyenda del tiempo
-The cove
-Young at heart
-Exit through the gift shop
-Man on wire
-Océanos
-I'm still here
-El sol del membrillo
Para acabar, me gustaría señalar que también me he atrevido por primera vez "en serio" con el mundo del cómic. He disfrutado como un crío con las desventuras de Buffy y su gang en la octava temporada de la serie escrita por Joss Whedon y sus colaboradores en una línea que no convencerá a todos, pero también permite muchas más posibilidades narrativas que el medio televisivo. Este cómic me llevó a otro de Joss Whedon, concretamente a Astonishing X-Men, donde el autor trataba de relanzar la franquicia de la Pandilla Mutante por excelencia. De ahí me lancé a algo diametralmente distinto como es Predicador, del que todos hablaban tan bien y que, cierto, está muy bien. Inmerso en el universo peterpanesco me dejé caer por la aventuras erótico-festivas de Lost girls, donde un joven Frank Miller se atrevía a sexualizar cuentos clásicos como Cenicienta, Alicia en el País de las Maravillas o Peter Pan. Cuanto menos, curioso.
Los que quedan
Hablamos cuando acaba el año de los que se van, pero ¿y los que se quedan? ¿Y los que nos quedamos? ¿Cómo suplimos sus huecos, sus adioses, su nunca jamás? Porque ya se fue Salinger y no habrá Salinger y Holden Caulfield estará huérfano por mucho que todos nos empeñemos en adoptarlo. Y ya nadie le cantará a la Alhambra ni la soñará como Morente ni le hará justicia a Lorca... Y nadie nos abrirá los ojos al mundo como lo hacía Saramago. Y Berlanga. Y Alexandre. Y Delibes, Labordeta, el humor blanco de Nielsen... Y mi tía. Mi tía Carmen. Mi tía Carmen querida. Mi tía Carmen que, hace un año, dijo en el brindis de Nochevieja que era su último año, no sé si medio en broma o en serio, pero lo dijo y desde entonces no he logrado olvidarlo. No digáis esas cosas nunca, por favor, o los que se queden las recordarán de por vida y ningún año la vida volverá a saber igual ni a mí me apetecerá comerme las uvas. Mi tía Carmen. Me encargaron a mí escribir su epitafio: No soy madre y os dejo huérfanos. No soy Dios y os dejo perdidos. Yo seré la lluvia que empape vuestros días. Sigue la lluvia y sigue ella empapando los días y las noches y cada pequeña batalla ganada o perdida. Y así seguirá siempre.

Música de todos los colores y formas
He ido a muchos conciertos este año. O no a muchos, pero sí importantes. Por ejemplo, al de Ismael Serrano en Granada. Tuve la opción de conocerlo después y cruzar unas palabras: de mayor, quiero ser como él. Muy muy majo. También fue estupendo volver a ver a Carlos Siles en concierto; aún más, compartir noche con él. De lujo, esperamos grandes cosas de él. Y el concierto del año, que será sin duda el de Muse en el Vicente Calderón, donde coincidí al fin en carne y hueso con Mun (más maja que na) y lo pasamos bomba. Fue, si mal no recuerdo, un viaje suicida a Madrid, pero valió la pena.
Cómo no, los dos de Tulsa, el primero algo apagado como teloneros de Magic Band y el segundo grande, grande, con Miren Iza al 100% en el papel. Valió mucho la pena, tanto como el directazo de Lori Meyers que pude disfrutar junto a David, casi sin preparar nada. Y los múltiples y gratuitos conciertos al aire libre en Bristol, y Micah P. Hinson hace unas semanas en PlantaBaja, y todos los conciertos en la Tertu (BBC, Elena Bugedo, Fede, Bruno...). Música de muchos colores y formas. Sólo falta apuntarme de una vez a un festival con alguien. ¿Os animáis?
Por no obviar mis obsesiones con Nina Simone, Bebe, Amy Winehouse y Miren Iza, que han ocupado el 80% de mi año. Nina. Ay, gran Nina Simone...


Viajas a tierras profanas y haces nuevas familias, y nuevas paces y nuevas perspectivas
En pocas palabras, 2010 ha sido un año para resumir con muchas palabras. Donde siempre estarán La traición de Wendy, Muse, Ismael Serrano, Córdoba, Sevilla, Huelva, Jaén, Madrid, Bristol, Londres, Swansea, los amigos: mi piña en rodajas, David, Mj, Ruth, Eleanor, Silvia, Aarón, Iñaki, María... La cuerva. También fue el año en que Raquel me pidió que me olvidara de ella, que ya no fuéramos más amigos, que bueno, que el 1 de enero es su cumpleaños y ya hace un año que no hablamos, y hoy mismo he borrado su número del móvil (también el de Swansea) y me he empezado a olvidar para siempre de ella. Punto final.
Como veis, un año de altibajos donde priman las cosas buenas, un año donde cumplí gran parte de los propósitos de año nuevo (si es que sirve de algo eso). Un año de viajes, de gente interesante, de amigos nuevos y eternos, de recuerdos memorables y olvidos ejemplares. El año del koala y de las esperanzas puestas en el futuro. Un año que ojalá no acabara, pero también un año de cambios que tenía que suceder y dejarme con la incertidumbre de este 2011 que me huele a desconfianza. Pronto, propósitos para 2011...

El año del rapado y de Silvia en todas las esquinas de mi vida. Gracias

2 comentarios:

Alexander Strauffon dijo...

Te felicito por lo de tu publicacion, eso habria sido mas que suficiente para considerarlo un buen año.

Anónimo dijo...

Raquel es idiota.
Un beso.

lamusique

No podría vivir sin

eveybody's gotta learn sometimes

Un libro

Un libro
Un saco de huesos, Stephen King