And do you brush your teeth before you kiss? Do you miss my smell? What about me? What about me? What about...?


Va dejando trozos de él por todas partes. Algún día desaparecerá conforme anda.

sábado, 29 de enero de 2011

Escritores I

He conocido en mi vida muchísimos escritores. Escritores importantes, aficionados a la escritura, escritores noveles, consagrados, cómicos, dramáticos, poetas, narradores.
A raíz de la publicación del libro, además, comencé a entrar en el círculo literario y a ver cómo todos se conocen, todos se leen, todos se critican y publicitan... Yo comencé en esto de la escritura en casa, en mi pueblo, en tardes eternas de aburrimiento en las que leía demasiado, sin criterio, sin parar, sin analizar. Más adelante descubrí el "maravilloso" mundo de los best-sellers: tenía 12, 14, 16 años, no me lo tengan demasiado en cuenta. En cualquier caso, fue también en ese periodo cuando empecé a escribir 'en serio', como lo llamo yo. Comencé por lo fácil: relatos y cuentos. Tenía una idea, generalmente el inicio y el desenlace de una historia; por lo demás, sólo tenía que ir atando cabos para crear el nudo o desarrollo. Era rápido y fácil. No obstante, un día comencé un relato para clase de Lengua sin final definido, así que tuve que continuar por la presión de amigos (mis primeros críticos, y los más benevolentes). Desgraciada o afortunadamente, ese cuento de misterio en el Bagdad de la Edad Media dio lugar a una mitología propia con conspiraciones, personajes reales que conocían a otros ficticios, tramas locas, situaciones inverosímiles y un trabajo de investigación cuanto menos, sonrojante. Pero la escribí, ocupó varios años de mi vida y le di un cierre definitivo. Fue mi primer paso importante en el mundo de la literatura. Para que os hagáis una idea, el protagonista se llamaba Brian Edward Hyde.
Luego, con el cambio de ciudad, de ocupación y la llegada de Internet desarrollé mi faceta de cuentacuentos o relator gracias a una iniciativa que permitía a quien quisiera escribir cientos de cuentos en su blog, El Cuentacuentos. Fue también este lugar mi primer contacto con escritores serios o que llevaban esto de escribir más allá del mero hobby. Aprendí a escribir en esta comunidad, a tener cierta disciplina, a probar distintos puntos de vista, recursos narrativos muy diferentes entre sí, personajes opuestos... Una escuela excelente. Escribí semana tras semana una novela corta titulada Si llueve.... Entonces llegó la revolución. Debido a mi flirteo con diversos certámenes literarios, me ofrecieron la oportunidad de asistir a una escuela de escritores noveles en verano. La escuela duraba una semana y teníamos profesoras escritoras de verdad: Marina Mayoral y Aurora Luque; una para narrativa, otra para poesía. Y éramos treinta noveles de entre catorce y diecinueve años, nos bebíamos la literatura, el cine, la música y la vida.
Éramos inocentes y creíamos en los libros.

2 comentarios:

Alexander Strauffon dijo...

Un mundo unico, el de a literatura, ¿verdad?

alguien dijo...

Muy único. Ya verás cuando siga :)

lamusique

No podría vivir sin

eveybody's gotta learn sometimes

Un libro

Un libro
Un saco de huesos, Stephen King