And do you brush your teeth before you kiss? Do you miss my smell? What about me? What about me? What about...?


Va dejando trozos de él por todas partes. Algún día desaparecerá conforme anda.

lunes, 25 de febrero de 2008

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Estoy enfermo. Llevo así demasiado tiempo, con un síndrome del que no le he hablado a nadie y del que no pretendía hablar porque ni siquiera sabía explicarlo.
________Los síntomas son jodidos. Me pierdo horas enteras soñando con los ojos abiertos en una biblioteca, rastreando tomos, pasando las yemas de los dedos por encima de los libros, ansiando poder leerlos todos ellos, queriéndome perder en el mundo y aparecer en una biblioteca.
________Veo películas y se me encoge el corazón como nunca lo había hecho. Creo que la primera vez que me pasó fue hace varios años con American beauty. Esos síntomas la convirtieron en mi película preferida independientemente de que haya otras mejores, que las habrá. Recuerdo los pétalos caer sobre el cuerpo de Mena Suvari, el rojo intenso de la sangre envolviendo la pantalla, una bolsa de plástico danzando con las notas tramposas de Thomas Newman… me enamoré. Y así, últimamente me encuentro enamorado más veces de las que debiera sin darme cuenta de que los ojos están acuosos, y parpadeo varias veces hasta que la piel lame el agua y deja el globo seco.
________Oigo canciones que antes, cuando me creía de piedra, no habrían pasado más allá del tímpano, y en lugar de reverberar en el oído se clavan en el pecho, como si hubiera aprendido a oír con esa parte del cuerpo, como si fuera necesario oír. Entonces las vuelvo a oír, repito las veces que haga falta hasta que el vinilo imaginario que tengo en la cabeza empieza a adquirir el tono clásico de los grandes hits de la música, y entonces, cuando pasa el tiempo y suenan esas canciones, aunque sean los primeras notas (tan tramposas como las de Newman) mi corazón se pone a mil.
________Y se pone a mil cuando escucho algunas voces y veo a algunas personas, algo irracional. Voy por la calle, me cruzo con su rostro y me invade un mareo que me obliga a parar. Miro las fotos, las revisito cuantas veces hagan falta para impregnar mis retinas de instantes.
________Pensaba simplemente que cada vez estoy más blando, que el tiempo carcome la piedra. Después busqué los síntomas y me di cuenta de lo que pasa. Es el síndrome de Stendhal. Ahora la belleza me provoca vértigo y me abrumo, y me abrumas. Con cada silencio, con cada palabra, con cada cábala...

6 comentarios:

Victoria dijo...

Me he enamorado de una enfermedad, o de un enfermo.

Anónimo dijo...

Ojala todas las enfermedades fueran como esta, que es tan bella que hasta puede resultar envidiada.


¿sabes? la plastilina es más hermosa que la piedra, ya que la puedes moldear a tu gusto, incluso un día la puedes convertir en piedra. ;)

besucos guapo
Jara

Pugliesino dijo...

Es que es un genio!


El Stendhal no, tú!!

Hasta enfermo escribe genial, ni el da Vinci vamos. Seguro que el Stendhal era galés,lo ves? A recuperarte en Al andalus que es donde mejor se está!!xd
Un abrazo!

W. dijo...

...y Silvio y Ojalá como cohartada...


El Stendhal este es el que se caia cuando paseaba por Florencia, no? Es bonito estar enfermo de eso. Cuidate. Ciao

Anónimo dijo...

No, no es Stendhal, es arte. Los drogadictos de la belleza, los devotos de la belleza, los que tiran su vida por la borda por seguir el rastro de la belleza, los que dependen de sus retinas, de sus oidos, de las yemas de sus dedos, los que exprimentan el horror vacui ante la negación de la cosa más hermosa, los que lloran ante la Victoria de Samotracia, o frente a un amanecer, o a unos ojos, o a unos labios...son enfermos, drogadictos.

No es Stendhal, es arte, si se ha manifestado la enfermedad, enhorabuena. Sufrirás lo indecible, y ni si quiera tu obra podrá curarte, no te lo creas.

Decía aquel que "No hay arte sin amor" es una religión, un credo absoluto al que hay que consagrarse.
Ama, crea y disfruta, me da la impresión de que es una dolencia crónica y no la cubre la Seguridad Social, así que mejor conviértete y asúmelo: somos lo que somos.

Las piedras también tienen corazón, uno de piedra, pero que sangra y llora. La fase dos es melancolía, el estado perpétuo, la pose perpétua...mantente sereno y enamorado.
Es un remedio casero, pero lo mismo funciona ;)) (a mi me funciona).

Un beso

Anónimo dijo...

Hermoso lo que escribís! Nunca había oído hablar de dicha enfermedad.. pero afortunado el que la padece, en lugar de otras!
Besos!

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Un libro

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Un saco de huesos, Stephen King