And do you brush your teeth before you kiss? Do you miss my smell? What about me? What about me? What about...?


Va dejando trozos de él por todas partes. Algún día desaparecerá conforme anda.

martes, 8 de abril de 2008

Una rosa roja (las veces que haga falta)


La American Beauty es una variedad de rosa modificada genéticamente con el fin de alcanzar la perfección: roja, de pétalos suaves, frondosa, sin espinas… pero a su vez defectuosa, sin olor. De esta hermosa metáfora se sirvieron Sam Mendes y Alan Ball como más que adecuado análisis de la clase media americana hoy en día. Les valió 5 estatuillas y el reconocimiento a un debut sonado, una nueva promesa en un Hollywood cada vez más narcisista.
________American Beauty es, para el que escribe, la PELÍCULA convertida automáticamente en obra maestra. Recordemos que ese mismo año competía con títulos tan destacados como Magnolia, La milla verde, El sexto sentido o Cómo ser John Malkovich, lo que hace aún remarcables sus logros. Desde el sugerente póster con el ombligo y la rosa –toda una odisea diferenciarla con firmeza de American Pie, estrenada por aquel entonces- hasta los títulos de crédito, los creadores dan un ejemplo de elegancia, ironía, clasicismo y a la vez modernidad.
________Los Durham son un matrimonio en declive con una hija cuya mayor aspiración es ponerse tetas nuevas para ser tan atractiva como su mejor amiga (espectacular descubrimiento de Mena Suvari, a la que posteriormente veríamos en A dos metros bajo tierra). El problema surge con la llegada de unos nuevos vecinos, y cuando el señor Durham (brillantísimo Kevin Spacey) se enamora de la amiga de su hija. El argumento podría ser cualquier otro, ya que de lo que en realidad se trata es de reflejar ese desengaño, esa imagen que es toda la máscara de perfección bajo la que subyacen las miserias de cualquier pueblo. No obstante, la historia bebe, según cita el propio guionista Alan Ball, de un cuento de John Cheever, narrador americano por excelencia. No es casual, por tanto, el empleo del clásico suburb (barrio periférico) como localización principal, como vimos, por ejemplo, en Terciopelo azul de Lynch o en las televisivas Mujeres desesperadas.
Mendes nos regaló varias escenas que han pasado a la historia del cine, como la lluvia de pétalos rojos sobre el cuerpo tentador de Angela en la bañera, o la danza de una bolsa de plástico con el viento, mano a mano en lo que acaba siendo el culmen del síndrome de Stendhal: “A veces hay tantísima belleza en el mundo que siento que no lo aguanto y que mi corazón se está derrumbando”.
________Obviamente, ésta supuso también la primera colaboración entre Mendes y el compositor Thomas Newman, que apuesta por una banda sonora prácticamente instrumental, sencilla, nítida, y a la vez efectiva, ya que envuelve a cada escena en un halo de melancolía tan dolorosa como ese exceso de belleza. A destacar los cortes Mental boy y Angela Undress, ambos sobre la misma base sonora, desgarradores.
________Por su parte, el reparto es magistral, pero me quedo si duda con una Annette Bening grandísima a la que le arrebató el Oscar Hillary Swank por Boys don’t cry. Yo se lo hubiera entregado a Bening tan sólo por la escena en la que se deja caer al suelo aferrándose a la ropa del armario a la vez que a los restos de su cordura podrida por la culpa. Escalofriante el llanto.
________En definitiva, American Beauty se trata de la historia de América, del despertar, de la belleza. Y de la certeza de que la muerte es una parte más de la vida. Cuesta creer que esa fotografía cálida e insinuante acompañe a una historia tan tajante, y a su vez que de ésta se desprenda un mensaje eterno y alentador: carpe diem. Aunque vida y muerte vayan cogidas de la mano. Aunque las mentiras sangren. Aunque la belleza duela.

4 comentarios:

Klover dijo...

Extraña sensación al recordar esta película, gracias por ello.

Un besote rubiales

IMANOL ABAD dijo...

Completamente de acuerdo, un peliculón.

Indi dijo...

Nunca olvidaré ese año de cine. Ni el oscar a Michael Caine, ni el oscar a tu "la PELICULA". Me pegué un atracón de pizza viendo la ceremonia y lloré.
Fue un año de esos en lo que por alguna extraña razón estás al 100% con los críticos, cuando dicen aquello de: "La obra maestra es tal, pero todos sabemos que ganará cual".

Sobre gustos colores, ya se sabe.

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho el comentario... Apariencias.... ¿Acaso somos algo más?

lamusique

No podría vivir sin

eveybody's gotta learn sometimes

Un libro

Un libro
Un saco de huesos, Stephen King