And do you brush your teeth before you kiss? Do you miss my smell? What about me? What about me? What about...?
Va dejando trozos de él por todas partes. Algún día desaparecerá conforme anda.
Ahora en JOSE ALBERTO ARIAS
domingo, 23 de mayo de 2010
De cuando Lost acabó con el franquismo
Este señor horrible llamado Franco tenía sueños de grandeza de una utopía que, para qué negarlo, logró llevar a la realidad. Durante la República (y en los círculos intelectuales durante el franquismo) hablar y comprender el francés y el inglés era algo muy bien visto. No obstante, esto entraba en detrimento de los sueños del "gran dictador". Por una nación, un país, un territorio deben tener UNA lengua, y en nuestro caso ésta no era ni más ni menos que el español. Así pues, ni gallego, ni vasco ni catalán, ni mucho menos inglés o francés: aquí se hablaba español, hostias ya. Además, como el Estado controlaba casi todo lo que entraba, los traductores vivieron tiempos de bonanza: no tanto los libros como las películas se traducían y doblaban por completo. De este modo encontrábamos que el pueblo, las grandes masas, sólo podían ver películas de a)Joselito y Marisol; b)películas dobladas y a veces censuradas; c)más tarde, pelis de tetas y landismo. Y pensar que había quien les reía las gracias a todos esos. Había quien lograba saltarse la censura con ingenio: por ejemplo, el subtexto de las cintas de Saura era muy rico, muy valiente.
Total, el pueblo español se deja absorber por la comodidad de lo que viene hecho, la ley del mínimo esfuerzo, y como no era preciso aprender otro idioma para ir a las películas, se fue dejando. Pasó que la sociedad lo asumió como un orden natural y basaban su argumento en: si yo soy español, ¿por qué tengo que aprender inglés para ver una película? Pero amigo, no lo tienes que aprender, basta con que leas los subtítulos. Cuando lleves cinco películas así, te acostumbrarás. Aquí tenemos el mensaje: el doblaje es un síntoma, una secuela del franquismo. En Portugal (y en menor medida en Francia), que están al lado, los cines y la televisión son en VO con subtítulos. Acabó la dictadura, murió Franco-lo-dejaré-todo-atado-y-bien-atado y las secuelas de ese tiempo de ese tiempo de sometimiento. Nadie podría proponer acabar con el doblaje de un día para otro. Los intelectuales (otra vez ellos) pasaban por puros nerds si sugerían ver las películas en versión original "para apreciar las interpretaciones, los matices de las voces"... Pero es que...si estoy leyendo me pierdo lo que pasa en pantalla y las actuaciones. ¡Pero amigo! Tú es que no distinguirías una actuación buena aunque te escupiera en la cara!
Y llegó LOST.
Recuerdo que fue el año de dos grandes descubrimientos televisivos más allá de la manida televisión por cable: Mujeres desesperadas en comedia y Lost en drama. También es verdad que ambas series han tenido suertes distintas, si bien ambas tuvieron una primera temporada que aportó un rayo de luz al aburrido panorama televisivo. Y el misterio de Perdidos, su continuo intento de dejarnos desarmados, su acumulación de interrogantes vencieron a la pereza derivada del franquismo. La gente empezó a tirar de Emule (hasta entonces reservado para la música) para bajarla rápido (recordemos que empezó a emitirse de manera ridícula e irregular por La Primera), ya que nos llegaba con meses de retraso, doblada y cuando ya sabíamos lo que sucedía dos temporadas más adelante. Descubrimos una escotilla. Humo negro. Rugidos, susurros. Gente que vive en el bosque. Conejos blancos. Y ya estábamos enganchados.
Pero no sólo a LOST. Descubrimos que una vez has probado el original, las series dobladas, el cine doblado no tienen ninguna gracia. Y probamos comedias nuevas, series de culto, volvimos a los orígenes del movimiento fan, nos hicimos miembros de webs especializadas. Lost era un producto tan adictivo que no había barrera insalvable entre las personas. Gente de derechas y de izquierdas en el mismo foro, en el mismo sofá tratando de discernir por qué Locke puede andar y Rose ya no tiene cáncer, o qué es ese pie de cuatro dedos... Por fin España parecía un país, sólo uno en el que podíamos disfrutar en inglés y olvidarnos del doblaje. Y descubrimos que igual estaban en Francia (con lo especialitos que son los franceses), Italia o Suecia. Y la gente descargaba Urgencias, A dos metros bajo tierra, The Big Bang Theory... y películas y series inglesas (esas grandes desconocidas). Proliferaron los blogs sobre series, las páginas especializadas, las series de televisión tomaron periódicos y revistas, la gente hablaba y habla por la calle de temporadas, spoilers, cliffhangers... Yo, como la mayoría, empecé a descargar gracias a Lost. La proliferación de páginas de streaming, el descubrimiento de páginas y alternativas de descarga, los torrents, megauploads y su puta madre nos hicieron adictos a Internet. Cada vez se consume más cultura y, paradójicamente, se lee menos. O más, quién sabe si con el libro electrónico y la piratería cultural la gente leerá a Sartre en el metro. Quién sabe...
Lo único que queda claro es que Lost nos unió para siempre, y ya se sabe: lo que ha unido Lost, que no lo separe nadie. Y si Lost ha sido capaz de derrotar una barrera, un lastre tan sucio como el del doblaje, es normal que esta noche millones de personas permanezcan en vilo para saber si al final Jack vivirá, si todos dejarán la isla o no. Está clarísimo que Juliet será la madre del hijo de Jack, porque todos queremos a la rubia. Y también que Desmond y Penny acabarán juntos, que para algo la suya es una historia de amor de esas que tanto les gustan a los yankies bigger than life. Y me la pela que nunca lleguemos a saber a qué vienen los numeritos de marras, ni quién era la madre loca de Jacob y MIB, ni de dónde han salido los poderes de la isla, ni quién se hará cargo de Ji Yeon. Sólo sé que yo también he llorado con la llamada de Desmond a Penny o la muerte de Charlie, que nunca me parecerá una locura que alguien se etiquete "Not Penny's boat" en la espalda o que nunca me brillará tanto el pelo como a Kate en un aeropuerto de noche. Y siempre, siempre querré a Desmond, a Faraday, Claire y Juliet. El camino ha sido largo, pero ha sido el mejor viaje de mi vida y no me ha hecho falta Biodramina (aunque en según qué momentos, casi...), y he hecho amigos y me he enamorado y he reído y llorado, y que eso lo haya logrado una serie de televisión creo que viene a explicar bastante bien cómo las consideraciones sobre éstas han cambiado bastante. Así que sólo nos queda esperar, ver y disfrutar... lo de juzgar lo dejaremos para los aguafiestas de siempre, ya que ahora está tan de moda decir que LOST no es para tanto. El país que ve Perdidos unido, permanece unido. QUE EMITEN UNA SERIE ESTADOUNIDENSE EN 'TIEMPO REAL'. Esto va a ser con toda probabilidad el mayor acontecimiento de la historia de la televisión.
Sin doblaje. Jódete, Franco. No, si el final de Lost es que readmitan a Garzón en el sistema judicial español. O algo parecido.
Mañana el mundo será un poco más gris. Os dejo con las muertes. In memoriam...
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5 comentarios:
Me has hecho llorar, qué gran post. Imagino que a los españoles les emocionará aún más. Un abrazo.
Yo también prometo querer siempre a Desmond y a Faraday, pero antes que Claire y Juliet prefiero a Charlie, era una monada ;)
a muerte con Lost, tb con franco, pero al contrario
Yo sí que lloré cuando murió Charlie...Y siempre amaré a Jack, no habrá nadie más después de él. Y prometo llorar en unas horas
Boicot!!!
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