And do you brush your teeth before you kiss? Do you miss my smell? What about me? What about me? What about...?


Va dejando trozos de él por todas partes. Algún día desaparecerá conforme anda.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Un fin de semana distinto


Bajo en el ascensor para abrir el buzón. Tras un tiempo sin pasar por casa esperas cartas o postales. Bajo en pijama y chaqueta con la esperanza de que nadie me descubra de esta guisa. Hay dos postales, soy feliz.
Un fin de semana puede ser una locura. El viernes me levanté a las 6 y media para coger el bus a Jaén. En Jaén caminé desde las afueras hasta la estación de tren. Salí a las 10 y llegué a Córdoba a las 11 y media. Qué calor en Córdoba, hostia ya. Menos mal que sólo llevaba en la mochila unos calzoncillos, unos calcetines, un pijama y otra camiseta. Con el tiempo he aprendido eso de austeridad de medios. Reencuentro con los escritores. Qué locura, hasta nos cruzamos (por la cara) con María Rosal en medio de la calle. Muy simpática. La tarde comiendo, andando, hablando, helados, espera, ¿qué esperas? Esperábamos que en Córdoba se celebraba Eutopía 2009, y esa noche misma en el festival concierto con un gran cartel. The Right Ons+We Are Standard+Love of Lesbian+Vetusta Morla. Naturalmente, nosotros íbamos por estos últimos. No he estado en muchos conciertos porque nunca he vivido esa pasión por la música que emanan otros hogares, pero sé reconocer si un concierto es bueno. The Right Ons cumplieron, aunque apremiaban los kebabs y creo que no nos perdimos demasiado. Temíamos lo peor, y contra todo pronóstico Vetusta no fueron los últimos. Love of Lesbian calentaron muy bien el ambiente, había cierta química en el ambiente y sabían involucrar al público (cuánto gafapasta, cuánto modernillo), de modo que entre canción y canción hacían alusiones a los Vetusta Morla para irlos presentando. Y es que, para qué engañarnos, la mayoría de la gente que estábamos ahí por ver al grupo de Pucho. Nosotros aprovechamos la despedida de los Lesbian para abrirnos paso entre la multitud y nos colocamos al final en una cuarta, quinta fila (al menos yo). Cuando llegaron los héroes de la noche, la magia de la música española, ese soplo de aire fresco, las gentes y gentas se abalanzaron desde las gradas y bajaron en masa. Arrancaron con “Autocrítica”, nos enseñaron alguna de sus nuevas perlas, pero la apoteosis llegó con Valiente. “Oh, my, God” Qué locura de cuerpos gritando y botando, berreando las canciones, qué gran verdad: Ser valiente no es sólo cuestión de suerte…, hilaron con un Sharabbey Road donde Pucho se permitió desfasar con el público, que estuvimos coreando estribillos sin letra durante al menos 10 minutos a grito pelado. Se fueron, volvieron (todo buen artista tiene sus bises) y nos dejaron encantados con La cuadratura del círculo retumbando en nuestros oídos.

Ahora sé que me gustan los conciertos, llamar a los amigos en o-canciones especiales y compartir la magia de un directo que desbordaban por los cuatro costados. Qué máquinas, no nos permitieron un respiro. No he sudado más casi que en toda mi vida. En cuanto acabó la gente se dispersó. Total, ya hemos visto a los que queríamos ver y estamos empapados en sudor. We are Standard tocaron con los festivaleros de pro en esa demencia de guitarras, punk, electrónica y más y más locura, y yo sólo los vi un poquito al final.
Cuando volví al piso (las pastillas, no te has tomao las pastillas) a las 3 de la mañana o así, en ese momento, justo en ese momento, en mi pueblo, y os cuento, en mi pueblo alguien mataba a dos gatitos negros y los colocaba el uno frente al otro, con las patitas juntas, como si se debieran mirar a los ojos por siempre jamás. Dos bebés. Al día siguiente la madre, una gata delgadísima, buscaba junto al gatito restante a los hijos perdidos ajena a la crueldad de cualquier gilipollas que no se podía haber quedado en casa haciéndose una paja hasta que le salieran llagas en la mano. A hostias se tenían que resolver esas cosas. En mi pueblo resulta que matan gatitos negros mientras pasan cosas extrañísimas: mi pueblo es Bélmez de la Moraleda, el de las Caras. He encontrado unas cosas tan inquietantes que me han hecho pensar cómo es posible tal y tal.
Total, mientras ese desaprensivo colocaba a un gatito frente al otro en la calle vecina a la casa de las Caras, en ese instante yo, que en la noche del viernes no me sentía colmado de música, escuchaba Radio 3 (¡quiero que actualicen los podcasts ya!) en la cama antes de dormir.
El sábado nos levantamos para comer en un italiano, dar una vuelta por las proximidades de la Mezquita y volver (yo, que Granada esperaba con la boca abierta, no ya los brazos) a casa con la certeza de haber asistido a uno de los mejores directos que existen en toda España y parte del mundo, con la alegría de haber vuelto a ver a mis amigos. Los amigos siempre están ahí.


Lo único que eché en falta fue que cantaran Al respirar, aunque por un amigo de una amiga sé que no la cantaron por cuestión de tiempo, es la canción más larga. ¡Mírame, soy feliz!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Al margen de que por "la diferencia horaria" sólo conozco a Vetusta y eso por tu blog, es curioso que el viernes y el sábado estuvimos en Córdoba, sintiendo su magia, reencontrándome (hice la p. mili allí) con la judería y sus rincones llenos de "cosas" indescriptibles. Me ha gustado volver tanto tiempo después. Si sabemos que estás allí hubiéramos comido juntos: las tabernas son todo un lujo, que en Granada tendrían que ir aprendiendo, con toda la leyenda de que aquí se tapea barato.
Nosotros quisimos ver el taller de arte de Eutopía, pero no llegamos: demasiadas cosas que ver.
Rigoletto

Anónimo dijo...

Tu juego siempre me deja así.


gracias


Sil

Lu dijo...

Wolaaaa
Bastante tiempo llevaba ya sin leerte, me alegro que te lo pasaras bien en el Eutopía, a Adri le habría gustao ir (o eso me dijo). Yo tengo ganas de conocer Córdoba.

Me voy a dormir, mañana empiezo las clases·ª

Los de tu pueblo están tocaos U.u

Adri dijo...

A lo mejor los gatos se suicidaron a lo Romeo y Julieta. La tragedia shakespiriana tb puede tener su dimensión gatuna. Por cierto no te lo vas a creer, pero en una de mis asiganturas me voy a pasar haciendo todo el año una traducción de una parte de un libro sobre la HBO. Y cada serie tiene su capítulo y todo. Cuando vengas te lo tengo que enseñar xD.

lamusique

No podría vivir sin

eveybody's gotta learn sometimes

Un libro

Un libro
Un saco de huesos, Stephen King