And do you brush your teeth before you kiss? Do you miss my smell? What about me? What about me? What about...?


Va dejando trozos de él por todas partes. Algún día desaparecerá conforme anda.

martes, 6 de octubre de 2009

Días de cine


No voy al cine porque es un vicio demasiado caro. Ésta es la excusa que utiliza mucha gente en España para no llenar las salas de cines que (y esto es una pena) cada vez son más parecidos entre sí. Cierto, en España el cine es carísimo, en los últimos años el precio ha ascendido en un 40% (una barbaridad), mientras que en otros países como Italia o Alemania, aunque ha subido también, lo ha hecho por debajo del 5%. Es que claro, la entrada 5 y pico, 6 + refresco + palomitas grandes= al final se te van casi 15 euros por ir al cine.
Vayamos por partes: hoy en día existen descuentos en cine (entre semana, claro) para los menores de 30 años con carnet joven y para los jubilados con carnet de jubilado. Así pues, nos queda en medio un sector de público potencial de entre 30 y 60 años, más o menos. Como bien sabemos, el público ideal es el comprendido entre los 15 y 30 años: disponen de mucho tiempo libre, van en grupo y consumen. Si estos van, la cosa funciona. En los estados juntitos el precio del cine parece ser que está tirado, la gente va en avalancha y así logra funcionar la industria de los sueños (se retroalimenta)

El negocio del cine
La entrada es lo de menos. Palomitas. ¿Cuánto cuesta el maíz? Una miseria. ¿A cuánto venden las palomitas en el cine? ¿A 4, 5, 6 leuros? Refrescos: el más pequeño, una cocacola de grifo con medio vaso de hielo, no te baja de 2 euros. Si subes de tamaño, los precios se disparan. No se te ocurra mirar los lacasitos o patatas fritas, que doblan o triplican el precio de venta al público en supermercados. La máxima del dueño de una cadena de multicines es: compra y multiplica, pon en la puerta a un tipo con cara de “gorila de discoteca” y así parecerá que están infringiendo la ley por entrar comida al cine, tu cine. Conoce tus derechos: puedes entrar con una lata de cocacola de menos de 40 céntimos, con una cerveza, una bolsa de patatas o cualquier aperitivo. No te pueden decir nada. Hombre, está feo que entres con pipas por dos razones: haces ruido y lo pones todo perdido.

Tipo de cine
Dado el auge de los multicines, cientos, miles de salas de cine han cerrado en todo el país. En Granada, sin ir más lejos, hace dos años yo iba al Aliatar a ver pelis de Jarmusch, vi Match Point, bastante cine independiente. Ahora hay una tienda de ropa y una discoteca (otra). Eran el reducto del buen cine en vista de que los multicines sólo apostaban por el cine palomitero, que a partir de ya conoceremos como
Cine obvio: para borregos, no es que sea de mala calidad. De hecho, puede ser de calidad excelente, pero está tan masticado y procesado que puede llegar a cualquier tipo de público. Aquí entran desde Transformers hasta Revolutionary Road. Se trata del cine por el que los multicines matarían.
PERO luego tenemos el cine para sibaritas, el cine por el que tienes que esperar dos o tres años desde su estreno para que llegue a las salas españolas (si llega), mal distribuido, doblado y en salas contadas en semanas contadas. De estas películas, como decía, se encargaban hasta ahora los cines de barrio, salas únicas o dobles que apostaban (o apuestan, los supervivientes) por el cine denostado: europeo, independiente, español… Este cine tiene un público más reducido, de nivel socio-cultural medio-alto, que está dispuesto a gastar dinero en cine como inversión en cultura, no mero ocio. Y se lo pueden permitir, lo cual es importante. Son los espectadores que van hasta una vez a la semana. Algunos multicines pequeños no tienen más que apostar por este cine, como hace en Granada Multicines Centro, donde no es difícil ver películas que aguantan en pantalla mes tras mes a pesar de que no son muy taquilleras.

Total, creo que el problema del cine en España, más allá del precio abusivo, es que la gente no se lo plantea como cultura sino como simple entretenimiento. No obstante, como he comentado antes, ir al cine no tiene por qué resultar tan caro. Con carnet o acogiéndose a alguna promoción (muchos cines tienen convenios con bancos y páginas web), comprando una tarifa plana mensual (hay cines, pocos, que disponen de este servicio), la entrada puede salir a 4, 4-5 euros. Si llevamos la bebida y las palomitas de casa (fea costumbre ésta de comer en el cine), el cine nos puede salir por poco más de 5, 6 euros. Digo yo que es un precio asequible para ir, al menos, una vez al mes y no dejarnos llevar por el top manta (ni siquiera vale la pena con la calidad de mierda, y además estamos financiando mafias de tráfico humano!!!), o podemos optar, si alguien argumenta que como en casa en ningún sitio, por alquilar la película en un videoclub (un puto euro de mierda y puedes elegir idioma y los extras que quieras ver, pasar escenas aburridas, verla a la hora que quieras…). Si todo el mundo fuera al cine al menos una vez al mes, es decir, 12 veces al año, probablemente la crisis de la industria cinematográfica se iría al garete, los precios se harían más asequibles, la gente iría más al cine… como veis, la pescadilla que se muerde la cola. Ayer estuve viendo [Rec] 2, que recomiendo muy mucho ver en pantalla grande, y mañana veré con toda seguridad Destino: Woodstock. Mis padres no pueden ir al cine porque en mi pueblo no hay, pero creo que yo me he desquitado bien en cuatro o cinco años yendo AL MENOS una vez por semana, arrastrando a amigos y mis hermanos conmigo.

Que salte el listo de turno y diga: pero Jose, tú te descargas muchas películas. Cierto, me descargo muchas que no llegan a España o que llegan irremediablemente dobladas, pero también las compro si tengo la ocasión, voy al videoclub, saco pelis de bibliotecas, voy a la filmoteca de la Universidad de Granada (3 eurillos no está mal, ¿cierto? Lo menos que se puede hacer es perdonarme que descargue películas por valorar las actuaciones. Y vosotros, ¿vais mucho al cine?

5 comentarios:

Rebeca Sánchez dijo...

Es prohibitivo ir al cine, a mi me encanta, estar en la sala, el sonido, el frío que hace por dios que aprendan a regular el termostato... pero aún así a pesar de la gente maleducada, de los moviles sin apagar, de los niños gritones, adoro ir al cine... voy poco porque mi economía se resiente y voy a ver películas muy contadas, tampoco es que descargue muchas pok tengo un monton en la recámara y tengo las series y los libros así que el cine se está quedando en un tercer plano

Anónimo dijo...

Yo he estado temporadas enteras de mi niñez yendo a diario al cine de mi pueblo, donde cambiaban cada día el programa. Más de dos o tres días sin cine era una sitaución de angustia. De ahí a desinteresarme totalmente (ni siquiera veo las pelis que compro con los periódicos: las de Publico son muy buenas), hay todo un proceso.
Para empezar, no soporto las palomitas, por el ruido y la peste. Así que tedrían que prohibirlas, directamente.
Las salas no tienen ningún encanto. Me gustaba ir pronto para ver ómo se iba llenando la sala, con las luces encendidas, saludar a los amigos que iban viniendo, etc. Ahora tapan con oscuridad los lamparones (incluidos los de esperma).
Las películas me parecen siempre la misma. Qué pocas cosas nuevas, quiero decir: realmente nuevas, se ven en al cine.
Así que no voy desde las navidades, en que vi una peli (Australia)que me gustó porque era una especie de mezcla de western de mis tiempos, Memorias de África, Lo que el viento se llevó y cocodrilo Dundee. Cuatro en uno.
Ahora, cualquier día de estos, igual me escapo a ver la de Darín, que me la han puesto muy bien.
Saludos,
Rigoletto

palomitera dijo...

Odio llamar a alguien para ver una peli que vale mucho la pena ver en el cine y que te diga ¡me la he descargado! LO ODIO.

PD: Voy a comprar el Madrigal y reconvertirlo en una sala para películas en VOSE. XD.

alguien dijo...

¿Lo compramos a medias, palomitera?

One of the two idiots dijo...

Adri:

En Londres el cine SÍ que es caro. Aunque a lo mejor te haría ilusión ver una peli en Leicester Square que es como la meca del cine en esta ciudad...

lamusique

No podría vivir sin

eveybody's gotta learn sometimes

Un libro

Un libro
Un saco de huesos, Stephen King