And do you brush your teeth before you kiss? Do you miss my smell? What about me? What about me? What about...?


Va dejando trozos de él por todas partes. Algún día desaparecerá conforme anda.

jueves, 8 de abril de 2010

El escritor de Polanski


AY MAMI, ¿QUÉ SERÁ LO QUE TIENE EL NEGRO?

Hay un frente abierto en el cine. Frente a la agria y anticuada moral americana que censura indistintamente al artista y su obra, Europa volvió a rendirse ante un último Polanski que, para qué negarlo, sigue en plena forma. Y es que si hay algo indiscutible, esto es el hecho de que Roman Polanski es uno de los mejores directores de la Historia. La polémica no es algo exento al frente abierto ante el director y sus simpatizantes (muchos estadounidenses afirman que no verán películas de Johnny Depp o Ewan McGregor porque apoyan a Polanski como artista), qué va: la historia, la trama que narra El escritor se basa impúdicamente en personas y hechos reales como Tony Blair, y es incontestable, o la guerra de Irak. Cuando Tarantino reescribió la Historia en Malditos bastardos, muchos le llamaron genio; Polanski escribe una Historia alternativa con personajes que son poco más que el seudónimo de políticos reales, a pesar de que el conflicto es el mismo. Ha tenido que pasar un tiempo para que el cine se haya podido alimentar de la guerra de Estados Unidos contra Irak. Nos llegó la angustiosa Redacted de un desinflado De Palma; hace nada la Academia ha reconocido a la beligerante y condescendiente En tierra hostil, pero ha tenido que llegar Polanski para que hablemos de tribunales de guerra y culpables. Por mucho que incomode a los poderosos.

El punto de partida es asimismo un acierto: un escritor hábil recibe el encargo de escribir las memorias del Primer Ministro británico, esto es, hacer de negro. Más allá de que un lumbreras no haya decidido titular la película como El negro del presidente u otro horror, la situación tiene chicha y recuerda a la novela ¡Otra maldita novela sobre la guerra civil!. El escritor anterior ha aparecido muerto en la playa, como si la presión hubiera podido con él. Ewan McGregor lleva adelante el peso de la película en un papel pensado inicialmente para Nicolas Cage y lo borda. Está interesado, aburrido, angustiado, sexy, preocupado… según lo requiera el papel. Lo acompañan Pierce Brosnan como Primer Ministro en otro intento de olvidar la sombra de Bond, Olivia Williams, que deja de ser chica Whedon para convertirse en una señora de… extraordinaria. Incluso el resto del repartazo, todo un acierto de casting, encaja como un rompecabezas perfecto: Kim Catrall, Tom Wilkinson, Tomothy Hutton, James Belushi…


¿Qué sucede, pues? Sucede que el escritor anónimo (no conoceremos el nombre de McGregor en toda la película) comienza a averiguar cosas sobre el mandato del presidente y su ascenso político. Sucede que tiene un acuerdo de confidencialidad con el Primer Ministro y otro de exclusividad con la editorial, y sucede que se encuentra en el centro del huracán de una persecución. Así pues, encontramos un personaje normal que por causas ajenas a él acaba acorralado y angustiado, como ya sucedía con los protagonistas del El pianista, El quimérico inquilino o Rosemary’s baby, por citar algunos de los mejores trabajos del director polaco. El thriller político, como buen thriller, tiene aroma hitchcockiano, es decir, con pulso y buen guión, aunque sin grandes artificios que desvíen la atención.


Así pues, volvemos a encontrar una película sólida y entretenida, con buenas interpretaciones y dilemas morales muy interesantes. La película con la que Polanski obtuvo el Oso de Plata mientras estaba bajo arresto domiciliario. Una verdad incómoda, la que trata El escritor, que además hace justicia a todos los “negros” que escriben a la sombra biografías y libros de todo tipo para famosos. Ah, y una película con un desenlace muy consecuente con la honestidad del resto del relato, de esas que vale la pena saborear en el cine.

No hay comentarios:

lamusique

No podría vivir sin

eveybody's gotta learn sometimes

Un libro

Un libro
Un saco de huesos, Stephen King