And do you brush your teeth before you kiss? Do you miss my smell? What about me? What about me? What about...?


Va dejando trozos de él por todas partes. Algún día desaparecerá conforme anda.

jueves, 6 de agosto de 2009

Xabier: Autorretrato

[El siguiente texto pertenece al diario de mi padre; lo escribió durante el año 2003, año en que falleció en diciembre. Ahora, en 2009, todos los días trascribo el día correspondiente. Gracias por leerlo.]

06-08-2003

Esta mañana estuve en el parque, junto a la casa de verano de la familia Lorca. Más de una vez he hablado con Paco*, uno de mi quinta, que es una pena que un poeta no llegue a hacer su retrato, porque nadie como uno mismo sabrá destacar sus detalles, y la propia palabra lo dice, "autorretrato" lo hace uno mismo. Esta mañana, en el parque, a la sombra de uno de esas horrendas palmeras que han puesto para refrescar la espera a los turistas, me he acordado de Federico. Le cortaron la vida tan pronto que no tuvo tiempo de hacer su autorretrato, por mucho que hablara de su niñez en el Romancero o la deformara con su Poeta en Nueva York. Hablé ayer con Elvira; vino a verme y me dijo que le hacen falta tres o cuatro poemas más para concretar Espejilandia. Al fin he decidido escribir mi autorretrato, lo único en lo que he podido pensar durante todo el día.


Autorretrato
Nuestras vidas son los ríos
que van a dar a la mar
que es el morir;
JORGE MANRIQUE

Maman me llamaba Petit Chêne

porque lo primero que vi fueron las hojas

del roble de corteza dura, roja.

Todo hombre guarda un árbol dentro.

Haya lo que haya, en la villa bebí donde

los potros al abrigo de las hayas y zaldiak,

estragos de corriente salvaje,

de aguas que saltan y salpican cuanto les rodea.

Vi morir y matarse a hermanos de dos bandos,

me helaron el corazón

nacional y republicano, dos caras de una moneda;

que veinte años no es nada.

Pinos, cipreses, muchos cipreses, más cipreses,

viñedos y olivos, abetos, matorrales deshechos.

Todo hombre guarda un río dentro.

Una rosa blanca con pintas rojas,

—¿Cómo te llamas? —Yo Carmela.

Enchanté, ¿nos vemos luego?

Nos vimos siempre, recogimos margaritas y

amapolas en su pelo. Desgranamos los años

sin ganas, ocho uvas, tres pasa(da)s…

Todo hombre guarda una mujer dentro.

Recogí en la senectud, a la sombra de un naranjo,

curvas y sedimentos, manos que arrullar,

ojos que grabar en mi recuerdo.

Ahora aquí, en el huerto del poeta veo pasar

las horas, testigo de un peral que ya no crece,

ni muere, ni da peras ni hace nada.

Como yo.

Pero desde este banco descascado ya se dibuja el delta,

ya se entrevé el mar con su horizonte

finito.


Xabier Bollaín Hurel


*Don Francisco Ayala

2 comentarios:

Recién Merendada dijo...

Una vida resumida en versos... maravilloso!

Rosa dijo...

Precioso, gracias.

lamusique

No podría vivir sin

eveybody's gotta learn sometimes

Un libro

Un libro
Un saco de huesos, Stephen King