Cuentacuentos 30

Según la iniciativa de El Cuentacuentos, un cuento a partir de una frase

Frase de Queralt: "Hola, ¿bailas conmigo?"

Aquí os dejo un fragmento de un proyecto de novela. Joan Capdevilla es un agente de policía encargado del asesinato de Úrsula Blanco, de 23 años. Úrsula tenía una hermana gemela que se llama Nadia. La historia comienza con el testimonio de Nadia acerca de la noche en que murió su hermana ante Joan. La joven menciona la presencia de Jorge Silva, supuestamente el novio de Úrsula. Espero que no os perdáis: Joan Capdevilla (policía), Úrsula (gemela muerta), Nadia (gemela viva) y Jorge (novio de Úrsula) xD

Úrsula muere (I)

-Hola, ¿bailas conmigo? –me preguntó.
_______Y yo le respondí:
_______-¿De qué vas?

_______No lo había visto apenas en mi vida, ni siquiera sabía quién era. Dices que se llama Jorge, ¿no? Sí, eso, Jorge… pues se me acercó y yo lo mandé a la mierda a la primera pensando que lo mismo me había confundido con Úrsula. Ni siquiera sabía cómo se llamaba y yo estaba con mis amigos, no tenía ganas de seguirle el rollo al primero que se cruzara conmigo.
_______Fueron las únicas palabras que crucé con él hasta hoy. Ese día era viernes, aunque nuestro cumpleaños fue el miércoles anterior. Lo pasamos al fin de semana cada una por su cuenta porque era más fácil quedar con todo el mundo y eso. Yo salí de casa a las nueve de la noche y quedé con una amiga, Lisa. Fuimos a su casa, recogimos a otros amigos y compramos las bebidas. Después estuvimos de tapas hasta las doce más o menos, recogimos lo que habíamos comprado y vinimos a la plaza.
_______Estaba todo hasta lo alto, pero buscamos un hueco y estuvimos allí sin ningún problema. Entonces fue cuando llegó el chaval éste y se me acercó, pero se daría cuenta de que no era yo y se perdió tan rápido como había aparecido. El resto de la noche fue como cualquier otra. Cuando mis amigos empezaron a cantar el “Cumpleaños feliz” se oyó en toda la plaza. Me cogieron a hombros y vi a Úrsula con sus amigos no muy lejos de donde estábamos nosotros. Ellos también estaban cantando.
_______Nos tuvimos que mover cuando llegaron unos de los tuyos, vamos, unos policías que nos echaron de la plaza. Los vecinos se habían quejado del ruido o algo de eso, pero ya habíamos acabado con las bebidas que habíamos comprado, serían casi las tres de la mañana, así que recogimos, metimos lo poco que quedaba en un coche, en el coche de Juande, y nos pusimos en la cola de la Manderlay. Úrsula entró cogida de la mano de ese Jorge con su grupo, y nosotros tuvimos que esperar un poco más porque los porteros tuvieron problemas con alguien de la cola.
_______Cuando entramos no vi a nadie aparte de mis amigos. No volví a cruzarme con Jorge en toda la noche. No, tampoco cuando salimos. Se habían ido casi todos mis amigos, estábamos tres de todo el grupo. A las siete no quedaba mucha gente y la discoteca cerró las puertas, así que tuvimos que salir a la calle. Úrsula iba sola, me la crucé en la puerta y la felicité. Me felicitó ella también y volví con mis amigos. Entonces pasó todo… pasó… Como si… no puedo, no sé…
_______Ella se montó en una moto con un tío al que tampoco conozco, se marcharon y a los pocos segundos se oyó el chirrido, el golpe y un grito. Después de ese grito hubo muchos más, pero el primero era de Úrsula, lo reconocí cuando lo oí. La masa de gente corrió. Ya era prácticamente de día, y aunque con toda la gente por medio no se veía nada de lo que había pasado un montón de humo salía de la carretera. Nos acercamos mientras la gente pedía una ambulancia, gritaban más y algunos vecinos se asomaban a las ventanas. Encontré a Úrsula muerta. Antes de acercarme, de tocarla y tomarle el pulso supe que estaba muerta, porque lo había sentido. No encuentro otra forma de explicarlo. El de la moto estaba temblando en el suelo con el casco abierto y la boca llena de sangre, pero ella no llevaba ni casco… Comprobé lo obvio, que estaba muerta. Y bueno, lo demás te lo puedes imaginar: policía, dos ambulancias del SAMUR, gente por todas partes… Cuando llamé a mi madre no sabía qué coño decirle, apenas podía sostenerme en pie… apenas puedo sostenerme cuando pienso en ese momento. No sabes lo eterno que se puede hacer ese instante de conciencia, de darte cuenta de que alguien con quien has compartido toda tu vida ha desaparecido para siempre. Toda la espera, las palabras de ánimo, los trámites, el papeleo, los losientomucho, las caras de pena, la falta de palabras, pero sobre todo el miedo. No he tenido tanto miedo en toda mi vida, así que quédate con lo que te acabo de contar y no me hagas hablar de ello ni una sola vez, porque no podré, Joan, no podré. Quédate con esto.



El camarero se acercó con mirada cautelosa y sirvió dos cervezas en botella. Se alejó de Nadia y Joan, pero al cabo de unos minutos regresó con un paquete de pañuelos en la mano y lo dejó junto a las botellas. Se trataba de un local pequeño y discreto, pero al estar situado en la misma plaza podía tomarse con tranquilidad la rentabilidad del negocio. Durante todo el día entraban y salían clientes dispuestos a consumir, que al fin y al cabo era lo que importaba. Cuando llegaron al bar, Joan se acercó al camarero y le preguntó si el día del accidente había visto algo, pero el negocio abría sus puertas a las nueve, cuando todo había pasado.
_______Una vez tratado el tema, Capdevilla había escuchado con atención y paciencia el testimonio de Nadia sin plantear ninguna pregunta. Era la una de la tarde cuando el policía decidió comenzar a resolver dudas.
_______ -Dices que apenas conocías a Jorge Silva, pero eso implica que lo conocías al menos un poco, ¿no?
_______ -Lo había visto dos o tres veces antes de esa noche, todas acompañando a mi hermana –explicó Nadia con el pelo entre las manos.
_______ -¿Pero tu hermana y tú habíais quedado esa noche, habíais hablado algo del sitio al que ibais a ir?
_______ -No, qué va. Es el único sitio en el que se puede hacer botellón en la calle. Las otras plazas están llenas de polícias, y además nos pilla cerca. No hablaba apenas con Úrsula, fue pura coincidencia. Además, no era la primera vez que coincidíamos en el mismo sitio.
_______ Joan vertió la cerveza en un vaso, bebió y se rascó la frente. Nadia sacó un pañuelo y le limpió la espuma del bigote.
_______ -No voy a sacar nada de esto, ¿no? –insistió Joan.
_______ -Te he dicho todo lo que sé. Mira, todo estaba bien hasta que nos enteramos de que a Úrsula la habían matado.
_______ -¿Le tuviste que dar la noticia a tu madre tú?
_______ -Me limité a decirle que le habían dado algo para tomar y que el que llevaba la moto también iba puesto del algo.
_______ -¿Y cómo estás tan segura de que no tomaron droga por voluntad propia?
_______ -No me habría extrañado de Úrsula, –aclaró Nadia –pero según el informe de los forenses la sustancia que habían tomado no es muy corriente, era una bomba química. Además, habían bebido mucho y la mezcla… ya lo sabes.

_______-No es suficiente para...

_______-¡Claro que es suficiente! Ahí tienes las amenazas, me han amenazado de muerte... por dios, Joan, alguien quiere matarme y estás aquí tan tranquilo tomando una cerveza conmigo y...

_______-Déjalo -sentenció Joan a la vez que abandonaba el asiento y se dirigía a pagar. Nadia lo observó con mirada de incredulidad, demasiadas palabras en la boca con ganas de salir y la estúpida esperanza de que todo fuera así de simple. -Te llevo a tu casa. Si estás tan asustada y tan molesta es preferible que te quedes en casa, yo no soy la niñera de nadie. Eso sí, mientras no esté contigo no puedes salir, pondré a dos agentes en la puerta.

_______-Perfecto, Joan, ahora te enfadas... pues llévame a casa -admitió con toda la resignación que le quedaba.

_______-Mañana será otro día... hablaré con Jorge y aclararé varias cosas, y ya veremos.

_______Y salieron del bar a la tarde más temprana sin saber que había sido la última conversación que mantendrían en mucho, mucho tiempo.